Si me quisieras...

✔️Azael✔️ (16)

Si me quisieras…

Capítulo 16

Azael

De repente comenzó a llover. Y un viento recio sacudió a Olivia.

Un silencio ligado con pena se había mezclado. Su rostro se encontraba ruborizado por la vergüenza de haber entrado a una habitación, la cual, no estaba autorizada.

──Olvídalo, es obvio que estabas curioseando.──caminó hacia adentro, pasándole por un lado. Se quitó su sacó de cuero, dejando ver una espléndida camisa blanca. Olivia se le quedó mirando, un poco curiosa y sumida en pensamientos de preguntas.

El chico se condujo a la ventana y la cerró, el frío era brutal. Se extrañó al ver a Olivia parada, observándolo, como si quisiese descifrar o adivinar algo.

Se volteó y Olivia reaccionó penosamente.

──¡Lo-lo siento!. Ya me voy.──se disculpó para salir de la habitación.

──¡Espera!.—exclamó, en un tono agudo──.Eres el motivo por la cual, mi hermana está preparando sándwich allá abajo.

Olivia se giró, quedando frente a él, con una distancia muy prudencial. Por algún motivo, no sentía nervios a estar con él, ni al hablar.

──Milena no se hubiese molestado en prepararme cena.

──Déjala, a ver si aprende algo de cocina.──dijo divertido. Ampliando una sonrisa.

La muchacha se cruzó de brazos, y calló ante el comentario.

──¿Qué harás mañana chica torpe?.

──No soy torpe.──bufó.

──Ah cierto, eres torpe cuando estas con Azael.

Olivia se sonrojó.

──No es cierto.──gruñó, moviendo la cabeza de un lado a otro. Aunque su corazón le gritaba que Azael era el único motivo de sus actuaciones tan vergonzosas.

──Rompe todos los pocillos, si no, le lanzas el café, o terminas volviendo añico la botella de coca-cola. Y eso que no he mencionado la manera en que lo miras, pareces una acosadora sexual.

De algo estaba segura Olivia, el chico de la guitarra la conocía muy bien. Sus actitudes, sus titubeos e inseguridades. Le molestaba la sinceridad de Axel, aunque todo era cierto.

──Estoy perdiendo el tiempo contigo. Discúlpame por haber entrado sin permiso a tu habitación.──la muchacha rodó sus ojos, y caminó directo a la puerta hasta que, apareció de repente Milena, con dos sándwich en la mano.

──¡Ah, estas aquí!. Junto a mi odioso hermano.──enfatizó la pelirroja, echándole una mirada de odio a Axel que estaba tirado en la cama.

──Si, desgraciadamente me tropecé con esta alcoba.──se excusó, mirando el delicioso sándwich que la chica tenía en las manos.

──¿Me preparaste sándwich?.──formuló el chico, sacando su celular del bolsillo.

──Tienes dos manos, puedes prepararlo tú mismo. ──declaró ella, y él se calló.

Olivia peló sus ojos. Al parecer los dos hermanos no tenían buena relación. En un tiempo, ella anhelo tener un compañero, alguien que la cuidara, la protegiera y le ayudara, desgraciadamente, no sucedió, su padre falleció en un accidente automovilístico, por lo tanto, su madre se dedicó a trabajar toda su vida.

──¿Vamos a la habitación?, preparé sándwich.

La chica asintió.

──¡Milena!.──llamó su hermano. Ella respiró hondo, como si le molestara todo lo que el dijese.

──Mañana tengo un concierto.──pausó un poco, y posó la vista en su hermana──. Me gustaría que estuvieras ahí, apoyándome.

Olivia ojeó al chico y esté miraba fijamente a su hermana. En sus ojos se denotaban un destello hermoso, una sinceridad que no le había visto a ningún chico. El hermano odioso, reflejaba un gesto de amor por la pelirroja.

Milena titubeó un poco, bajó la cabeza y lo pensó por dos segundos.

──¿Olivia puede venir?.──le preguntó. El chico alzó una ceja, acto seguido, asintió.

──¿Estás de acuerdo Olivia?.

La muchacha vaciló.

──No sé. Creo que…

──Azael irá.──mencionó él, con una sonrisita maliciosa.

Olivia lo miró mal.

 

──¿Irás?.──insistió, arqueando una ceja.

Nuevamente vaciló. Luego, pensó, <<es mi oportunidad de acércame a él>>. Sonrió, y asintió.

Milena se alegró, y Axel le guiñó un ojo.

Ambas, se dirigieron a la alcoba. Milena se sentó al borde de la cama y Olivia en la silla del peinador. Observó de nuevo toda la habitación; la decoración, y aquel balcón con vista a la ciudad. La nostalgia se incrustó en su corazón. Ella no contaba con la suerte de tener una alcoba así de lujosa como la de su compañera.

La lluvia agudizó. No cesaba. Los rayos eran cada vez más fuertes. Era como si una tormenta se hubiera desatado.

──¿Estas enojada con tu hermano?──sondeó Olivia, dándole un buen mordisco a sándwich de jamón.

Milena titubeó, fijando la mirada en el suelo.




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