Si llegáramos a ser algo más

Epílogo.

 

 

3 MESES DESPUES…

 

Es genial cuando la familia se reúne después de mucho tiempo. Es gracioso como el mundo puede dar tantas vueltas, dejándote mareado. Pero luego que agarras postura te das cuentas que aquellos giros eran necesarios para que puedas terminar haciendo lo que amas, con las personas que amas.

Subí mi mochila al auto de Andrew y cuando iba a subir, me di que alguien me llamaba. Mire hacia todas partes y allí estaba Daniel.

– Oye gracias por avisarme que te irías – Hablo sarcástico acercándose – Ten – Me tendió un cuaderno– Alguien salió apurada ayer.

– Asentí – Sabia que ayer se me olvidaba algo– Era el último día del primer semestre, salí del aula hambrienta y fui por algo de comida con unas amigas – Gracias.

– ¿A dónde vas? – Pregunto recostándose del auto– De viaje con tu galán– Trato de adivinar pero solo causo que empezara a reír.

– A casa de mi madre galán– Explique golpeando levemente su cabeza, haciendo que se quejara.

– Yo también quisiera viajar, solo que mis padres viven aquí– Se quejó – ¿Cuándo vuelves viajera? – Pregunto estrujando sus ojos.

– Me encogí de hombros– Pronto– Ambos reímos– Trato de no pensar en ello. Extraño a mi familia.

– Que cursi– Ríe – Ya me voy, Lois me espera– Hablo mirando su reloj, para luego despedirse.

– Ve con tu príncipe, ceniciento. – Bromee y el rio sarcástico–Nos vemos.

Sonreí inconscientemente Daniel se ha vuelto un buen amigo. Para cuando me di la vuelta para buscar a Andrew el ya venía saliendo del edificio. Con una caja.

– ¿Por qué llevas tantas cosas? –Pregunto dejando la caja en la parte de atrás del auto. Me encogí de hombros y bese su mejilla. El sonrió y se sonrojo un poco– ¿Ese era Daniel? – Pregunto abriéndome la puerta del auto.

Si, vino a traerme un cuaderno perdido– Reí entrando al auto.

– Como siempre distraída – Ríe – Debo advertirte que será un viaje largo– Admitió aunque yo ya lo sabía.

– Ya lo sé, porque crees que viaje en avión la última vez– Ambos reímos– Pero si es contigo no se hará tan largo el camino– Admití y el dejo un corto beso en mis labios.

Viajar junto a él, siempre ha sido un caos. Cuando éramos niños siempre nos daba hambre a cada momento y convencíamos a nuestras madres de comprar comida para nosotros, siempre nos sorprendíamos por cada cosa que veíamos en el camino y peleamos por quien debía ir en la ventanilla. Ahora no ha cambiado mucho nos paramos cada hora a comer bocadillos en algún lado, cada que vemos algo raro nos extrañamos y queremos verlo de cerca, pero recordamos que el viaje ya es largo de por sí. Lo de pelear por la ventanilla ya no. Él va manejando y yo en el asiento de copiloto. Aunque sinceramente dormí prácticamente todo el camino. Cuando me mantenía despierta, la música retumbaba a todo volumen y dos locos cantándola. Hacía que los demás conductores se quejaran.

– Pss Bichito – Susurro – Despierta – Para mi sorpresa cuando abrí los ojos, era de noche. Sí que fue un viaje largo.

– ¿Llegamos? – Pregunte adormilada. Por su parte asintió y acaricio mi rostro – Aun tengo sueño– Volví a cerrar los ojos abrazando su brazo. El empezó a reír e intentó sacar su brazo pero no lo dejaba.

– Oye – Susurro y yo abrí los ojos para mirarlo. Se encontraba muy cerca de mí– Están esperando adentro ¿sabes? – Hablo muy cerca de mi rostro. Estábamos frente a mi casa, nuestras madres dijeron que nos esperarían aquí. Yo asentí mirando sus labios. Para terminar besándolo. Cada momento, cada cosa, cada sentimiento, ahora lo valoro como no tienen idea. Después de tantas cosas ahora valoro lo que tengo, teniendo miedo de perderlo.

Hey tortolitos – Alguien llamo haciendo que nos separamos rápidamente – La cena esta lista, ¿se quedaran allí?

Mi querida hermanita riendo a carcajadas volvió a entrar a la casa. Esa pequeña. Siento como mis mejillas arden, a puesto que estoy roja como tomate.

Cuando entramos a casa, tenía miedo de lo que pensarían nuestros padres de nuestra relación. Mi chico lo noto y suavemente tomo mi mano. Dándome tranquilidad.

– Tranquila, todo estará bien, no te preocupes– Susurro y dejo un beso en mi mejilla. Asentí mientras le sonreía y entramos a la casa – la puerta estaba abierta – tomados de manos. Aun no sé si ellos saben de lo nuestro, no sé qué pensaran. Mi familia estaba en la sala reunida. Igual la madre de Andrew.

– Estamos aquí – Anunciamos al unísono, para que se dieran cuenta de nuestra presencia. Mi padre hablaba con mi madre, sorprendentemente para mí pacíficamente. Nos miraron sonriendo. Mi abuela tomaba las medidas de la madre de Andrew probablemente para un suéter. Ambas nos miraron sonrientes. Mi hermana salió de la cocina en compañía de Amelia y entre risas nos miraron. Probablemente le habría contado lo que vio. Pequeñas entrometidas.

– Bienvenidos chicos– Mi padre nos miró sonriente de arriba abajo dándose cuenta que estamos agarrados de las manos. Se sorprendió por un momento para luego mirar a nuestras madres.

– Te lo dije Julie, te lo dije – Bethany – La madre de Andrew – Empezó a reír y abrazar a mi madre.

– Y claro que tenías razón querida– Mi madre empezó a reír junto a ella– Ambas la teníamos – Hablaron al unísono mientras reían. A pesar de los años ellas siguen siendo mejores amigas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.