No sabía en ese momento cómo reaccionar, quedé en mi lugar al salir del consultorio.
Mis amigas me veían con una sonrisa en el rostro, se les veía felices pero en esas sonrisas podía notar algo de burla, como diciéndome:
*¿No que no?*
— ¿Que pasa Camila? — pregunta mi madre al ver que no me muevo, que nisiquiera pestañeo.
— Eemm… Nada mamá — reacciono para que no se note más mi sorpresa.
— ¿Tú no eres el chico del otro día? — pregunta mi madre ésta vez hacia el chico que acompañaba por los momentos a mis amigas en el pasillo.
— ¡SI! — dice éste un poco emocionado y con una enorme sonrisa que le contagia a mi madre — En ese momento no dio tiempo a presentarnos — se aproxima a mi madre y le extiende la mano — Mason un gusto.
Mi madre le devuelve el saludo y toma su mano — Therese gusto en conocerte ¿Y que haces acá? — Mi madre no pudo hacer mejor pregunta, así aclararía mi duda sin ser yo la causante de aquella intromisión.
— Mi padre trabaja en esta clínica, estaba buscando su consultorio y me conseguí una cara conocida — dirige su vista hacia Abi.
— ¿Y quien es tu padre? — ok mi madre estaba siendo muy cotilla.
— Bueno… — me atreví a interrumpir
— Mamá no hay necesidad de ser tan entrometida — dije sin pensar, y creo eso me meterá en un problema.
— En realidad no me molesta — dirije su mirada hacia mí y me guiña un ojo disimulando un poco pero lo entendí — Aún no consigo su consultorio, apenas es la segunda vez que vengo acá.
— ¿Y la primera vez no lo hayaste? — ay dios que pena, mi madre puede ser un poco cotilla y entrometida aveces.
— Mamá — llamo un poco su atención.
Él nota un poco mi vergüenza y ríe un poco — No, en realidad la vez pasada nisiquiera lo hallé, me lo encontré en el pasillo y fuimos a la cafetería.
— Oh bueno, yo iré yendo al auto las espero allá chicas — se despide mi madre para mi alivio.
Cuando mi madre se aleja el silencio reina entre mi grupito de amigas, Mason y yo. Quería hablar, decir o preguntar algo pero no podía.
— ¿Bueno Mason y cuéntanos cómo conociste a nuestra querida amiga? — Pregunta Laila a posta porque estoy segura que mientras estuvieron acá afuera ya tuvieron que haberlo interrogado.
— Al final de este mismo pasillo si mal no recuerdo — suelta una pequeña risa — Me calló encima.
— Bueno mi querida Camilita siempre tan cegatona, ya es costumbre — suelta Laila con una pequeña carcajada.
La miró queriendo matarla con los ojos, es que si se pudiera ya estuviera ahí tiradita en medio del pasillo.
— Disculpa a mis imprudentes amigas — termino de acercarme a él y lo saludo un poco nerviosa con un beso en la mejilla.
— Oyee — se quejan al unísono, reprimo mis ganas de reír.
— Ya nos vamos ¿No es así chicas? — me giro y las miro una a una amenazante.
— No. Espera — siento que me toma del codo estando a mi espalda y de inmediato quedó de piedra totalmente temblando, y temo que pueda sentir como parezco gelatina.
— Si Camila espera — dice una Abi muy divertida.
— Abigail — escucho a Esme opinar — Yo supongo que el caballero quiere hablar con Camila — siempre tan correcta Esmeralda — Así que deja de ser tan chismosa — Ok omitan lo que dije.
Veo a Abi mirarla entre divertida y molesta por haberla llamado así delante de Mason. Yo solo le pedía a mis amigas con la mirada que no me dejarán sola con él, e intente también que leyeran mis labios pero las muy traidoras me ignoraron.
— Tu madre nos debe estar esperando — dice Laila y agradezco internamente por esa intervensión.
— Si, lo siento… — pero ya valió madres.
— Tranquila Ami le diremos a tu madre que espere unos minutos más — aaggh mató a Abigail.
— Oh muy bien puede este apuesto Caballero llevarte a casa — miré a Esme pidiendo ayuda, tal vez esta sería más cuerda.
— Si no hay inconveniente bien yo puedo ir a dejarte a tu casa.
Ay no, ay no, ayudaaaa.
<<Estás Fregada>> opinaba mi subconsciente.
Ayuda conciencia hay que ser coherentes- piensa Camila - Me repetía varias veces.
— No… no pero… — lo que faltaba, además de ciega, Gaga.
— Te esperamos en casa — comenzaron mis amigas a marcharse — SI EN UN PAR DE HORAS NO ESTA DE VUELTA LLAMAMOS A LA POLICÍA — Grito la sin cerebro de Laila.
— No… pero — no podía ni mover mis pies, y mi cabeza comenzaba a doler.
No hubo nada que hacer, mis amigas me dejaron sola con Mason y yo no sabía ni que decirle.
¿ Hace cuánto no conozco a un chico?
Osea quiero decir que hace mucho no he tenido la oportunidad de conocer a una nueva persona, y menos a un chico como éste, tan imponente para mí.
Trataba de centrarme con lo poco que queda de mi vista en su físico, era muy atractivo la verdad, su cabello castaño estaba un poco largo y desordenado, una barbilla ancha, sus ojos, su nariz, oh por dios su sonrisa, esa que podría hacer derretir a cualquiera. Y su cuerpo estaba perfectamente esculpido, era lo que podía apenas notar por encima de la ropa. Llevaba jeans negros, una sudadera azul, y zapatillas deportivas. Nada impresionante pero aún así no dejaba de mirarlo.
¡Que descaro!
Y era más vergonzoso aún ya que gracias a mi adorado RP debo mover mi cabeza para poder apreciar todo, osea lo miré de arriba abajo sin pena y sin darme cuenta.
¡Que verguenza!
— Si quieres solo podemos sentarnos acá y hablar un poco — lo notaba un poco incomodo y nervioso.
¿Pero quién no? Mataré a mis amigas.
— No solo dime de qué querías hablar y por favor llévame a casa.
<<Ay Camila eso fue muy tosco, tampoco se trata de espantarlo>>
— ¿Te molesta que nos dejaran solos? — mete las manos en sus bolsillos un tanto inquieto.
— No es eso, solo que no se… — nisiquiera podía acabar.
— Entiendo que es repentino y todo eso — se pasa las manos por su cabello, y admito que eso me distrajo un poco — Que no creías que me volverías a ver, y admito que tampoco crei tener tan bonita sorpresa hoy.
Editado: 29.12.2020