Si no te tengo

Capítulo 8

El sonido de la alarma me hizo despertar. Mamá no se encontraba, lo único que había era una nota sobre la mesa que decía: "Gracias por quedarte conmigo. Te amo." Con esa nota sabía que ella no se encontraba en casa, había partido al trabajo. Tome un par de galletas que había sobre la mesa, junto a una revista de moda y me marche.

El camino se hizo interminable con la gran estupidez que estaba escuchando en la radio, dos hombres hablando del trasero de Nicki Minaj. Sé que tiene un culo gordo pero no es para que cualquier imbécil lo ande diciendo, incluso una idiota como yo tendría que tenerlo prohibido.

Al entrar al departamento, vi como la única que posaba una gran sonrisa era Eda, como era de esperarse, los demás simios se encontraban en un trance mirando el techo. Iba a preguntar qué demonios estaban haciendo pero escuche una voz que hace días extrañaba, mi vista viajo hasta el sofá y ahí estaba ella. Tan tranquila como siempre, como si la vida fuera tan sencilla.

—Hasta que regresas— gruñí mientras tomaba asiento a su lado.

—Papá me retuvo por lo del calabozo, — bufo— alguno de los imbéciles les debe haber dicho.

— ¿Y qué esperabas?

—Que quizás una vez en la vida pudieran mantener la boca cerrada.

—Aman verte sufrir— tras esas palabras, Sam asintió con una sonrisa que causo algo de incomodidad en mí, incomodidad porque sabía de qué se trataba. Una venganza.

Mi amiga causaba terror en mí cuando contaba las cosas que podría llegar a hacerles a esas personas. Se ve tan tierna por fuera, pero por dentro esta lista para matarte si es necesario, y, aunque me gusta que no sea de esas chicas que no se dejan pisotear, tendría que tener límites incluso cuando se trata de hacer sufrir a alguien que también te lastimo.

De reojo, vi una silueta que se asomaba por el pasillo, por instinto me gire y vi a Eda haciendo un amague con la mano, intentando llamar la atención de alguien de la sala. Me señale con el dedo, para ver si realmente era a mí a quien estaba llamando, ella sonrió y asintió. Mire al lado y Sam se encontraba mirando el techo, le dije que ya volvía que iba a buscar algo.

Cuando llegue al pasillo vi que la única puerta que estaba abierta era la de mi habitación, se suponía que yo tenía la única llave y me asuste al recordar que la había dejado cerrada. Entre con confianza, ya que sabía que los chicos estaban en la sala. En ese momento un montón de cosas pasaron por mi cabeza, hasta cosas como que Eda podría estar esperándome adentro con un cuchillo, se me arrojaría encima y me dirá antes de apuñalarme: "Esto es por llevarte a Jessie ayer por la noche". Puedo decir muchas cosas de Sam pero mi cabeza tampoco se encuentra en buen estado.

— ¡Sorpresa!— grito Eda, haciendo que salte del susto.

No, no me apuñalo. Aunque si lo hubiera hecho no hubiera corrido, habría muerto por asesinato y no por cobarde. Ella estaba parada al lado del escritorio, el cual tenía muchas acuarelas, pinceles y todo tipo de cosas para pintar. A su lado, había una biblioteca con muchos cuadernos, los discos vinilos estaban ahí y unos estuches con lápices también. Y en la cama, lo único que había era Jessie, que no mostro ninguna expresión por el lugar.

—...Jessie me dijo que te gustaba pintar— retomo la castaña, quien no tardo en ruborizarse— asique te ayudamos con la habitación.

—Eso es hermoso— dije fingiendo una voz de alegría. En el fondo no quería que alguien más toque mis cosas y, para ser honesta, me quede con el maldito pensamiento de Jessie—, enserio gracias muchachos.

Ambos salieron de la habitación. Parecía que alguien se había levantado de mal humor, ni siquiera dijo "hola" cuando paso por mi lado. Deje todo como estaba y me fui.

Camine un par de cuadras, pasando algunos edificios y me detuve en frente del de ellos. Hace días que no había podido venir a verlos, pero tenía razones. Serias razones. Suspire y toque la puerta, la cual Ray abrió con una gran sonrisa, lo abrace, era la única persona que me hizo sentir querida nuevamente después de tanto tiempo. Él lo sabía y que no se burle por que sea una idiota es un alivio. Nos adentramos al departamento, el me llevo hasta June, quien nuevamente se encontraba dibujando. Le pegunte si aún tenían comida y Ray dijo que su hermano había traído pastas a casa.

—Asique tu hermano volvió eh.

—Te dije que Christopher es como un fantasma, aparece cuando menos te lo esperas— se burló Ray.

Estaba dándole dinero a Ray, quien no quiso recibirlo pero le dijo que lo tomara. Él se preocupaba porque yo tuviera de comer, sin saber que me encuentro mejor que ellos, le dije que lo usara en comida, en ropa o incluso juguetes. Después de todo son un par de niños que necesitan disfrutar de su niñez.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta fue abierta, dejando ver a un muchacho de tez morena, con unos hermosos ojos verdes y el cabello negro azabache. No hacía falta que me digan una palabra porque sabía con exactitud de quien se trataba. Chase, el chico fantasma. Quien entre sus manos traía una bolsa con alimentos.

—Volví mucha...— me inspecciono de pies a cabeza— ¿Quién eres?

—Tranquilo Chris, — Ray se paró delante de mí y sonrió ante su hermano— ella es la chica que te contamos, es Nessa.




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