Viernes 23 de septiembre del 2016, me encuentro afuera de donde vivía cuando era pequeña, donde mi viví buenos y malos momentos. Cuando jugaba en aquel jardín haciendo bolas de tierra o castillos, cuando escuchaba la risa de papá y mamá totalmente enamorados, observando como jugábamos con Tess.
El nudo de mi garganta comienza a crecer, mis ojos se llenan de lágrimas al ver aquel árbol gigante en el patio trasero de mi ex casa, era mucho más grande que la casa y todavía esta aquella casa del árbol que construyo mi hermano y mi padre.
- No tengas miedo – escucho una voz detrás de mí -. No estás sola, princesa.
Sonreí y me atreví a salir de mi auto, cuando llegue a la puerta principal le di tres toques.
- Ya van... - escuche la voz de mi madre y me entro el nervio ¿Y si me voy? Ya era tarde, ya las cerraduras de la puerta las estaba abriendo. Abre la puerta y me quedo paralizada, al ver a mi madre con un aspecto horrible -. Hija...
- Mamá... - no paso más de un segundo y ya la tenía envolviéndome en un abrazo. El olor a alcohol lo tenía incrustado en su cuerpo, al igual que el olor a mariguana y tabaco - ¿Cómo estás?
- Pues aquí me ves – sonrió con un poco de nostalgia y ella me hace pasar a mi antigua casa.
Estaba cambiada, era totalmente cierto que ya no era la misma que antes. Está totalmente oscura y desordenada, con ropa en los sillones y botellas de alcohol por todas partes. Ya no es lo mismo sin mi padre.
- Siéntate – dice mientras saca un poco de ropa de un sofá, trata de esconder algunas botellas y yo la observo detenidamente cada movimiento –. Siento el desorden, solo que no me avisaste que venias, tu visita me ha tomado por sorpresa.
- Ya lo veo... - me siento en el sofá que estaba despejado de ropa y botellas, la miro y ella se sienta en frente mío.
- Hija yo... - se detuvo y vi como sus ojos se le llenaron de lágrimas – las extraño.
- Tu sabes lo que tienes que hacer, mamá – mire mis manos nerviosa -. Tess te extraña muchísimo.
- ¿Y tú? – la miro y el nudo en mi garganta volvió a crecer - ¿Me extrañas?
- Claro que si mamá ¿Cómo no te voy a extrañar? A pesar de todas las cosas eres mi madre y no te puedo dejar sola – vi como una lagrima rodo por su mejilla -. Se por lo que estás pasando mamá pero no puedo ayudarte si tu no me dejas, quiero a mi madre de hace 8 años atrás, aquella mujer que me llenaba de besos y caricias, que me peinaba para ir a la escuela y que me ayudaba en las tareas cuando no entendía algo – lagrimas comenzaron a salir de su rostro -. Déjame sacarte de aquí, si no lo quieres hacer por nosotras, hazlo por mi padre ¿Tú crees que él está feliz de verte así? No mamá, el jamás le hubiera gustado verte así, por favor cambia aunque sea por él.
- No se cómo hacerlo, Kate – agacha la mirada -. Yo también las extraño y quiero lo mejor para a ustedes. Quiero cambiar por ustedes, porque son lo único que me queda en este mundo. Quiero estar en la graduación de Tess cuando termine su instituto, ya que en la tuya no me presente – mis ojos se inundaron de lágrimas al recordar ese día -. Sé que he cometido errores como madre pero hija entiéndeme, la perdida de tu padre no fue fácil, es el amor de mi vida y perderlo de esa manera fue horrible – la mire a los ojos y vi su desesperación en ellos – ¿Acaso nunca te has enamorado? – negué con la cabeza - ¿Jamás?
- Nunca – jugué con mis dedos nerviosa -. No creo en el amor, mamá.
- ¿Cómo qué no? – me encogí de hombros – pero tú sabes la historia de tu padre y yo, es un gran ejemplo de que existe el amor.
- Pero su historia termina con un final horrible – miro hacia otro lado -, por eso no quiero a enamorarme. Al verte a ti en este mundo solo porque falleció mi padre, fue un golpe muy fuerte. Ver que solo te echabas a morir por el amor de tu vida me ha hecho pensar en muchas cosas – mire aquella foto en la que salía mi padre y ella sonriendo mirándose a los ojos -. Lo amabas tanto que al fallecer creíste que ya no tenías vida, siendo que te dejo dos criaturas las cuales eran el fruto de su gran amor, el cual estaba lleno de penas, luchas y batallas ganadas – mire todas las fotos que estaban llenas de polvo colgadas en la pared -. Con el hecho de amar locamente a mi padre le diste el derecho de que en un par de segundos destruyera tu mundo por completo – la mire y estaba llorando -. Yo no quiero eso, para mi vida no. En mis planes la palabra "Amor" no se encuentra.
- Pero hija... - se quedó sin palabras, sabe que lo que estoy diciendo es toda verdad -. Yo... lo siento.
- Se lo que se siente, cuando falleció mi padre estuve años sufriendo su muerte, hasta ahora, pero he aprendido a vivir con ese dolor – me levante del sofá y camine hasta ella, me arrodille y tome sus manos -. Quiero volver a tener a mi madre.
- Y la tendrás, hija – sonreímos y la abrace, me sentí tan bien en sus brazos. Recordé cuando me abrazaba por las noches antes de dormir - ¿Qué tengo que hacer?
- Lo primero es aceptar que necesitas ayuda – la mire a los ojos y ella asintió, buena señal – y lo segundo, meterte en un centro de rehabilitación.
- Lo hare – la mire sonriente -, con una condición.
- ¿Cuál? – la mire con miedo y ella soltó una pequeña risa.
- Tendremos una gran charla sobre el amor, no quiero que por mi sufrimiento al perder a tu padre dejes de creer en ese sentimiento tan hermoso.
- Ustedes son todos iguales – me levanto dramáticamente haciendo que mi madre riera – tú, Tess y mi padre, insisten en eso.
- ¿Tu padre? – arruine todo, al ver mi rostro sonrió de inmediato – no te preocupes, no pasa nada.
- Está bien – se levantó del sofá y nos fundimos en un tierno abrazo.
- Quiero que vengan a vivir conmigo otra vez – me susurro al oído y me aleje un poco para mirarla a los ojos -. Me siento muy sola en una casa tan grande, prometo ordenar y dejar todo bonito para que se sientan cómodas.
Editado: 11.04.2019