ALEXANDER
Me levanté con una extraña sensación en el pecho, no quise darle mucha importancia. Comencé a vestirme, quería ver desde temprano a Violeta, pero Ignacio me recordó en una llamada que me hizo temprano de la reunión que tenía con el vicepresidente de una pequeña empresa en China, los temas a tratar eran cortos, no me extendería mucho. Al estar listo, agarro mi maleta y bajo, solo estaba mi abuela desayunando, beso su mejilla y me siento.
—Disculpa a tu madre por la actitud que tuvo anoche, jamás pensé que sería capaz de ponerte en esa situación —dice, sirviéndose cafe—. Ayer hablé con ella, no quiere razonar y darse cuenta de que está mal —suspira— Sigue enviando dinero a tu hermano, escuché una conversación de ellos dos por teléfono, donde él le exigía que le mandara más.
—No me sorprende —Pellizco un poco de mi desayuno, está conversación me ha quitado hasta el apetito— Es su dinero, Abuela, no puedo hacer más nada ahí. Su amor por Diego la tiene cegada —Miro la hora— Es tarde, hablaremos de esto más tarde. Te quiero.
Me levanto y salgo de la casa. Subo al auto y llamo a Violeta, el número sale fuera de servicio. Me está preocupando no saber de ella. El tráfico hoy está a reventar, no llegaré a tiempo para la reunión.
—Tardaremos más si seguimos esperando —le hago saber al chofer—. Agarra otra ruta.
Asiente y no me importa la velocidad que está tomando, solo quiero que lleguemos a tiempo. Los minutos pasan y cuando miro por la ventanilla, ya estamos frente a la empresa, me pongo los lentes, acomodo mi traje y bajo del auto.
Me dirijo a la oficina y enciendo la computadora. Espero hasta que Jai, el vicepresidente se conecte y comience la reunión. La secretaría de Ignacio me trajo un café y se lo agradezco. El rostro de Jay aparece en la pantalla y me saluda. Hablamos de sus proyectos, lo que desea de nosotros y cómo podemos ayudarlo a qué su empresa crezca en un tiempo determinado. Le doy los consejos que mi padre me daba y de qué manera aplicarlo a largo plazo.
Me da las gracias y me invita a conocer las instalaciones. Nos despedimos y corto la llamada.
La carga de trabajo en la empresa es pesada y Ignacio no está para ayudarme. Está de viaje y no me quiso decir a dónde iría y no quise preguntarle. Desde hace días lo noto algo extraño conmigo, me evade y cuando trato de sacarle conversación, simplemente me pone cualquier excusa y me deja hablando solo. Pensé que era por Violeta, pero lo dudo, no he hablado con él de ese tema. Cierro los ojos y el recuerdo de Violeta llega a mi mente, atormentándome por no tenerla a mi lado.
Sin esperar un segundo más para hablar con ella, me pongo de pie y salgo de la oficina. Marco su número de nuevo y nada, me manda al buzón. Olí, la secretaría de Ignacio, estará a cargo de mis cosas y cualquier urgencia que se presente en la empresa. Así que le informo que voy a salir y que me avise de cualquier inconveniente.
Me subo al auto y marco como un loco su número de nuevo y le envío mensajes, pero nada parece llegarle. El desespero llega a su fin cuando el auto se detiene frente a su edificio. Salgo del auto y el vigilante no está en su puesto, así que aprovecho para entrar y subir las escaleras. Me detengo frente a su departamento y toco, nada, lo vuelvo a intentar y la respuesta es la misma. Un vecino en ese momento va saliendo y me atrevo a preguntarle por Violeta.
—Talia salió con Marcos hace media hora con su hija —Le sonrió, Violeta debe estar feliz—. Y Violeta… —fija su mirada detrás de mí— No sé nada de ella, creo que se mudo. Es la única explicación que le veo a su repentina desaparición.
Mi mente no procesaba todo lo que él me está diciendo, ella no pudo irse y dejarme, ella me ama. Al ver que no reacciono, entra nuevamente a su apartamento. Llamo desesperadamente a Ignacio y no me contesta, él debe saber algo. Salgo rápido del edificio y me subo al auto. No puedo ir con sus amigos, si saben toda la verdad con respecto a lo que pasó con Violeta, me deben estar odiando, jamás me dirán en dónde está.
Aunque nunca me lo dijo directamente, sé que tiene una mala relación con su familia, más con su madre, no creo que se haya ido a Texas. La cabeza empieza a dolerme a causa de la preocupación que tengo por no saber qué ha ocurrido con mi mujer ¿dónde puede estar metida?
Vuelvo a la oficina, no puedo dejar que Violeta salga de mi vida, ahora que mi corazón es de ella, no puedo perderla así. Pero ya no sé qué más hacer, ella no tiene más amigos, solo ellos. Así tenga que enfrentarme al odio de su mejor amigo, lo haré. Llamo a Oli, le doy el nombre completo de Marcos para que me averigue ubicación de dónde vive y su trabajo, ella asiente y se retira. Así tenga que esperar unos golpes por parte de él, lo haré, pero de que vuelvo a ver a Violeta, lo haré, así tenga que ir al fin del mundo.
Voy a la cafetería, mientras que espero, le digo que me envíe la información a mi correo, estaba solo, el encargado se asombra al verme aquí, me siento y le pido un café bien cargado. Dejo el celular en la mesa, no puedo creer que llegue a perderla por mis estupideces, es la mujer que amo. ¿Cómo pude dañarla tanto? Soy un desgraciado sin corazón.
Mis manos van a parar a mi cabeza, estoy demasiado estresado, necesito saber de ella o me volveré loco. Me llega un correo y es de Oli, me levanto, al girarme, el chico me pasa mi café, se lo agradezco y salgo de la empresa.
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Editado: 26.12.2025