Si me quisieras...

✔️Cita✔️(25)

 

Sí me quisieras...

Capítulo

Como abrir y cerrar de ojos, transcurrieron tres semanas exactamente. Su rutina había sido tediosa y aburrida. Las clases en la universidad eran cada vez más agobiantes, y para ella más, que emprendía el proyecto sola por las condiciones de Milena. Lo último que supo de ella fue, que tenía visitas con el psicólogo. Nada nuevo aconteció, todas las personas que gozaban de la cafetería se sentaban y bebían un delicioso café con espuma y así como entraban también salían. Asimismo, ambas chicas se percataron de algo inusual que estaba sucediendo, tanto el chico del café como el de la guitarra dejaron de asistir, y eso era frustrante para Olivia, después de una cita y una confesión empírica, ahora ni siquiera tenía la delicadeza de verla.

Mientras trapeaba pensó en Axel, y en lo mal que ese día se encontraba. Jamás lo había visto de ese modo, ni con lágrimas en sus mejillas, aquel abrazo no fue más que un confortamiento y apoyo.

Hanna se encontraba callada, triste y confundida, seguía pensando en su madre y en como el pelirrojo la defendió. <<¿Qué estarían hablando>>, se preguntó, más no le encontró respuesta alguna.

Olivia, se sentó un poco, tomó su celular y miró la hora, ya casi terminaba su jornada.

——¿Estas bien?——preguntó Hanna, frotándose sus ojos.

——Estoy confundida, Azael un día me dice que le gusto y después desaparece como si nada.

——¿Por qué no le escribes un texto?

——No quiero parecer desesperada.

La rubia se rio entre diente.

——Entonces, escríbele al idiota de la guitarra.

La muchacha le lanzó una mirada curiosa y se paso su flequillo a un lado.

——¿Sigues enojada con él?

——Por supuesto, me arreglé para él y ni siquiera me vio——se quejó, llevándose un mechón de cabello hacia sus orejas.

——¿Qué tal Benjamín?

——El pelirrojo. Guácala.

——Es lindo.

——No lo considero así.

——Además, te defendió aquel día.

La rubia se calló y sonrió entre diente.

——Fue muy tierno de su parte, pero creo que no es mi tipo. Además, me da curiosidad saber lo que mi madre conversaba con ellos. ¿Qué planeará?

——No tengo idea.

——Escríbele a Axel...

——¡Que, no!

——Hazlo, me muero de la curiosidad.

——No soy chismosa.

——Pero yo sí. Dame tu celular.

——No——dictaminó, forcejando con Hanna.

——Préstamelo...

——Hanna, ¿Qué le voy a decir?

——Déjamelo a mí, yo le escribiré——tomando el celular de Olivia, buscó el número de Axel y lo agregó, sí su mamá se reunía con ellos es porque tenia en mente mucho dinero.

Olivia: Hola Axel, soy Olivia, me preguntaba como estabas, ya que, no te he visto mucho por aquí. ¡Qué vergüenza lo de la otra vez!, con aquella señora, ¿Qué habrá pensado?, por cierto, ¿esa señora les ofreció trabajo?

Ah, gracias a pecoso por defendernos, fue muy tierno de su parte.

——¿Qué le escribiste?

——Un mensaje muy lindo——sonrió la rubia a la pantalla. Olivia frunció el ceño y le arrebato el móvil. Leyó el mensaje y casi se muere de un infarto por el contenido——. Fuiste demasiado directa en ese mensaje, ¿Qué pensará?, ¿Qué le estoy curioseando la vida?, por eso, le hubiese escrito, "porque no me echas todo el cuento de lo que hablaste con mi mamá".

——Relájate, Axel es tu amigo, te dirá.

——No quiero que las cosas se malinterpreten entre nosotros.

——No se malinterpretarán, al menos que tu quiera.

El celular vibró y corriendo Olivia abrió el mensaje.

Axel: Porque...¿celosa?.

Ambas se dieron una mirada cómplice, la rubia tomó control de nuevo, sin embargo, antes que pudiera enviar el mensaje, el chico de la guitarra envió otro.

Axel: Si, me ofreció una buena oportunidad.

Olivia: Me alegro, ¿Qué oportunidad?

Axel: Siempre eres así de chismosa.

——¡Basta Hanna!, no le escribas más——forcejeó nuevamente.

——¡Buenas! ——interrumpió él, Azael. Se encontraba parado junto a la puerta, con un traje negro de gabardina muy elegante.

——¡Azael! ——resopló casi en un susurró Olivia, deslumbrada por lo galante que veía su chico.

——¡Hola! ——saludó Hanna.

——Hola. ——correspondió él——. Quisiera, conversar contigo Olivia. ¿Esta desocupada?

——Claro, si...——vaciló al responder, hasta que le arrebató por completo el móvil a Hanna——. ¿Puedes cerrar por mí?

——Claro, mientras me averigües lo que te dije...

——No... deja de molestar.

La pelinegra, tomó su saco, y se pintó los labios de rojos. Se metió en su abrigo y salió junto a Azael.

Se embutieron en el auto y rápidamente se fueron.

——¿Cómo has estado?——formuló el chico, al verla distraída.

——Bien... ¿y tú?

——Con mucho trabajo——la miró de reojo y observó nuevamente lo perdida que estaba.

——¿Qué piensas?.

——En Milena, ¿Cómo esta ella?.

——Mejorando. Asistiendo a terapias psicológicas.

——¿No es la primera vez que lo hace?

——No, cuando murió su madre, lo intento dos veces. Se culpa de su muerte.

——¿Por qué?.

——Porque minutos antes del accidente, ambas habían discutido.

——Pero no es su culpa.

——Axel y yo hemos tratado de convencerla, pero no nos hace caso.

Olivia se calló, pensando un poco en Milena y en lo que aparentemente reflejaba por fuera; se dio cuenta que ella no era la única con problemas.

Vaciló un poco antes hablar, hasta que finalmente lo hizo.

——Y, ¿Axel como esta?

Azael se removió de su asiento, posó la vista en la carretera oscura y le echó un vistazo de reojos.

——Esta bien, ayudando a Milena. ¿Tú y Axel son muy cercanos?

La preguntó la tomó por sorpresa, ¿acaso el chico del café estaba celoso?

——N-No sé, solo somos amigos.

——Sabias que... él me aconsejó para que te hablara.

Nuevamente el comentario la tomó por sorpresa.

——¿Enserio?

——Sí. Creo que debo agradecérselo.

Olivia guardó silencio, un poco nerviosa, mirando por la ventana la oscuridad que abarcaba toda la naturaleza.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.