Si no te tengo

Capítulo 6

Mi cabeza dolía, mire a mí alrededor y observe que no estaba en el auto, ni siquiera en el sofá, estaba en una habitación de paredes beige, con libros y demasiados discos. A su alrededor, habían cuadros, fotos de ellos estando tan felices y de algunos que no reconocía. Me levante despacio, observando cada fotografía, cada pequeño dibujo que había sobre el escritorio. En uno de ellos había un chico parado al lado de la muerte, mientras que esta le decía: "Simplemente faltas tú".

— ¿Siempre tocas todo lo que no es tuyo?— voltee al escuchar su vos. El castaño estaba parado sobre el marco de la puerta, observando cada movimiento.

— ¿Tu dibujaste esto?— hable por lo bajo. Era un buen artista, incluso cuando no parecía ser ese clase de chicos— Lo haces muy bien.

—Si bueno...— paso uno de sus dedos por su labio inferior— no es lo único que hago bien.

—Eres un idiota— Dije con enfado. Pase por su lado pero me negó la salida, lo observe de arriba abajo— ¿podrías moverte?

—Esa no es la manera de tratar a alguien que te ha salvado la vida.

—No necesito que me salves— bufe, lo empuje hacia un lado con mi hombro y me aleje lentamente.

Sam estaba sentada en la cocina, me acerque a ella y le dije que necesitaba ayuda para hacer algo. Todas mis cosas habían quedado en la casa de Nolan y, por mi enojo, había botado la llave por el puente. Tenía que buscar una forma para entrar y sabía que mi amiga me ayudaría.

¿??

— ¿Estas segura que no hay nadie en casa?— hablo Sam, intentando ver desde el coche.

Observe cada detalle, las cortinas cerradas, las luces prendidas cuando el sol esta en lo más alto y la mierda del perro no se ha recogido hace días. Al parecer, la rubia hueca no ha llamado a ninguno de sus empleados para que vengan a limpiar.

—Por supuesto— aclare. Confiaba en que ninguno estaba.

Bajamos con cautela, acaricie a Boster mientras Sam buscaba alguna llave. Miro debajo del tapete, en las plantas, incluso en los marcos de la ventana, pero no obtuvimos nada. Recordé que una de las ventanas traseras estaba rota, simplemente teníamos que subirla, entrar por las cosas e irnos.

Sin siquiera pensarlo dos veces entramos por la ventana, comencé a pasarle las cajas a Sam y se las llevó al coche. Cuando le arroje la última me di cuenta que el muy imbécil había incendiado todas nuestras fotos en la chimenea. Salí de la ventana y por un momento, lo que estaba roto dentro de mi recobro vida, quería que le devuelva todo el mal que había hecho. Sam apareció nuevamente y dijo:

—Ya está todo listo— se froto las manos— podemos irnos.

Me acerque a ella y algunas lágrimas se escaparon. Le dije lo que había visto y cuanto me había afectado eso, ella me llevo hasta el auto y nos dirigimos a un bar de la zona.

Bebí uno y otro trago, las únicas palabras que salían de mi boca eran "Dame otra, llénalo", en el fondo pensé que lo había superado, que todo lo malo que hizo en este mundo se lo devolvería, pero es difícil cuando los recuerdos llegan. Es como intentar borrar la tinta con una goma, es imposible, la marca seguirá ahí y lo único que queda es aceptarlo, no se ira, se quedara sin importar nada y, lo peor, es que muy en el fondo, aun lo quería.

—Volveremos a esa casa— Sam llamo mi atención. Se encontraba a mi lado con una botella.

— ¿Acaso no escuchaste nada de lo que te dije?— hable incrédula.

— ¿Sabes que viene después del amor?— negué a su pregunta— el odio, la venganza. Sé que lo quieres y que mejor que destruir lo que más ama.

— ¡Sam, no voy a matar a Boster!— hipé.

— ¡No imbécil...— me golpeo— iremos a su casa y haremos un par de cosas!

—Eso es ilegal— hable, pero me tapo la boca.

—Debes dejar de seguir las reglas Ness, — me sonrió— todo está hecho para romperse, aun cuando es ilegal.

Sam tenía razón, incluso las reglas estaban hechas para quebrantarlas. Acepte su propuesta, después de todo, no es la primera vez que ella haría algo como esto, había quebrantado la ley más de una vez.

¿??

— ¿Estas lista?— dijo entre cortado. Estábamos ebrias, pero aun éramos conscientes de lo que estábamos a punto de hacer.

—Adelante.

Bajamos del coche en dirección a la ventana, Sam me hizo piecito para que pudiera llegar y yo la ayude de arriba. La casa estaba hecha un desastre, nos tomamos un momento para pensar que hacer, me senté en el sofá y vi que sobre las mesas habían muchas revistas de comida, comencé a correrlas y fue cuando la vi. Invitaciones de boda, revistas de vestidos y lugares donde hacerla.

— ¡Viste lo que tienen en...— Sam apareció con un juguete en la mano— ¿Ness?

— ¡Ellos van a casarse!— me tape los ojos con las manos. Quería irme de ahí, pero también, necesitaba mi venganza— ¡A la mierda, ¿Qué haremos?!

No sabía si mi manera de actuar era por la mezcla de alcohol y adrenalina, o porque sentí que mi corazón simplemente se congelo.

— ¡A la mierda todos ellos, Ness!— Sam se paró arriba de todas las revistas y se bajó los pantalones. Y si, los orino— Destrocemos esta mierda.




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