VIOLETA
Terminamos de almorzar, yo estaba apenada por lo que acaba de suceder en el baño, no puedo creer que tuvimos sexo . ¿Cómo fui capaz de hacer eso? Nos levantamos, nos fuimos a la empresa, ya era un poco tarde y teníamos muchas cosas que hacer.
Nos subimos al auto, él agarra mi mano y yo siento que mi corazón se acelera ante tal demostración de cariño, el amor que siento por Alexander crece cada día y espero tener el valor de decirle cuánto lo amo. Llegamos a la empresa y salimos del auto, entramos y yo me quedo en mi puesto, él va a ver a Ignacio para hablar con él unas cosas de unos pedidos, me entretuve acomodando unos papeles por orden de fecha y así ser más fácil a la hora de buscar.
Después de terminar de ordenar, me levanté para ir al baño, al entrar, estaba la secretaria de Ignacio con una chica que solo la he visto en dos oportunidades. Al verme, las dos se quedan en silencio y me miran, las ignoro, me meto en uno de los baños y escucho susurros, me acerco a la puerta.
“Cambiar a una mujer tan elegante como Serena, por una secretaria”
“Serena es mucho mejor”
“Debe estar con él por su dinero, es una mosquita”
Cierro los ojos para detener las lágrimas que quieren salir, no voy a llorar, sabía que nada de lo que estaban comentando era cierto, pero no podía negar que me afectaba. A veces las personas suelen juzgar sin saber cómo realmente han pasado las cosas y justo ahorita, es lo que está sucediendo.
Termino de hacer mis necesidades y salgo, ellas vuelven a estar calladas. Me arreglo, veo de reojo cómo me están mirando, pero trato de disimular y no darle mucha importancia, me arreglo y salgo del baño, vuelvo a mi puesto de trabajo. Alexander me llama y me pide que le saque unas copias de unos papeles, me las entrega y voy.
Al llegar, está Mauricio, un pasante, lo saludo y nos quedamos un rato hablando, es un chico agradable, cuando ya tengo todas las copias listas, nos despedimos. Entro a la oficina de Alexander y una mujer está casi encima de él, carraspeó y él se aleja. No comento nada, le dejo los papeles en la mesa y salgo, me dirijo a ver a Ignacio.
Toco la puerta cuando estoy frente a su oficina, escucho un pase, entro, al verme sonríe.
—Esta visita sí es un milagro —Se levanta y me abraza— ¿Cómo estás?
—Estoy bien ¿Estás ocupado? —Le preguntó mientras me siento.
—Para ti no —me río por su comentario —¿Qué sucede?
Le conté lo ocurrido y cómo me dolió ver como la mujer estaba casi encima de él y no hizo nada.
—Solo diré esto, Violeta, nunca había visto a mi amigo ser como lo es contigo, ni siquiera con Serena —me dice—. Desde que murió Anne, se volvió más reservado, incluso amargado, contigo hasta lo he visto reír y no sabes la alegría que siento al ver que el Alexander de antes está volviendo. Tienes que tener confianza en él, tendrás mujeres que sentirán envidia y van a querer lo que tú tienes, además —me sonríe—. Esa mujer es mi hermana, jamás tendrá algo con ella, aunque ella quiera intentarlo, no logrará nada, así que no te preocupes.
Eso me alivió un poco, nos quedamos conversando, me preguntó por Marcos y Talía, le dije sobre la mentira que había dicho Daniela, no se sorprendió en lo absoluto.
—Conozco a Daniela y a veces me sorprende que tenga esa actitud —toma mi mano—. No es una mala mujer, solo que su amor por Alexander y querer verlo bien, a veces es tóxico.
—No se que hacer, quisiera decirle a Alexander lo que me dijo.
—Hazlo, no le ocultes nada, él odia eso.
Veo la hora y ya es tarde, me levanto y nos despedimos, al llegar a mi puesto de trabajo, Alexander estaba solo en su oficina, al verme, se levanta y se asoma a la puerta.
—¿Puedes venir un momento?
Entro, cruzo los brazos y lo miro, nos quedamos un rato así, hasta que se ríe, me agarra la cintura y me besa.
—Lo linda que te pones cuando estás celosa —Pellizca mi nariz.
—No estoy celosa —Intento alejarme de el pero es más fuerte.
—Como digas —Mira la hora en su reloj—. Vámonos de aquí, hoy quiero perderme contigo.
—Son las tres de la tarde.
—¿Y qué pasa? soy el jefe —me guiña un ojo y me suelta— Recoge todo.
El comienza a guardar las cosas, me mira y me hace seña que vaya, salgo y agarro mi bolso junto a mi teléfono, él sale y toma mi mano mientras me la besa, me sonrojo porque varias personas están aquí.
Salimos de la empresa y nos montamos en el carro, el chófer le pregunta para dónde, él le guiña un ojo y él ríe, no estoy entendiendo nada, no pregunto y me dejo guiar por lo que pase en la cabeza de Alexander. Me abrazó a él por el frío que estaba haciendo, le pregunto a dónde vamos y me dice que es sorpresa.
Después de varias horas, llegamos, al bajar me quedo sorprendida, es una pequeña Cabaña, la sencillez la hace ver totalmente hermosa. Me toma de la mano y me llevó para conocerla. Al abrir la puerta quedo impresionada, tiene una pequeña cocina y sala, dos habitaciones, al salir al patio estaba lleno de diferentes tipos de flores, lo más impresionante fue la piscina que tenía, necesitaba probarla, él me abraza y besa mi cuello.
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Editado: 07.12.2025