Sí, Mi Comandante [power Rangers: S.P.D.]

CAPÍTULO 04

CAPÍTULO 04

El sitio que la Dra. Manx eligió para su cena de trabajo no estaba muy lejos de la base, así que pudieron hacer una caminata tranquila hasta el sitio. Era un tanto diferente a lo que Anubis se había imaginado. Se trataba de una cafetería, un local más en una plaza comercial, de colores cálidos, con tres mesas en la parte de exterior, y unas más en el interior. El nombre del lugar se veía en letras grandes sobre la puerta principal:

Aiyon’s Cafe

Acompañado del rostro sonriente de un chico con dos antenas que sobresalían de su frente hacia atrás, que Anubis reconoció de inmediato como un rafkoniano. De hecho, el nombre “Aiyon” igualmente le resultó familiar.

La Dra. Manx eligió una de las mesas de la parte de afuera, y sin oponer mucha objeción Anubis se sentó en el asiento del lado contrario al suyo. El espacio era un poco reducido para el tamaño de su cuerpo, pero no creía tener problema para comer con comodidad.

Sólo pasaron unos cuantos segundos, antes de que una mesera joven de delantal anaranjado se les aproximara. De su frente se asomaba también un par de antenas rafkonianas que se alargaban hacia atrás.

—Bienvenidos al Aiyon’s Cafe, Sucursal Newtech —les saludó la jovencita con una amplia sonrisa amistosa—. ¿Qué les puedo servir esta noche?

—Danos la carta de las comidas, por favor —pidió la Dra. Manx—. El Comandante Anubis Cruger de la S.P.D. necesita cenar.

La mención directa del puesto del Siriano pareció ciertamente sorprender un poco a la mesera, que por mero reflejo se giró a mirar a Anubis más directamente, y de seguro apreciar con más detalle su uniforme.

—Comandante, es un gusto tenerlo aquí —comentó con renovado entusiasmo. Les pasó entonces un menú físico a cada uno, con un diseño un tanto clásico—. Tenemos una gran variedad de platillos y bebidas rafkonianas para su elección. O, si lo prefieren, también tenemos platillos terrícolas más convencionales. Como crepas, sándwiches o ensaladas.

Anubis y su acompañante echaron un vistazo rápido al menú. Por lo menos él no recordaba haber probado comida rafkoniana antes, pero esa noche no se sentía lo suficientemente abierto a aventurarse a cosas nuevas.

—Creo que estaré bien con una simple ensalada de pollo —informó el Comandante con voz solemne.

—A mí tráeme un emparedado Zaytonico, por favor —pidió la Dra. Manx con mayor seguridad—. Y un cappuccino moka. Ah, ¿y te puedo encargar de postre una rebanada de pastel Flargon para compartir?

«¿Pastel?» pensó Anubis, un tanto destanteado por esa última petición.

—Entendido —respondió la mesera sin vacilación, y recogió de nuevo los menús—. Enseguida les traigo su orden.

Anubis y Kat permanecieron en silencio mientras la mesera se retiraba. Una vez que la perdieron de vista dentro del local de la cafetería, Anubis se atrevió a hablar, aunque lo hizo en voz baja.

—No creo que un pastel sea apropiado para cenar.

La Dra. Manx soltó una discreta risilla divertida.

—Es sólo para que lo pruebe, comandante. Es un postre rafkoniano interesante, que tiene la peculiaridad de encantarle a algunos, y a otros parecerle asqueroso. Tengo curiosidad de saber cuál grupo será usted.

—Me alegrará serle de entretenimiento entonces, Dra. Manx —suspiró Anubis, definitivamente no muy convencido con la explicación. Kat se limitó a volver reír.

En lo que esperaban su comida, sería mejor que comenzaran con su charla de trabajo, que era después de todo el motivo principal por el que estaban ahí. Con eso en mente, la Dra. Manx extrajo de su maletín su tableta electrónica. Desbloqueó el dispositivo, y abrió rápidamente el archivo que contenía la información completa de los candidatos.

—Bien, con respecto a la búsqueda de aspirantes para el Escuadrón B… le tengo buenas y malas noticias sobre ese tema. La buena es que encontré a tres candidatos ideales.

—¿Tres? —inquirió Cruger, desconcertado.

—Sí, esa es la mala —suspiró Kat con pesar—. Nos siguen faltando dos más. Pero estos tres jóvenes van con mi total recomendación. Y con la del anterior Comandante Collins, de paso.

Kat le pasó la tableta electrónica para el comandante pudiera echarle un vistazo al archivo él mismo. Cruger aceptó el dispositivo, y comenzó a leer por encima el perfil de los tres.

—Schuyler Tate, Sydney Drew y Bridge Carson —comentó la Dra. Manx, haciendo eco de los nombres en el archivo—. Los tres son cadetes sobresalientes de la Academia, con excelentes calificaciones. Bueno, algunos más sobresalientes en algunas áreas que en otras.

—Interesante —murmuró Cruger en voz baja, aunque sonó más como un comentario para sí mismo.

Guardó silencio el siguiente par de minutos, mientras seguía repasando la información en la tableta. Era bastante, así que era poco probable que pudiera digerirla toda en ese momento. Pero deseaba al menos identificar los puntos más importantes que necesitara tocar con la Dra. Manx en ese momento.

—Los padres de los tres fueron parte de la Guardia de Plata —indicó tras un rato, en cuanto se percató de ese punto en común entre los tres perfiles—. Fue la organización terrícola que precedió a la S.P.D. en este planeta, ¿no es cierto?




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