Si La Vida Quiere

♡ CAPÍTULO 14 ♡ Segunda Parte

Ese día no quise bajar a almorzar junto a ellas, y me excusé con mi mamá diciendo que me sentía mal, aunque no mentí al decirlo.

Acomodé las últimas cosas, y dí un vistazo a mi habitación casi vacía.

Sé que tengo que hablar con Nolan, pero no tengo la fuerza de voluntad para poder hacerlo.

Pero el se merecía por lo menos, una explicación de mi partida.

Cuando tomé el celular, ví que eran recién las cinco de la tarde, y deseé que no estuviera ocupado con asuntos del trabajo.

Primera timbrada, y él no contestó.

Segunda timbrada, y él no contestó.

Tercera timbrada, y él no contestó.

Luego de la cuarta timbrada, el contestador habló diciendo El número al que intentas llamar, no se encuentra disponible en este momento. Deje su mensaje después del tono.

Tendría que esperar hasta que esté disponible, así que corté la llamada.

Pasó más de una hora, cuando mi celular comenzó a sonar. Dejé de guardar los libros que creía esenciales para llevarlos conmigo a Londres, y fuí rápidamente a contestar.

—Nolan...

—Mi amor— se rió—  Ya extrañaba tu voz. —confesó y sentí como una punzada en mi pecho.

—Necesito verte.— susurré.

—¿Te encuentras bien?— negué con la cabeza inconscientemente.

—Si, sólo quiero verte... ¿Puedes venir por mi?—suspiré— Tengo ganas de ir al parque Nortlein, no lo sé, a caminar un rato.

—Lo que sea que te haga sentir mejor, amor. Ya estoy saliendo del trabajo, así que en diez minutos estoy en tu casa.

Y así fue, o bueno casi. Conté con desespero los minutos, y registré doce cuando recibí un mensaje de él, diciendo que ya estaba afuera.

Fui rápidamente al baño, me mojé la cara, y cuando me ví en el espejo, fingí una sonrisa, obteniendo una demasiado rota como resultado.

—Mi amor— saludó Nolan con su sonrisa infaltable, y en éstos momentos, demasiado hirientes. Sólo me recordaba todo el daño que estoy apunto de causar.

—Te extrañé— dije para luego abrazarlo. Supe que estaba torturándome a mi misma, pero enserio lo necesitaba cerca... Por lo menos, una vez más.

—¿Qué ocurre, Scar?— su mano, acarició con delicadeza mi pelo, y me separé lentamente de él.

—Nada, sólo no quiero estar aquí.

—Está bien, vamos al parque Nortlein, como querías.  —dijo encendiendo el motor, pero antes de arrancar el auto, me tomó del rostro y depositó un suave beso sobre mis labios— quiero verte feliz, mi vida.

No podría serlo sin ti.

Cuando nos encontrábamos en el lugar, nos adentramos al parque caminando en absoluto silencio, hasta que decidimos sentarnos en una banca.

Mi vista estaba en el cielo, viéndolo gris y opaco, sabiendo que en una hora aproximadamente iba a anochecer.

—¿Qué pasa amor?— me tomó de una mano, y me dedicó una sonrisa.

—Que te amo— susurré con pesar.

Oh por dios, no quería romper en llanto aquí.

Estúpida idea de venir a un parque.

Otra vez tomando malas decisiones, Scarlett.

—Pues yo te amo más—respondió sin dejar de sonreír.— ¿sabes que puedes confiar en mí?— Preguntó haciéndome acordar la vez en la que Nolan se sentía mal, por enterarse de la traición de su padre.

—Mírame... ¿Sabes que puedes confiar en mí?—Nolan frunció el entrecejo levemente, y luego asintió. Me incorporé de mi lugar, para acercarme hacia él, y lo abracé — Mi amor, si no quieres hablarme de lo que te pasa, voy a entender, pero si necesitas desahogarte con alguien, puedes hacerlo tranquilamente conmigo, yo no te juzgaré.

Ese entrañable recuerdo fue lo suficientemente tormentoso, como para provocar que lágrimas empiecen a humedecer mi rostro.

—Lo-lo siento. Yo jamás quise hacerte daño.— hablé en un tono de voz demasiado bajo, y limpié mis lágrimas.

—No entiendo amor—acarició mi rostro— ¿A qué te refieres co...

—Me mudaré a Londres.—mis ojos los tenía cerrados para evitar que salieran más lágrimas, y además, tenía miedo de ver su reacción.

—¿Qué?—susurró.

—En dos días es mi vuelo—mi voz se había quebrado completamente, y el rompimiento no me permitió seguir hablando.

Bajé mi mirada y más lágrimas empezaron a salir solas. Con mi mano inútilmente intenté secarlas, pero cada vez, salían más. El pecho me apretaba, y sentía cómo el corazón, luchaba por salirse. Jamás imaginé que me iba a doler tanto despedirme.

—No puede ser cierto—murmuró poniendo sus manos en su rostro. Nos quedamos callados durante un momento. Tal vez fue porque dolía demasiado, que nos impedía modular palabra alguna, hasta que levantó su cabeza con firmeza y puso su mirada en mí.—Quédate conmigo, Scar.

¡Maldita sea!

Deseé toda la noche de ayer, que no me pidiera eso... Pero aquí va la vida otra vez, jugando cruelmente conmigo.

No puedo— confesé dolida.

—¿Pero por qué no? Si se trata de que tienes miedo a vivir sola, pues te mudas conmigo, y afrontamos absolutamente todo juntos.

—Nolan— murmuré tomándolo del rostro.— Enserio que no tengo otra opción...

—¡Claro que sí la tienes! —exclamó haciéndome sobresaltar.—No puedes simplemente dejarme, sin siquiera habérmelo dicho antes. ¡Dos días, Scarlett, dos malditos días quedan para que te vayas! ¿Cómo eres capaz de decírmelo hasta ahora?

—Lo siento.— más lágrimas abandonaron mis ojos, y aunque quise limpiarlas para borrar su rastro, no tuve control sobre ellas.

—No me sirve que lo sientas.... —dijo  completamente enfurecido. Volteó su vista hacia un lado, para que no pudiese verlo, y lo oí suspirar pesadamente— No quiero perderte, Scar. Quédate conmigo, y te prometo que jamás te faltará nada.

—Nolan— hablé con demasiada dificultad— No puedo dejar a mi madre sóla...

—¿Y qué hay de mí? ¿A mí sí puedes dejarme?

—Enserio espero que cumplas con todo lo que te propusiste, y con los sueños que alguna vez me contestaste.

—¿Y qué más da? —Rió amargamente— No tengo un maldito sueño, en el que no estés tú.—habló con molestia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.