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Killiam es un sueño como pretendiente, es excepcional y no cabe duda de ello. Se ha ganado la bendición y el cariño de mis abuelos y su confianza, ahora es nuestro invitado estrella a nuestras cenas sociales. Justo como ahora. Mi abuela había organizado una cena para festejar nuestra relación y por razones obvias, los Ivannov están invitados.
Incluido a Hades…
Me habían elegido un precioso vestido blanco corto y con abertura en la espalda, era en forma de corazón y no estaba tan expuesto gracias a la tela de piel brillante que le habían agregado. Un estilista se encargó de peinar mi largo cabello castaño y de maquillar mi demacrado rostro.
Me encontraba extraña y quizás procesando la situación, de que estaba atando mi vida al lado de un hombre que no amo pero que aprecio mucho.
Es esta la peor parte de ser buena persona, te vuelves presa del agradecimiento.
—La verdad parece que te vas a casar con Killiam.
Es Hera quien habla, está bajo el umbral usando un vestido color crema y su largo cabello rubio ondulado.
—Me siento comprometida.
—Quizás mi hermano lo pida.
—Esperemos que no. —. Farfullé, incómoda. Ella entra a la recámara y se que quiere hablar de lo que pasó con Hades.
—¿Qué haces con Killiam si al que tú quieres es a Hades? —. Ella no parece enojada, más bien confundida.
—Quizás solo busco volver a enamorarme.
—¿De mi hermano más sentimental? —. Inquiere, ceñuda.— Te adoro, Julia, pero ten en cuenta que tienes a mis dos únicos hermanos hombres comiendo de la palma de tu mano.
Se que estar con Killiam es jugar con fuego porque él si está enamorado, él si está comprometido en cuerpo y alma a esto que estamos creando y me siento mal, siento que soy una mala persona por estar con él y por prendarme de que él puede ayudarme a sacar a Hades de mis pensamientos.
Los recuerdos de nuestra primera noche ruedan por mi mente haciendo que me duela, Killiam no merece que este pensando en otro hombre y no en él.
—Haré feliz a Killiam, Hera.
Ella sonríe y asiente, después de todo sigue confiando en mi.
—Te creo, Julia. Así como también creo que al primer sentimiento contradictorio dejarás a Killiam libre.
Dejarlo…
Haría de todo mi esfuerzo por cumplirle el sueño a Killiam de tener una relación conmigo y de que sea feliz, se que su autoestima es realmente baja al ser toda su vida opacado por su mellizo. Killiam al igual que Hades merecen amor genuino.
—¿Y Thomas? —. Cambio radicalmente de tema, Hera se sonroja y quiere dar la vuelta e irse pero la detengo al hablar nuevamente — No me molesta que estés saliendo con él.
—Tu no pero Killiam quizás esté decepcionado.
—Debes comprenderlo, aparte de Atenea eres su hermanita pequeña.
—Lo sé, pero merezco amar y ser amada y Thomas lo hace. Me quiere por quien soy y no por lo que tengo.
Ella se veía realmente ilusionada y Thomas igual, no puedo estar en contra ya que ella conmigo ha sido incondicional y Thomas igual.
—Los apoyo en todo, en lo que necesiten.
Hera sonríe y yo la correspondo
—Ya se porque mis hermanos no te pueden olvidar. Eres un jodido rayo de sol, Julia, eres buena y tú corazón es de oro. —. Ella me abrazó al ponerse a mi altura, sentí este abrazo como una vil despedida y no entiendo.— Te quiero mucho, Julia.
La fiesta inicia alrededor de las ocho de la noche ya cuando todos nuestros invitados estipulados han aparecido. Incluido Hades, pude verlo hablar con Hera apartado del resto. Killiam me traía sostenida del brazo y presentando a todos sus conocidos que han venido especialmente a nuestra fiesta de celebración al ser oficialmente pareja.
Los Ivannov parecían encantados con nuestra relación y varias veces los encontré contemplando futuros negocios con la empresa de mi abuelo y la de mi padre, de la cual soy dueña. A mí corta edad de 23 años soy dueña de la empresa millonaria Interwood Mitchell Word, la cual es patrimonio heredado de mi padre Patrick Mitchell, y tengo una parte en la empresa de mi abuelo que lo heredé de mi madre Ellie Kozlov.
—Te ves tan preciosa, Julia. —. Me halaga Killiam cuando ya nos quedamos solos en nuestra mesa.
—Tu tampoco te ves mal, eh.
Trae puesto un traje de diseñador en azul oscuro y zapatos elegantes negros, había cortado su cabello castaño un poco y afeitado su barba, ahora se veía más joven que antes.
—Me alegra que hayas hecho las pases con Hera.
—Así como espero que tú aceptes que está enamorada de Thomas.
Él de pronto se vio incómodo, se que no está de acuerdo con la relación y nada lo hará cambiar de parecer.
—Creeré que eres un clasista, Kill.
—Solo no pienso que sea el indicado para mí hermana. —. Dice, sin dar más detalles.
—¿Por ser un guardaespaldas?
Hablar de este tema para Killiam es incómodo y lo entiendo, pero es de mi mejor amiga y guardaespaldas de quién hablamos.
—Yo la apoyo si decide casarse con él.
Él me vio con el ceño arrugado y evidentemente estando en contra.
—Julia…
—Mi decisión es irrevocable.
—Tu pareja soy yo, ¿estarás en mi contra por cumplir un capricho de Hera?
Que hable del amor como un capricho es tan contradictorio, sin embargo no tenía moral para contradecirlo.
—El amor se vuelve capricho cuando le impiden a alguien amar a quien de verdad quiere.
Me aparté de él para perderme a dónde no pueda encontrarme y pueda yo pensar claramente.
Entré al laberinto de rosas que mis abuelos habían pedido y bueno, creo que a la final no fue una buena idea racional ya que no lo conocía del todo bien y por lo tanto terminaría perdida. Recién lo habían hecho y no había tenido el tiempo para recorrerlo.
Killiam es un idiota al querer llamarle capricho a lo que siente Hera por Thomas, es que no me cabe en la cabeza de que sea tan terco y obstinado solo por no querer que su hermana sea feliz con quién ella quiere.
Editado: 08.08.2025