Si no veo tus ojos

EPÍLOGO

Tres años

—Tres año han pasado desde eso, contarles ésta historia me deja un poco nostálgica, pero así fue todo, un poquito de drama, amor, amigos, algunas cosas chistosas y otras no tanto, pero todo un camino recorrí para llegar a estar acá contándole esto a ustedes junto a él, junto a ti mi amor. No me cansaré de decirlo nunca. Te amo.

Estar por acabar la universidad, después de todo lo que pasamos, y viví con ésta enfermedad era increíble, emotivo y nostálgico. Todo junto a Mason, nunca se separó de mi, bueno no digamos nunca, las veces que debía ir a Houston a la galería y que yo no podía ir eran las únicas veces que nos separamos.

Vivir lejos de casa era otra cosa, pero llamaba a mamá casi todos los dias, igual a Marcus, y a la chicas en video llamada, estan hermosas, ya graduadas, con título en mano, y emprendiendo en lo más quieren, Abi ya está junto a mi hermano, que al haber jugado en el mejor equipo, estuvo lejos y no perdieron la oportunidad de estar juntos en cuanto pudieron, Laila tiene novio y no me lo van a creer, es el mismo chico que nos llevó a la fiesta, ese al que le dio una oportunidad, enloquecí cuando me lo dijo y que aún estén juntos es una locura, Esme es otro cuento, no perdona tal traición, se graduó, se mudó y tiene un novio increíble, está muy enamorada y no podría estar más feliz por ella. Por todos en realidad.
En cuanto a Daniel no tengo nada que decir, nunca más lo vi ni supe de él, siempre voy a estar agradecida pero no pude hacer mucho.

Mason y yo somos unos tonto enamorados y románticos empedernidos, pero somos felices así, chapados a la antigua también, dado que él vivía por su lado y yo por el mío, no voy a decir que no nos quedamos juntos varias veces porque sería mentira, pero somos unos mojigatos por así decirlo.

Un día de clases, esos en los que no teníamos nada que hacer porque los profesores no fueron, eso me tomó para contarle a toda mi aula y compañeros, nuestra historia, esa en la que nos conocimos, y nos hicimos quienes somos, después de haber empezado todo se unió Mason con algunos amigos a disfrutar mi versión de todos los hechos.

—No puedo creer que hayan pasado por todo eso, aunque he de admitir que muy romántico —opinó una compañera —Y tú estabas en la historia —le dijo a Carlos.

Porque si, era más que obvio que al haber Carlos ganado la beca lo vería acá, y ha sido mi compañero y amigo increíble, y novio de la compañera que acaba de hablar.

—Si, solo al final y sin afectar mucho la trama, todo un libro esa historia —respondió él

Excelente idea, si fuera estudiado filología o letras sería una fantástica historia que vendería mucho eso sí. Lo que no había dudado en escribir eran más canciones, ya no eran tan tristes, muchas versiones alegres, toda una compositora en potencia me estaba convirtiendo, sabía manejar más instrumentos que la guitarra.

Vivir todo al lado de Mason había resultado mejor de lo que creí, era todo lo que había deseado en la vida, más que un novio, una pareja, amigo, compañero y confidente.

Toda el aula estaba atenta a cualquier cosa que diría, pero ya no había más que contar, hasta ahí llegaba mi historia con la retinosis, Mi familia, amigos y él.

Un par de lágrimas saqué en medio de ese relato tan largo, lo que me hizo ver que debía estar agradecida con la vida por haberlo vivido, y si tuviera que volver a vivirla sería justo así, no cambiaría nada.

—Nunca creí que me vieras de esa forma, y pensaras cosas tan hermosas —me susurra Mason al oído.

—¿A caso no pensabas tu así de mí?

—Por supuesto

—Exacto entonces no dudes nunca que yo pueda verte de cierta forma porque eres eso y mucho más.

Se acercó y me dio un beso en los labios que hizo suspirar a media aula femenina.

—¡Te Amo! ¿Lo sabes?

—Más que yo no

—No empieces ese juego porque perderás —se burla de mi.

Si eran cuestiones de competir en eso sin duda él ganaría, siempre lo tenía presente, en cuestiones de amor el sabía demostrarlo Mas con hechos y palabras, por eso lo dejaba ganar, en cuestiones físicas en demostración yo ganaba, siempre lo quería cerca, besos, abrazos, y un poco más de vez en cuando.

—Ven quiero hablar contigo —toma mi mano y me hace bajar del escritorio donde estoy sentada.

Estos tres años me las he visto bien con la retinosis, fue todo una odisea con el tratamiento, pero mi adorado doctor, y mi futuro suegro, se las apaño para redirigirme con un colega, con su mentor o algo así, donde le enviaba todo mi expediente y sin falta iba a colocarme mi tratamiento y revisiones mensuales, nunca en mi vida había sentido la retinosis tan en paz como estos tres años, estaba tan de buen humor como yo.

—¿Que pasa Mas?

Adopté ese apodo para él, una veces era Mas, otras amor, otras cariños, y en los momentos donde ninguno de los dos nos soportamos, yo dejo de ser ojitos a ser Camila, y el para mí Mason.

Pasaron tres años, no todo fue color de rosa, pero nuestro amor es más grande, y las diferencias pequeñas y tontas así que la llevamos muy bien.

—Bueno… —se notaba ansioso

—¿Qué pasa?

—Son tres años, años en los que han sido lo mejor de nuestras vidas, y digo nuestras porque se muy bien que para ti han significado lo mismo... —me estaba poniendo nerviosa —Quiero que hagamos una promesa.

—¿Una promesa? —al articular la pregunta su mirada se fue hacia abajo por lo cual la sego y solo puedo ver su mano cerrada en un puño.

—La promesa de estar juntos, una donde pase lo que pase siempre estaremos para el otro, que nos escucharemos y amaremos, y que cuando estemos listos, con un futuro firme daremos en paso más grande para una pareja.

Su mano se abrió, mostrándome un anillo, color plata con una pequeña piedra en medio, mi corazón se me quiere salir, no puedo creer lo que mis ojos ven.

—Mason… —mi voz temblaba.

—Es un anillo de promesa, ¿Quieres hacerla conmigo?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.