Cuando llegamos a mi casa dejamos las compras en los sofás y nos fuimos a recostar a mi cama. Nos tiramos en ella y cerramos nuestros ojos y nos hundimos en los brazos de Morfeo.
- ¿Qué hace una chica tan hermosa y tan sola por aquí? – reconozco esa voz, presiento que algo va a pasar -. Estas preciosa, hoy.
- ¿Quién eres? – me doy media vuelta y me encuentro con el rostro de mi hermano - ¿tú?
- ¿No te alegra verme? – lo miro y doy un paso hacia atrás -. ¿A quién esperabas, pequeña?
- Yo... yo... - no podía articular palabra. Definitivamente era una pesadilla.
- ¿Qué pasa? – miro esos ojos tan fríos que jamás se han borrado de mi cabeza. Quiero despertar.
Cierro los ojos y comienzo a gritar de la nada al sentir sus brazos sobre mis hombros, soy manotazos a todas direcciones, mi respiración se agita junto a mi corazón, no sé cómo me puede pasar esto a mí.
- Abre tus ojos – siento que alguien acaricia mi mejilla y su tono de voz me gusta demasiado. Los abro y me encuentro con Trevor.
- Oh Dios... - me aferro a sus brazos y dejo caer algunas lágrimas.
- Tranquila, preciosa – siento sus pequeñas caricias en mi cabello -. Ya paso, estoy aquí.
- Gracias – lo sigo apretando en mis brazos.
- No pasa nada – sigo llorando, no puedo parar – tranquila hermosa, solo fue un susto.
- Quiero despertar – levanto mi cabeza y lo miro a los ojos – por favor.
- ¿No quieres quedarte conmigo? – quito una mano de mi cintura y la poso en mi mejilla, dándole pequeñas caricias.
- No es eso, solo que... - lo mire a los ojos y me perdí en ellos, ese color tan profundo con ese brillo que solo he visto en los ojos de mi padre cuando observaba a mi madre cuando cocinaba - ¿Por qué solo estas en mis sueños?
- No lo sé – inclino su rostro y junto nuestras frentes, cerré mis ojos al sentir su respiración –me encantaría ser real.
- Y a mí me gustaría que lo fueras – lo sentí sonreír y luego sentí sus labios en mi frente, sus labios son tan cálidos y suaves.
- Kate, despierta... - escucho la voz de Emerson y abro mis ojos, siento mi rostro mojado - ¿Por qué lloras?
- Una pesadilla solamente – me paso las manos por mi rostro y siento mis lágrimas, suspiro y la miro el rostro de preocupación de Emerson – soñé con Roberts.
- ¿Con tu hermano? – su cara de asombro era de miedo, ella sabía todo, nunca le he guardado algo – pero...
- No lo sé, Em – miro mis manos con nerviosismo y siento que los brazos de Emerson me cubren por completo. Comienzo a llorar nuevamente.
- Shh... tranquila preciosa – no podía pronunciar ni una palabra, solo sollozaba en su hombro.
- No quiero volver a lo mismo, Em – me separo de ella y limpio mis lágrimas – tengo miedo.
- Estoy aquí para ayudarte en todo, Kate – me toma mis manos y las acaricia mirándome a los ojos – cuenta conmigo en todo.
- Gracias – nos fundimos en un nuevo abrazo. Por esa razón es mi mejor amiga.
Pasamos el resto de la tarde jugando Xbox ¿Qué? ¿Acaso las mujeres no podemos jugar video juegos? Soy totalmente fanática a los videojuegos y de los libros, estábamos jugando call of duty, un juego de guerra, el mejor que he jugado en mi vida.
Jugando partidas de call of duty se nos pasó toda la tarde, hasta que se comenzó a oscurecer y Tess aún no llegaba, comencé a preocuparme.
- Mejor la llamo – tome mi teléfono pero Emerson me lo arrebato de las manos.
- Puede que haya salido y no tuvo tiempo de avisarte – su sonrisa no me gusto para nada, la conozco muy bien y se lo que me estaba tratando de decir.
- No me importa, Emerson – la mire totalmente seria, ni una pisca de humor -. No le hubiera costado nada hacer una llamada de 10 segundos para avisarme que llegaría tarde.
- Ay por Dios kate, no me gustaría ser tu hermana menor. Pobre de Tess – me levanto del sofá y me dirijo a la cocina por un vaso de agua, Emerson me sigue -. Relájate un poco, kate.
- No puedo – la mire fijamente a los ojos -. No sé qué haría si le llega a pasar algo, Em, y tú lo sabes. Es mi hermana y con lo que le paso a mi padre y mi hermano tengo suficiente.
- Llámala – soltó un suspiro y me entrego mi teléfono.
Marque el número de Tess, después del tercer tono, contesto.
- Teressa Stone Clayton ¿En dónde coño te has metido? – se escucha un poco de ruido y escucho la risita nerviosa de Tess.
- Hola hermanita – odio cuando me dice así. Solo me dice así cuando está metida en un lio o quiere pedirme algo -. Estaba a punto de llamarte.
- ¿Dónde estás? – repetí la pregunta.
- En la estación de policía – responde nerviosa.
- ¡¿Qué?! – creo que mi grito se escuchó hasta las estación de policía - ¿Qué haces allí?
- ¿Puedes venir a sacarme de aquí? Acá te cuento – se le trababa la lengua y estoy segurísima de que estaba bebiendo.
- Ya voy – solté un suspiro y corte la llamada.
Camine hasta la entrada de mi casa, agarre las llaves de mi auto con mi cartera y abrí la puerta.
- ¿Adónde vas? – pregunto Emerson saliendo de mi habitación.
- A la estación de policía.
- ¿Por qué? ¿Le paso algo a Tess? – vi la preocupación en sus ojos.
- La tienen detenida, no sé porque, quedo en contarme allá – tomo su cartera y me siguió.
- Voy contigo.
No dije ninguna palabra, me dispuse a bajar por el ascensor junto a Emerson. Llegamos a mi auto, nos subimos y conduje a la estación de policía.
Cuando llegamos, entramos y preguntamos en el mesón por Tess. El policía me dijo que la tenían en un calabozo por estar bebiendo en un lugar público junto a sus amigos. Mi rostro ardía de la rabia que sentía, menos mal que eso no es tan grave, aunque tuve que pagar dinero para que la dejaran salir. La voy a matar.
- Hermanita – sentí la voz de Tess detrás de mí, cuando me di vuelta ella tenía una sonrisa en su rostro, pero cuando vio el mío se le borro de inmediato.
Editado: 11.04.2019