Si no veo tus ojos

CAPÍTULO 30

Era Marcus.

¡ERA MARCUS!

Estaba impresionada por el nombre que había salido de la boca de mi amiga.

Después de la cita fueron unos días maravillosos, Mason me llamó esos dos días dado que no pudimos vernos, y yo seguía en una nube, flotando y flotando.

Y gracias a ello, me puse en plan: Sacarle la verdad a Abi.

Esa mañana me levanté con eso en mente, era inaceptable que mi amiga no me contara de tal vez un nuevo amor, me preocupaba que estuviera perdiéndome la confianza, así que me fui a su casa.

Mi madre se quedó sorprendida al verme después del desayuno, tomar mi chaqueta, y las llaves de la casa para emprender una larga caminata a casa de mi rubia amiga.

Y así fue, tal vez unos 30 minutos de camino a su casa, pero no me importaba, estaba de tan buen ánimo que podía decir que no me afectó aquel largo camino.

Al llegar a su casa la enfrenté, ni siquiera la dejé hablar, le dije:

— Abi tu vas a decirme ahora que pasa con ese nuevo chico.

Y ella quedó tan sorprendida, que estuvo sin decirme nada por unos 10 minutos más o menos. Me estaba volviendo loca, tanto que casi le doy una cachetada para que reaccionara.

Le pedí varias veces que confiara en mi, que podía decirme que pasaba, que por favor me contara, hasta usé una vil artimaña diciéndole que me sentía excluida, y funcionó a la perfección.

Y así, sin más lo soltó — Es tu hermano.

Y justo después la que se quedó en shock fui yo.

Era Marcus.

Era Marcus.

¡ERA MARCUS!

Me hacía muchas preguntas:

¿Como podía ser mi hermano y yo no haberme dado cuenta?

¿Tan despistada era?

¿Como pasó todo esto?

Y última pero no menos importante, la verdadera pregunta.

¿Mi hermano sabía todo?

Caminaba de un lado a otro haciendo todas esas preguntas en mi mente, mientras Abi solo me observaba petrificada, y no tenía idea de porqué, así que solo paré y me senté a su lado, en el sillón que había en su sala.

—No, no, no me mires así amiga — acaricié su cabello y la tomé del rostro — Solo estoy sorprendida, solo eso — le aclaré.

—Yo no quería ocultartelo Ami pero… — apretaba sus labios, los lamía, los mordía y todo demostrando el claro nerviosismo, era algo que solía hacer cuando estaba así.

—Abi Calmate, no estoy enojada, solo quiero que me cuentes que ha pasado — le pedí — Y sobre todo ¿Como ha pasado?

—Tenía miedo a como reaccionarias, creía que me odiarías y tú hermano… — la corté.

—¿Mi hermano? —pregunté — ¿El sabe todo?

—El fue quien me dijo que no te contara nada — aclaró mi duda.

—¿Pero que…—dejé mi pregunta en el aire.

Quedé más confundida que antes, no entendía la razón de el porqué mi hermano hizo tal cosa.

—Lamento no habértelo dicho Ami, no quería que pensaras mal —comenzó Abi una vez más a explicar —Solo pasó, y aún no tengo idea de porqué, aveces hasta creo que fue un sueño, un largo sueño.

—Solo cuéntame ¿Si?

— No se cómo pasó, solo se que tú hermano me gusta, me encanta y aún no tengo idea de por qué, o cuando comencé a sentir todo ésto— explica.

Mi hermano es muy lindo, y bueno para las demás chicas atractivo, si yo que soy su hermana no lo puedo negar, es imposible que las demás lo hagan, pero nunca creí que una de mis amigas fuera a caer en sus encantos, dado que con nosotras era un bobo, siempre haciendo chistes y poniéndonos apodos.

—¿Que fue lo que pasó entre ustedes dos?

—Fue hace muchos meses Ami —me dijo con cierto temor.

—¡ABI! —me crucé de brazos.

—¿Lo siento? —se encoje de hombros.

—Si, si como sea, prosigue — la insto.

—Solo puedo decir que fui a tu casa, y no estabas porque habías salido con la señora T, entonces hablé con tu hermano un rato porque me preguntó unas cosas, y luego  comenzó a meterse conmigo, y discutíamos y solo así de repente me besó.

—¿Solo fue eso? —estaba un poco confundida.

Abi no era una chica de enamorarse así, solo porque le dieron un beso o algo.

—¿Que quieres que te diga? —preguntaba pero no me veía a mi.

—Te conozco, tu no te vas a enamorar solo porque alguien te dio un beso Abi, y menos el tonto de mi hermano —trataba de hacerla hablar.

—Pasó muchas veces ¿Bien? —se exaltó un poco —No fue una, sino dos, tres, cuatro, demasiadas Ami —exhale preparándome para escuchar —Cuando iba a tu casa siempre entablabamos una pequeña conversación, luego fueron mensajes, pequeñas miradas, un beso furtivo por aquí, otro por allá, y cuando menos me di cuenta…—dijo eso último encogiéndose de hombros.

—¿Y donde entró ahí, el porque de ocultarlo? —interrogué.

—Cuando todo se fue poniendo un poquito más serio, y alargando todo, y pasamos a salir solos, yo se lo pedí, pero él se negó —se encogió de hombros.

—Era una relación, ¿Por qué hizo eso?

—Porque no lo era —fruncí el ceño —Si Ami no me mires así, no era una relación y él lo dejó muy claro.

—Si será idiota Marcus —me molesté.

—Dijo que no quería que te exaltaras, y que te molestaras —comenzó una nueva explicación —La última vez que se lo pedí, me dejó bien en claro que no éramos nada, que no podíamos decir nada, y que sino lo podía aceptar que era mejor dejarlo hasta ahí.

—Me va a escuchar, seguro que si, lo voy a matar —comencé a caminar una vez más de un lado a otro tratando de procesar toda la información que Abi me estaba proporcionando.

—Por eso ya después no pude contarte nada, porque hasta ahí llego todo —se paró y me tomó de las manos —Por favor no te molestes.

—¿Hace cuánto? —frunció en ceño confundida —¿Hace cuánto se vieron por última vez Abi?

—Hace tres meses.

Por eso ella se puso tan nerviosa la noche en que cenamos todos, cuando dije que eran tan parecidos, porque ya todo había acabado. Porque nunca antes demostró nada, la tomé con la guardia baja ese día.

—¿Osea que… —intenté preguntar pero me interrumpió.

—Si, esa noche todo acabó —aclaró la duda que se instaló en mi, y no tenía idea de cómo lo había previsto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.