Si no te tengo

Capítulo 7

Compre cosas sencillas para decorar la habitación. Pintura beige, para que el sol resalte en las mañanas. Discos vinilos, porque me traje el tocadiscos de la casa de Nolan. Imágenes. Posters. Jessie dijo que podía adornarla con algo que me inspire, algo que llegara a causar un efecto en mí por las mañanas, y que mejor que música.

— ¡Nessa, ven... corre!— escuche unos gritos que provenían de la sala.

Tenía miedo de salir de aquí, la mayoría de veces que escucho esas palabras es cuando suceden cosas malas. Y estando aquí, lo único que puedo pensar es que alguien entro en la casa forzando la puerta, porque cerradura no tenía.

— ¿Qué sucede?— susurre asomándome por un costa del marco.

— ¡Mira, estoy en televisión de nuevo!— Reggi señalaba la televisión con alegría.

Si, si lo estaba. Resulta estar en primera plana luego de una persecución por la avenida. Los policías lo había seguido porque pensaban que estaba ebrio pero cuando le hicieron el test se dieron cuenta que no había ni una gota de alcohol en su sangre. Él estaba ayudando a Jessie, distrayéndolos. Y qué mejor que hacerlo llamando la atención de todo el público.

Aun si sus fans los vieran, los aclamarían. A cada uno de ellos. Todos los famosos son dioses ante nuestros ojos, aun cuando puedes confundir a algunos con un demonio. Sólo hay un punto, los amas o los odias. Y la banda Mistery no se está esforzando para ser amados, creo que ni siquiera les importa lo que piensen.

— ¿Y ahora qué?— cuestione— la gente hablara mierda de ustedes.

—Me vale madres, enserio— levanto los hombros en un ademan.

Volví a mi habitación ignorando aquellas palabras. Algún día soñé con ser así, alguien que no le importara en absoluto lo que estaba pasando a su alrededor. Por desgracia, me convertí en una persona muy perfeccionista, que se deja llevar por las opiniones de los demás. Aun cuando sabía que lo que hacía estaba bien, lo hacia una vez más cuando me decían que podía haberlo hecho mejor.

Observando cada pequeño detalle, acomodando bien los cuadros y demás, mi vista viajo hacia la puerta cuando escuche tres golpes. Si, tres. Con al menos una pausa de tres segundos en cada uno.

— ¡Adelante!— Cuando la puerta se abrió por completo me dejo ver al castaño.

Miro la habitación, pude notar su cara de desagrado ante las cosas.

— ¿Qué mierda es esto?— comenzó a olfatear cual perro— no, no te siento.

— ¿Disculpa?— cuestione.

—Esto no eres tú, — soltó en un suspiro para luego dejarse caer en la cama— no te conozco en lo más mínimo y aun así puedo saberlo. ¿Por qué lo elegiste?

—Me gusta la música, vi una fotografía en internet y...

—...Con que esta no fue tu idea, — quedo callado por un momento— es hora de irnos.

Pregunté a donde iríamos pero no recibí una respuesta por su parte. Me tomo por la parte posterior del brazo y me saco de ahí, se detuvo en la sala a explicarle a Eda que me iba a ayudar a "encontrarme" para que yo pudiera conectar conmigo misma. Era lo más estúpido que había escuchado en la mañana y estuve oyendo a Reggi alegrarse porque salió en televisión debido a una persecución. Quiero ver su cara cuando tenga que pagar esa maldita multa.

Llegamos a una de las tiendas de la cuidad, mire icónica al ver cuál era.

—No puedo pagar nada de esto— dije seria. Era cierto, apenas había comenzado a trabajar.

—No lo harás— estaba a punto de bajar del coche con una bufanda que lo único que dejaba ver eran sus ojos, cuando lo tome desprevenido, haciendo que se introdujera una vez más— ¿Qué?

—No necesito que pagues por mi— escupí— iremos a otra tienda, una adecuada a mi presupuesto.

Discutimos por minutos, la gente que pasaba por afuera, nos miraba con curiosidad. Gane la pelea, como era de esperarse, asique nos dirigimos a otra tienda. Fue un desperdicio, cada cosa que tocaba o quería llevarme, él me lo prohibía. Decía que tenía que ser algo que realmente sintiera que fuera mío. Para mí lo que estábamos haciendo era una estupidez y hablar de uno mismo en frente de desconocidos era lo peor.

Estuvimos horas buscando algo, pero no hubo resultado. Lo único que conseguimos fue que una oleada de chicas nos persiguiera hasta el auto. "Jessie, tómame" "Jessie cásate conmigo" y millones de cosas más eran las que nos gritaban desde el otro lado del vidrio.

Mi celular comenzó a sonar, era mamá. Me pidió si podía ir a casa, le dije que tardaría en llegar pero que estaría ahí.

La multitud no se iba, asique Jessie bajo del coche y se tomó fotografías con cada una de ellas. Podía verlo por el vidrio, sonreía, pero no estaba feliz. Era una sensación rara, una sensación que me hacía volver al pasado. O quizás, simplemente era mi presente y mi futuro.

Sabía fingir sonrisas, era por eso que pude identificarlo. Una enorme y hermosa sonrisa se posaba en las fotografías, mientras que, cuando todas bajaban el celular, se esfumaba así nada más. Como si fuera un simple chasquido.

Lo que significaba que, mientras me ayuda a encontrarme conmigo misma, él finge ser una persona que realmente no es. Una que es para la gente que no lo conoce. Una que cubre el dolor y el sufrimiento, o un pasado que no quiere que nadie vea. Una que esconde una parte de él que no quiere que descubran.




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