Al montarnos a mi carro enseguida lo pongo a andar.
—Cada vez me sorprendes más.— dice Alex mirándome detenidamente como manejo.
—¿A qué te refieres?.— le pregunto haciéndome la desentendida.
—Manejas bien para ser una chica.
—¿Y acaso las chicas no sabemos manejar?
—No a todas se les da muy bien como a tí.—
¿Qué? ¿Será que las chicas con las que anduvo no sabían manejar? Espera! ¿Con cuántas chicas salió?!!
—Dios, ¿En cuántos carros de chicas te has montado?— le pregunto sorprendida, al parecer sigue siendo un idiota.
—No en muchos.— responde sin más.
—Todos son iguales.—susurro.
En menos de dos minutos llego a casa de Eli y la veo esperando a por mí.
—Ya te iba a llam...— dice abriendo la puerta del copiloto y calla al ver a Álex sentado ahí.— Lo siento no sabía que venías.— termina de decir y le sonrie.
—Hola pequeña.— saluda Alex con una sonrisa.
—Hola Alex.— dice ella dándole un abrazo.—Ok démonos prisa o se llenará el centro.— dice mi pequeña amiga montándose en la parte de atrás de la camioneta.
Vamos de camino y mi amiga enciende la radio y se conecta para poner música desde su móvil. Ella y yo tenemos gustos similares en la música y nuestra cantante favorita es la reina Shakira, Shakira. Vamos en camino y suena nuestra canción Loba de mi Shak. Tiempo después llegamos a nuestro destino.
Cuando nos bajamos del carro para entrar a la libreria veo como todas las chicas se quedan con la boca abierta mirando al semidiós que está a mi lado.
—Ok, no me demoro.— digo mirando a mi mejor amiga que ya iba a advertirme que no la hiciera esperar.
—Esta bien, te esperamos aquí.— responde mi pequeña amiga.
Busco rápido los libros que quiero y los pago.
—Listo!
—Dios eso fue un nuevo récord.—dice Eli.
—Estaban en la primera fila, fue fácil encontrarlos y no quedarme viendo otros.—respondo saliendo del lugar.
Nos montamos al carro y nos ponemos en marcha a la cafetería de tía Lina.
Llegamos a la cafetería y entramos.
—Hola Katherine.— saluda Eli a la supervisora.
—Señorita Elizabeth.— saluda Katherine —Por acá está su mesa.
—Gracias Katherine.
Nos sentamos y pedimos lo de siempre batidos de vainilla y arequipe y parece que nuestro primo mejor amigo también le gusta el de arequipe ya que pidió uno igual.
—Ok Alex ¿que tienes para contar?— pregunto.
—¿Qué desean que les cuente?— pregunta Alex mirándome y luego a Eli.
—¿Por qué nos abandonaste de un día para el otro sin decir nada?—Pregunta Elizabeth y nos quedamos esperando maximos cinco minutos a que respondiera.
—Pues chicas que les digo, no fue mi decisión, papá necesitaba cerrar unos contratos en Colombia y esperar a que todo saliera bien pero yo no quería quedarme, no quería dejar mi vida acá y de tanto suplicarle me dijo que me traería de vuelta pero que tenía que esperar y por eso nos quedamos este tiempo allá pero miren el lado bueno ya estoy de vuelta y no volveré a irme.—dice mirándome.
¿Por qué me mira tanto? Dios ¿Por qué me gusta que me mire?!!!!
Elizabeth grita y salta de la emoción sacándome de mis pensamientos.
—Para ser sincera te extrañe un chorro cariño!— dice mi amiga dándole un puñetazo a Álex y le pica el ojo.
—Si, te extrañamos.— digo con una sonrisa.
—Tambien las extrañe pequeñas mocosas.
Luego de tomarnos nuestros batidos y de hablar por horas sobre la vida de Alex en Colombia y sobre nosotras se hizo tarde y decidimos irnos a una fiesta que había en la casa de un amigo de Alex.
—Pensé que no tenías amigos.— digo un tanto confundida.
—Claro que tengo pequeña, solo me fui por dos años.
Luego de un tiempo detengo la camioneta una cuadra antes ya que todo el estacionamiento estaba lleno hasta en la calle habían carros estacionados, nos bajamos y caminamos hasta la entrada, tocamos el timbre y luego de tres o cuatro minutos nos abrieron.
—Buenas noches, ¿Vienen a la fiesta?.—pregunta una chica.
—Si señorita.— dice Alex con una sonrisa de boca cerrada.
—Pasen por acá.—nos dirige al patio trasero donde se escuchaba el ruido de la música.
Cada vez que nos acercábamos se escuchaba más fuerte. Llegamos, ella toca la puerta y la abre Taylor Marín, el excapitán de nuestro equipo de fútbol y amigo de Alex.
—Alexander!!!— dice Taylor con sorpresa.— Que sorpresota mi hermano, ¿cuando llegaste?— pregunta dándole un fuerte abrazo.
—Llegue ayer.—responde terminando el abrazo y dondole la mano.
—pasa, pasa, digo pasen. Hola señoritas.— nos dice mirándome fijamente mientras sonríe.
—Hola guapetón.— digo picandole el ojo y le devuelvo la sonrisa y me besa la mano.
—¿Qué tal estáis? ¿Quieren algo de beber? Vengan por acá.— dice llevándonos a la barra.
—Tres shots de tequila por favor.— digo y Alex se asombra.
—¿Desde cuando tomas?
—Desde siempre cariño, toda una borrachona nos salió.— dice mi mejor amiga y Alex la queda mirando y suelta una carcajada.
—Me he perdido de muchas cosas ¿eh?
—Si que sí— le respondo.
—A ver y Por qué estás hermosas damas no tienen acompañantes si no que están con el agua fiestas de Alex.
—Hey, no soy un agua fiestas hermano.
—Claro, claro.— digo tomándome de golpe mi shot.— solo un poquis.
Todos se echan a reír y toman sus shots.
Llevamos un rato hablando con Taylor hasta que llegan más invitados y se va a recibirlos. Ya llevamos 7 rondas y veo como Elizabeth se está poniendo un poco rara, está soltando chistes muy malos y se ríe sola, creo que ya está ebria.
—Ok, creo que ya es hora de irnos— digo.
—¿Por qué? La noche aún es joven mi pequeña hermana.—dice Eli abrazándome.
— Estás ebria amiga, vamos te llevaré a casa y ya es tarde.
Veo el reloj y ya eran las 11: 30 de la noche. Llamo a Álex que estaba hablando con Taylor y unos cuantos muchachos más del equipo de fútbol.