VIOLETA
ESPAÑA
El verdadero amor no lo experimenté al conocer a Alexander, no, lo estoy viviendo al ver crecer a mi bebé dentro de mí, tengo dos meses de embarazo y soy la mamá más feliz del mundo. En todo momento le envío fotos a Marcos y Talía. Mi pequeña princesa esta grande, cada vez que hacemos videollamadas me da una hermosa sonrisa que me enamora y me hace extrañarlos mucho. ¡Todo aquí es tan hermoso! Florencia ha sido una gran amiga, me quiere como una hija. Me apoya y me ayuda en todo lo que puede, no me permitió trabajar al enterarse de que estaba embarazada, aunque quise hacerla cambiar de opinión, dijo que no, es demasiado terca, pero le tenía un gran cariño.
Además, tengo a un hombre maravilloso que me ha brindado su amistad desde que llegué. Maximiliano, en estos dos meses se ha vuelto un gran amigo, sé que tiene sentimientos hacia mí, pero no puedo corresponder a su cariño, no todavía, mi corazón le pertenece a Alexander.
Me estaba alistando para salir con Max, íbamos a salir a comer a un nuevo restaurante. Maximiliano es hijo único de padres venezolanos, nació aquí y es Doctor. Además de tener un corazón noble, era guapo, me trataba como una reina. Me coloco un vestido color amarillo, que se ajusta de una manera única a mi cuerpo y hace visible mi embarazo, me dejé el pelo suelto y me maquillé un poco. Agarro mi cartera y salgo de mi habitación. Al bajar las escaleras estaba Florencia dando órdenes, mañana haría una cena para celebrar su cumpleaños, me acerco y beso su mejilla, me siento mientras la veo estresarse por ver qué las cosas no se hacen como ella espera.
—¡Estás muy guapa, querida! —Me sonríe—. Max se volverá loco al verte.
Me río y ruedo los ojos ante su declaración. Desde que me hice amiga de él, no ha parado de decirme que me de una oportunidad y le abra mi corazón.
—Por favor, ya no sigas con eso.
Cuando está por hablar, suena el timbre. Se queja y ordena a una de las sirvienta que vaya a abrir. El rey de roma aparecio y miro de reojo a Florencia para que no diga nada imprudente delante de Maximiliano que me haga sentir incómoda. Su sonrisa se ensancha al verme y se inclina para besar mi mejilla, luego saluda con un abrazo a Flore.
—Hoy estás más hermosa —Mis mejillas se encienden y me pongo de pie.
—La culpa la tiene el bebé —Nos reímos y nos despedimos de Florencia.
Me abre la puerta del coche y subo. Espero que él lo haga, cuando estemos listo, salimos de la casa. Toma mi mano y como siempre, se lo permito. Es una mala costumbre que tiene y no me molesta que lo haga. Así que lo dejo pasar.
—¿Hubo muchos pacientes hoy? —le pregunto, mientras enciendo la radio y busco algo movido para escuchar.
—Un poco —Gira a la derecha y luego a la izquierda—. La pequeña Elisa fue dada de alta hoy. Los exámenes salieron negativos, el cáncer no está en su cuerpo.
—Que felicidad —Mi corazón se llena de alegría ante la noticia—. Los niños no deberían pasar por esa enfermedad tan horrible.
Detiene el auto frente al restaurante y lo apaga. Espero que me abra la puerta ya que se molesta cuando lo hago por mí misma. Me tiende la mano y la acepto, salimos del auto y entramos. Nos llevan a nuestra mesa y nos sentamos. Sus ojos no se apartan de los míos y me sonrojo. Qué vergüenza.
—Se que en ese corazón hay un cariño hacia mi y lucharé para obtenerlo por completo.
Me quedo callada y cambio de tema. Nos trae nuestra comida y empezamos a comer. Este meses he estado comiendo mucho. La Doctora me ordeno a bajar de peso, pero es difícil, el bebé se antoja a veces de comida a altas horas de la noche. Max se ríe al verme disfrutar tanto la comida, le lanzo una servilleta y el me saca la lengua. Su amistad hace que me olvide de muchas cosas, me saca una sonrisa y siempre está pendiente de que todo esté bien conmigo.
Terminamos y él pide la cuenta. Mientras él paga, me levanto para ir al baño. Al llegar agradezco que esté vacío, me arreglo el cabello y verifico que mi maquillaje esté bien. Al salir del baño me encuentro con Cinthia, es sobrina lejana de Florencia y le gusta Maximiliano.
Desde el primer momento no me cayó bien y empeoró cuando empezó a decirle a su círculo de amigas que yo era la mantenida de su tía, llegó a oídos de Florencia y se molestó, la llamó y discutieron, le prohibió que pisará su casa. La ignoro y sigo mi camino, lo que menos quiero es gastar mis energías y mi tiempo en una persona como ella. Maximiliano me está esperando, toma mi mano y salimos del restaurante, me abre la puerta del coche y entro.
—Hoy me encontré a tu amor —Arquea una ceja y cuando digo el nombre de Cinthia se ríe a carcajadas.
—No te pongas celosa, sabes que mi corazón es tuyo.
Ruedo los ojos y dejo pasar su comentario. Llegamos a la casa y beso su mejilla.
—Gracias por tan agradable cena.
—Lo mereces.
Salgo del coche y entro. Florencia ya estará acostada y no voy a despertarla. Entro en mi habitación y me quito la ropa, comienzo a quitarme el maquillaje. Me lavo la cara y me pongo la pijama, coloco el teléfono en la mesita de noche y me acuesto. Antes de dormirme le hablo a mi bebé.
—Tu papá te ama, sé que cuando te conozca lo hará —susurro para mí.
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Editado: 26.12.2025