Si La Vida Quiere

♡ CAPÍTULO 1 ♡


Cuando entré al salón, me encontré a todos mis compañeros sentados, escuchado atentamente la clase del profesor Rockau o Rockeu, (no recuerdo bien).

Si, había llegado tarde, y eso que era mi segundo día...

—BUENAS NOCHES, señorita Wynette—soltó resaltando el "buenas noches" como si si hubiera llegado taaaan tarde, y sólo me retrasé diez minutos. Aghh Viejo maldito —Bueno no se quede ahí parada, vaya y busque un asiento libre.

Y eso fue exactamente lo que hice: lo saludé y tomé asiento al fondo del salón.

Como era nueva en ésta preparatoria, sentí la mirada de absolutamente todos mis compañeros, aunque no me incomodó, ya que ayer hicieron exactamente lo mismo.

Suelo creer que son un poco raros...

Apoyé mis manos sobre el escritorio, y dediqué toda mi atención a la clase que el profesor estaba dictando.

Aunque por suerte, las clases pasaron demasiado rápido.

Extraño a mis amigos de la última ciudad en la que viví, y claramente las clases no son lo mismo sin ellos.

Guardé todas mis cosas en mi mochila, y comencé mi camino a casa...

En todo el día de ayer y de hoy, nadie se acercó a hablarme. Literalmente estuve demasiado sola...

Sé muy bien que no soy para nada la persona más sociable que existe, pero aún así no entiendo cómo nadie fue capaz si quiera de saludarme. Aunque bueno, estoy sorprendida, pero no me molesta en realidad. Siempre estaba sola, y mis amigos los contaba con los dedos de una sola mano.

—SCARLETT— gritaron detrás mío.

Cuando me dí vuelta a ver de quién se trataba, pude distinguir a la chica que se sienta delante de mi. Estaba corriendo para alcanzarme, y se veía demasiado agitada.

—Te olvidaste tu cuaderno de matemáticas— dijo entre cortado, tomando grandes respiraciones.— disculpa, no estoy acostumbrada a correr.

—Fue una calle...—murmuré, y me arrepentí al instante. ¿Dónde estaban mis modales?— Oh y gracias, enserio. No no tuviste que hacerlo.—le sonreí.

—No fue nada.—sonrió y recibí el cuaderno en mis manos, para luego guardarlo en mi mochila.

—¿Me recuerdas tu nombre?

—Kina.

—Bueno, Kina, enserio muchas gracias.—me quedé observándola por muy poco tiempo. El pelo lo tenía corto de un color castaño claro, y sus ojos eran color miel.

—Ayer te ví cuando entrabas a tu casa, yo estaba detrás de ti porque tomo el mismo camino, así que podríamos ir juntas. ¿Qué te parece?—inquirió ensanchando su sonrisa.

Enserio se veía demasiado agradable, así que le devolví la sonrisa y moví la cabeza indicándole que siguiera mis pasos.

Estuvimos por un tiempo muy corto en absoluto silencio, hasta que Kina habló.

—Ví que te mudaste la semana pasada aquí a Rowson, porque justo pasaba por la calle enfrente de tu casa, y me fue imposible pasar por desapercibido un gran camión de mudanzas ¿Dónde vivías antes?— preguntó mirándome con una pizca de entusiasmo en sus ojos.

—Si, la semana pasada llegamos aquí. Antes vivía en Tugninson, pero mi mamá consiguió una buena oferta de trabajo en esta ciudad. Ella es decoradora de ambientes y la vez diseñadora de interiores... Y bueno, así que ella no lo dudó, ya que Rowson es realmente hermoso.—  dije mientras miraba mis pies al caminar.

—¡Woow, que genial! —Realmente parecía interesada en el tema— Okey okey, entonces calculo que no eres de quedarte en una sola cuidad. Claro, siempre viajas, sí.— afirmó con seguridad, hablando más para ella que para mí. Al ver mi cara de espanto se excusó-— Uhm lo lamento... A veces pienso en voz alta, y me gusta analizar a las personas. Ya me habían dicho que no lo tengo que hacer, y que si lo hago, no lo tengo que decir en voz alta. Y no sé por qué sigo hablando...— miró a sus pies mientras caminaba, guardando silencio

Okeeey... Extrañooo

Me dejó un poco desconcertada porque fueron demasiado palabra juntas, pero no quería que se sienta mal, ni incómoda, así que le dediqué un sonrisa.

— Pues sí, es verdad—rompí el silencio— a cada ciudad que viajo, no me quedo más de dos años. Y creo que es mejor así, ya que me he acostumbrado a esto.— me detuve en frente de mi casa— así que fue un gusto Kina, eres muy agradable.— Ella sonrió tras mi comentario.

—Tú también lo eres, Scarlett. Como sea... mañana vendré por ti para ir al instituto.

Woow Woow woow, alto ahí loca.

La verdad es que quería reírme por lo directa que es, y fue la única persona de todos mis compañeros que me habló, así que le dije que sí, y le pasé mi número.

Al entrar a mi casa, fuí directo a cambiarme de ropa, eligiendo una más cómoda. Me puse unos shorts, junto a una camiseta holgada.

Toda la tarde mi mamá estaría trabajando, y eso implicaba que iba a pasar la mayoría del tiempo sola, aunque ya estaba acostumbrada,  porque esa misma rutina la tenía en Tugninson.

Y para pasar el rato, luego de comer, me puse a limpiar y bailar, escuchando música a todo volumen, para distraerme.

Si, no soy una chica tan interesante, lo sé.

Al terminar, fuí a mi habitación. Leí un libro que tenía a medias, y  luego decidí tomar una ducha.

Ya para las diez de la noche, llegó mi mamá con bolsas de comida en sus manos.

—Hola cariño, ¿me ayudas con la mesa?— preguntó dejando las bolsas en la cocina, para luego ir a su habitación a cambiarse de ropa.

*

—Hija, la semana próxima tengo una viaje programado a Los Angeles— avisó.

—Oh genial, ma. ¿Y cuántos días te vas a quedar?—pregunté secando los platos, mientras mi mamá los lavaba. Su noticia no me sorprendió para nada, ya que el trabajo que ella tiene, la hace ir y venir a todos lados.

—Aún no lo sé, tal vez sean cinco días, pero si llegan a haber complicaciones,  puede extenderse a una semana. ¿Estarás bien?

—Si, no te preocupes por mi.

Mi mamá no iba a estar por casi una semana....

Así que eso implicaba casa sola...

Y casa sola significa...




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