♡ CAPÍTULO 7 ♡

Había pasado toda una semana, sin mencionar lo lenta y aburrida que fue.

¿Lo bueno de todo ésto? Es que ya era sábado, y eso significa que mañana llegaría Keyla... Y bueno, mi mamá también, ya que hace dos días tuvo que viajar a última hora, por un imprevisto del trabajo.

Pasadas las cinco de la tarde, recién había terminado de realizar el trabajo de matemáticas, y como ése era la última tarea pendiente que tenía, me relajé y decidí ir a tomarme un baño.

Abrí la llave de la ducha y empecé a desvestirme comenzando con mi camiseta, pero el repentino sonido del timbre hizo que no pudiera terminar esa acción.

Maldije para mí misma antes de bajar de las escaleras para ver de quién se trataba.

—Hola hermosa—saludó Nolan— Estuve llamándote, pero no contestabas el teléfono.—Le deposité un fugaz beso en los labios.

—Que linda sorpresa—dije al separarnos— Perdón, no lo escuché.

—No pasa nada, Scar. Traje de vainilla—señaló la bolsa de heladería que cargaba en sus manos.

Sorprendentemente coincidíamos con el gusto favorito de helado.

Una repentina sonrisa se escapó de mis labios.

—Toda ésta semana estuve un poco ausente, por las tareas y eso. Así que  tengo que compensar de algún modo todo el tiempo que no pudimos pasar juntos.—dijo ni bien ya estaba dentro de la casa.

Seguía sintiéndose un poco raro, por no decir demaciado,  saber que alguien se preocupa por mi, y por pasar tiempo conmigo. Osea, si. Tengo a mi mamá, que también lo hace, pero ese no es mi punto, ya que ella lo hace por el vínculo de madre que tiene conmigo.

En cambio Nolan, no.

No tenía que estar acompañándome, y tampoco tenía que preocuparse por saber cómo estaba, si ya había comido, o si me sentía bien, pero aunque no fuera una obligación hacerlo, él estaba presente.

Y se sentía bien. Muy bien.

Y muy extraño.

Sabía que él me debilitaba, y de alguna forma que no soy capaz de entender, también me hacía más fuerte.
Sé que soy nueva en todo ésto, pero bajo mi humilde punto de vista sobre el amor, creo que se trata de algún tipo de masoquismo.

Soy consiente de que de alguna manera voy a  salir jodidamente lastimada, pero eso no importa, claro que no. Ya que sólo estoy aquí. Viendo  aquella sonrisa hipnotizadora, sabiendo que le estoy entregado todo el maldito poder de destruirme, pero decido no darle importancia.

Y vuelvo a fijar mi absoluta concentración en esa sonrisa..

Tal vez de eso se trataba, de entregarlo todo, sin importar nada.

Ni bien subimos a mi habitación,  prendí la televisión para ver una película romántica, elegida por Nolan.

Nos acostamos uno al lado del otro sobre mi cama, siendo iluminados nada más que por el brillo de aquel artefacto.
La trama de la película era de que una chica tenía una enfermedad muy grave y no podía salir de su casa ya que si lo hacía a los segundos moriría, pero tuvo muy mala suerte al enamorarse de un muy apuesto chico, que por cierto era su vecino, ya que ésta chica arriesga su vida con tan sólo poder estar cerca de él.

Nunca antes había visto a Nolan tan entretenido, hasta dió gritos hacia los personajes cuando vió que se estaban separando. Era tan tierno mi novio.
Lo bueno fue que estuvo contento con el final.

—Perdón nena, pero me enamoré de la actriz—dijo riéndose.

—Te perdono, porque creo que yo también...

Nos reímos por las estupideces que acabábamos de decir.

Fue sin dudas una muy buena película...

—¿Cuándo vuelve tu mamá?—preguntó Nolan abrazándome, mientras yo descansaba mi cabeza sobre su pecho.

—Mañana— mi mano dió caricias lentas a su abdomen, por encima de la camiseta.

—Scar, ¿Puedo hacerte una pregunta?—al ver que asentí con la cabeza, él prosiguió— ¿Tú crees que lo nuestro tenga algún futuro? —fruncí levemente el ceño por la sorpresa de su pregunta.

—¿A qué te refieres?—pregunté.

—Olvídalo, ni yo sé qué quise preguntar... —lo noté nervioso. Tal vez por mi repentina actitud, él ya no quiso preguntar más nada.

Analicé aquella pregunta...

No sabía realmente qué responderle, así que tomé un buen tiempo antes de hablar.

—No lo sé, Nolan. Tú sabes que todo ésto es nuevo para mí, pero lo estoy intentando. —tragué saliva— sé que no soy la persona más estable para entablar una relación, y que ésto también fue difícil para tí... Es sólo que todo lo que nos pasa, se me hace demasiado. Tan sólo hace un año, cada vez que alguien quería algún tipo de relación conmigo, simplemente lo rechazaba... Y eso era exactamente lo que quería hacer contigo.—admití un poco avergonzada, aunque él ya lo sabía.—Pero mírame ahora.—me aparté de su abrazo, para sentarme así podía enfrentarlo.—No hay día alguno en el que no me pregunte por tí, o no me permita extrañarte. —tomé una breve pausa— Sé que ésto tendrá fin, y no sé ni cuándo ni cómo va a ser. Pero voy a estar por siempre agradecida contigo por enseñarme cosas, que con ninguna otra persona me atreví a sentir. Y te prometo que no me arrepentiré ni por un segundo haber dejado que entres en mi vida.

Nolan imitó mis pasos, sentándose frente a mí. Por un momento se dedicó a verme, con la expresión de confusión marcando su rostro.
En éstos momentos desearía saber qué es lo que él estaba pensando.

—Aún no entiendo realmente qué es lo que te hicieron, para que creas que lo nuestro no puede durar para siempre.— automáticamente fijé mi vista hacia algún punto de la cama.

—No sé si estoy lista para hablar de eso....— susurré. Su cálida mano tomó mi rostro e hizo que lo mirara.

—No me importaría... Yo tampoco sé realmente qué pasará con nosotros, pero tienes que saber que no voy a dejarte ir tan fácilmente. —mi mano acarició la suya, que aún estaba sobre mí rostro.

—Estoy segura de eso.— murmuré antes de acercarme lentamente hasta él, y cortar nuestra distancia con un suave beso.

Sin interrumpir aquella acción, él fue incorporándose delicadamente sobre mi. Mis manos comenzaron a querer acariciar cada parte de él, y al parecer Nolan quiso lo mismo conmigo. 
Es asombroso pensar que su cálido tacto era suficiente para estremecerme. 
¿Serán las famosas mariposas las culpables del terrible cosquilleo dentro de mi vientre?