Todas guardamos silencio tras las últimas palabras de Laila, estaba muy sorprendida por como había tomado la situación.
Pero solo era Laila siendo Laila, y tenía mucha razón, me enorgullecía que comenzarán a entender que no todo giraba entorno a mi, o por lo menos una de ellas, por algo se empezaba.
Necesitaba que comenzaran a tratarme como una persona normal y sobre todo que sus vidas fueran vividas como era debido.
Solo pude regalarle mi mejor sonrisa, y le gritaba con los ojos un Gracias muy fuerte que entendió a la primera de repente tirándose encima de mi abrazándome y llenándome de besos, en los cuales no faltaron un par de locas más.
—Las quiero chicas —respondi a su brazos casi llorando.
—Y nosotras a ti —respondieron casi al mismo tiempo con una risa tronadora.
—Laila tiene razón y de eso quería hablar con ustedes —se separaron y me miraron expectantes.
Pero yo las guíe a un lugar más cómodo, no era nada agradable para mi estar ahí paradas prácticamente en el medio del centro comercial.
Ya había tenido una experiencia un tanto incómoda pero la más linda del mundo, y esperaba no tener una nuevamente rara justo en ese entonces y en menos de un mes, lo cual de solo recordarlo me sacó una sonrisa.
—¿Qué es lo que sucede Cami? —sabía perfectamente el tono que usaba Esme en ese momento.
—Yo solo quiero plantearles algo.
—Entonces no nos tengas en ascuas mujer —escupe Lai.
—Yo solo espero que no sea una mala noticia, ya recibí una, que por muy buena que sea, no sigue siendo menos devastador —todas la quedaron viendo un poco extraño, lo que me decía que no había hablado con ninguna de ellas tampoco.
—¿De qué hablas? —soltó Laila.
—Dejemos que Ami hable —le restó importancia, dándomela a mi.
Suspiré con la esperanza que todo resultara bien —Chicas yo quiero pedirles algo —no pude llamar mejor su atención —Quiero que vivan más sus vidas.
—¿Qué quieres decir con eso? —el ceño fruncido se Esme me decía muchas cosas.
—He estado pensando muchísimo —Continué —Toda nuestra amistad se ha basado en una confianza enorme, y siempre he sentido su apoyo incondicional que aprecio como no se lo imaginan.
Las veía a todas de hito en hito, diciéndole muchas cosas a cada una con la mirada, agradeciéndoles y gritandoles con ella que las quería, todo eso con solo lo que quedaba de mi pobre mirada, esa que un día no demostraría más que una oscuridad profunda.
<<Las quiero un montón, pero yo necesito que vivan sus vidas más de lo que lo están haciendo, que sigan siendo mis amigas, pero esas que me ven como un igual, no como la más débil y la que necesita más atención —Esme intentó hablar pero levanté la mano impidiéndole hacerlo.
<<He visto éste último año desde mi huequito de miseria como cada una de ustedes dejaba algo de lado, un sueño, una persona o incluso un momento de sus vidas que deseaban vivir —la mandíbula de Abi temblaba, Esme negaba varias veces y Laila, ella solo me miraba orgullosa —Ahora ha llegado alguien que a sido un salvavidas para hacerme flotar en cada gotita de agua que estaba llenando ese pozo.
<<Ese alguien me está enseñando a vivir, ese alguien me ha hecho ver que cada una de sus acciones, palabras e intentos no eran en vano, me hizo ver que era cierto y que yo solo me estaba haciendo la sorda y la ciega más de lo que ya lo era —Laila soltó una pequeña risa y las chicas la miraron mal, ella solo se encogió de hombros.
<<Chicas solo quiero que ustedes acepten de nuevo las plumas de sus alas, esas que me prestaron para armar las mías y que pudiera volar, esas que a ustedes le falta para alzar un vuelo más alto, ya alguien muy especial para mí las aceptó y está comenzando a volar y a hacerme muy feliz —la mandíbula de Abi soltó un sollozo entendiendo de quién hablaba.
<<Solo quiero que entiendan que ahora que les devuelvo a cada uno las plumas de sus alas, vuelen y me vean a mí comenzar a renacer, comenzando una vida que me queda por recorrer sin importarme la posición o la situación precaria en la que esté.
Se encontraban sentadas frente a mi, mirándome con los ojos llenos de lágrimas y una de ellas solo orgullosa, con una sonrisa en su cara. Pero sabía que estaban felices viendo que cada uno de los esfuerzos que hicieron y sacrificios no fueron en vano, que si pudieron dar su granito de arena para que yo entendiera que era alguien.
Comenzaba a sentirme plena, feliz y que de verdad renacía. Aún con la duda más grande del mundo instalada en mi cabeza, esa que me decía que algo malo pasaba.
Y no me equivoqué.
Pero mi corazón seguía latiendo fuerte y seguro, ese me pedía que nunca me rindiera, que ya era grande, que podía con lo que viniera.
Pero a mí corazón aún le faltaba una brecha, y esa la había olvidado.
Cuya brecha juraba matarme, luego llegó un golpe que dado mi corazón aún débil sin conocimiento de mi cerebro, hizo que se partiera de nuevo en dos.
°°°
Luego de que mis amigas entendieran todo y prometieron hacerme caso, tras una ronda de abrazos, besos y muchos te quiero, nos pasamos un día hermoso, y compramos las cositas que necesita mi Ada hermosa que ahora reposaba en mi regazo mientras yo solo estaba con la miraba pérdida sentada en mi ventana sin dejar de acariciarla.
En la entrega de documentación para el concurso me dieron todos los requisitos indispensables para la primera presentación, y en ese mismo documento iba adjuntado un nuevo folleto, uno que me mostraba la universidad donde estudiaría si ganaba la Beca.
Eso lo había ignorado por completo, estaba feliz y entusiasmada de poder ganarla y que si lo hacía podía hacerlo con él, que Mason estaría junto a mi.
Pero ahora que veía el nombre, las instalaciones y bellas presentaciones de porque es una de las universidades de artes mejores del país, me daba de bruces directo con el país, ¡EL PAÍS!
Editado: 29.12.2020