Si me quisieras…
Capítulo 22
La noche perfecta.
Azael estaba parado frente a ella. Un hermoso abrigo negro arropaba su atractivo cuerpo. Esta vez no estaba serio, ni enojado. Al contrario, sus facciones se encontraban relajadas.
La rubia no tardó en apresurarse para limpiarse aquellos ojos que hace unos minutos acababan de lagrimear. No obstante, Olivia estaba feliz de ver a su chico del café.
──¡Azael!──exclamó la pelinegra.
──¿Cómo están ambas?──preguntó emotivo, llevándose sus dos manos a los bolsillos del abrigo.
──Fue un día duro, pero estamos sobreviviendo──respondió en una sonrisa, esta vez, Olivia no se sentía apenada ni nerviosa, la conversación fluía por arte de magia.
──Ya veo. Yo…──carraspeó un poco──.Quería invitarte a algún lugar, claro si no estás ocupada.
Ambas se dedicaron una mirada cómplice, y esta vez fue Hanna la que tartamudeó.
──Yo-yo tengo que irme, esta vez me iré a mi apartamento. Nos vemos mañana──abrazó a Olivia y l susurró en el oído──, disfruta con tu chico.
La rubia se subió a su vehículo y a toda velocidad se marchó. Esta vez, la muchacha estaba sonrojada, ya que se encontraba a solas con Azael.
──¿Y bien?...
──Vamos…
La pelinegra sabía que debía asistir a la universidad, asimismo pensó, si no va un día no le haría daño a nadie. De seguro, ni se darían cuenta.
Ingresó al auto de Azael. Y a toda prisa condujo a un parque de diversiones. Estando ahí, se regocijo al ver como las personas se carcajeaban, como las parejas se besaban e abrazaban.
──¿Estás bien?.
──Nunca había venido a uno de estos──mencionó Olivia con nostalgia.
──Entonces, nos subiremos a todos──. A toda velocidad se incorporó en una enorme fila, la cual, compró un montón de boletos. Inconscientemente, el chico la tomó de la mano, y ella no pudo evitar ruborizarse por aquella acción.
Era como un sueño. Solo basto hablarle para salir con él.
Ambos se subieron a montaña rusa, la rueda de la fortuna y otros juegos donde la adrenalina era suficiente. No hubo ningún lugar donde Olivia no se montare.
Carcajeándose se burlaron de ellos mismos, mientras comían algodón de azúcar. Sentándose en un banco para descansar; Olivia no evitó sonrojarse nuevamente,
──Axel me contó lo mal que te fue esta mañana──articuló, sin dejarla de mirar.
──Fue un día terrible.
──¿Por qué no te retiras y buscas otro lugar?.
──Estoy condenada a estar ahí. Le debo 25 mil dólares al dueño.
El chico soltó un silbido, a su vez, arqueando una ceja.
──¿Por qué le debes tanto dinero?.
──Mi madre está enferma, tiene cáncer. Cubro todos los gastos.
──Lo siento, de verdad. Debe de ser difícil para ti.
──Lo es.
Azael se rio súbitamente, y bajo la mirada enfocándose en el parque. ──¿Por qué antes no nos hablábamos?.
La chica se encogió de hombro.
Después de un rato en silencio, le respondió esa pregunta.
──Me daba vergüenza hablarte.
El chico posó su vista en ella asombrado, si tan solo supiera que en ese lapso de tiempo él también quería hablarle.
──Yo también me avergonzaba en hablarte──susurró.
──¡Que!──se sorprendió, pelando sus ojos como dos platos. Esta vez su corazón latía a millón, parecía sufrir de un infarto.
──Siempre te observaba atender las mesas. Además, sabes lo imprudente que suele ser Axel. Me había comentando en tu manera de mirarme──esta vez, le tomó la mano, colocándose solo a un centímetro de ella. Sus ojos estaban fijos mutuamente, mirándose, contemplándose. Olivia se moría de los nervios esta vez, y su ritmo cardiaco parecía desfallecer.
──Olivia no soy tonto ni retrasado. Sé que te gusto, lo reflejas en la manera en que me miras. Pero debes saber que… que…──tragó grueso, mientras que Olivia esperaba sus palabras impaciente──. Tú también me gustas…
La chica quedó fría. Un estallido emocional se originó. Pensaba que estaba soñando y lo que estaba viviendo solo era producto de su imaginación. Pero no era así, Azael estaba frente a ella diciéndole lo que Axel le había adelantado.
Sorprendida se le quedó mirando en una sonrisa. El chico le correspondió aquella muestra de afecto. Azael estaba seguro de algo, de superar a la chica de la bufanda. Olivia lo ayudaría.
Compartiendo un par de miradas, el celular de Azael entonó una melodía que anunciaba la llamada. Él miró el teléfono y vio a Olivia.
──Es Axel.
Contestó la llamada y abrió sus ojos como dos plato al escuchar a su pariente desesperado.
──Milena trató de suicidarse…
_________________________________________
¿Que sucederá entre Azael y Olivia?.
#32200 en Novela romántica
#5351 en Chick lit
amor imposible, amor desilusion encuentros inesperados, amor celos amigos
Editado: 04.11.2020