Era muy de mañana y miré por la ventana, aquella luna fría con luz brillante, esa luna distante y blanca que me cegaba con su resplandor; sus cráteres yo veía pero con la imaginación, una gran imaginación telescópica que me permitía mirar más allá, más allá de este planeta, del planeta vecino o de nuestro sol, con esta gran imaginación yo veía plutón, miraba sus lunas y podía incluso percibir aquel agujero negro con el que Stephen Hawking tanto se obsesionó. Un Big Bang casi ocurre en mi cabeza cuando de pronto la luna me miró, sí, me miró, o eso creí porque cuando volví en sí, ya la mirada no estaba en mí.
Ya estaba haciéndose el día y la luna desaparecía, pero cuando el sol nacía la luna me sonrió, sí, me sonrió, fue una sonrisa breve y, sé que lo hizo adrede para causarme confusión. Cometido que logró y durante todo el día me tuvo patas arriba pensando, e impacientemente esperando que el día se terminara para que no me molestara aquel horrible sol en los ojos.
Cada vez que la ventana abría ese sol me confundía y mi mente no resistía, me impedía la imaginación, imaginación que volvió con el surgimiento de la noche, y con la ventana sin cortina de inmediato miré arriba, a los ojos de la luna, ¡qué fortuna y dicha que la luna me divisa y la misma me saluda!, sí, me saluda, es de locos pero me saluda, yo sé que es así.
No creerás en mí, pero eso no me importa, con la noche estrellada escribo esta nota, para que aquel que la lea imagine y vea lo que yo miré, lo que soñé o imaginé, no importa como sea, la luna quiere que creas para que no te estanques, para que tu mente arranque y siga pa' lante, cree en ti y en todas tus ideas.
Recuerda siempre que la luna también te ilumina, no únicamente el sol, que te deslumbra y no te deja mirar más allá. La luna, además, te muestra la realidad, lo que quizá te sea difícil e imposible de afrontar o aceptar. Pero la luna te hace saber que por ella no te dejes convencer, no te dejes horrorizar, observa, sé consciente que siempre estará acompañada por un cielo lleno de estrellas, despeja tu cabeza y ten voluntad, que mucha falta te ha de hacer para cumplir tus deseos, en este mundo tan feo que tú bonito harás.