Capítulo 15:

“HOJÁLA PUDIERA DESPERTAR, CON UNA VIDA SIN PROBLEMAS”

- ¡Hija! – Me saluda mi madre desde la puerta de casa. - ¿Cómo has estado?... pasa, pasa. – Se hizo a un lado para que yo pueda pasar, asentí con la cabeza y entre. – Ven, pasa a la cocina, ¿Tienes hambre?, te preparare algo para que puedas desayunar… -

-No hace falta… ya desayuné. – Se detuvo de nuevo y vino junto a mí.

-Está bien… Entonces ven a la sala, sentémonos y hablemos. – Dijo yéndose a la sala y fui junto a ella. – Dime, hija, ¿Qué te trae por aquí? – Hablo sentándose en el sofá.

-De hecho, vine a hablar algo serio contigo. – Me senté en el sillón frente a ella.

-Claro, dime –

-Bien… - Aclare mi garganta. – Es sobre papá… -

- ¿Tu padre?, ¿Qué tiene?, ¿Le ocurrió algo?, ¿Por eso no llego anoche?... – Se empezó a preocupar.

- ¿No llego? – La mire seria.

-N-no… Dime, ¿Qué le ocurrió? –

-Nada. – dije firme y me miro dudosa. – Anoche no llego por me lo encontré en la calle, él me amenazo qué, si te decía algo lastimaría a mi pequeño, pero eso no lo voy a permitir asique lo amenace con la muerte si es posible… - Me miro sorprendida. – él no llego anoche, porque te está engañando con otra… Ayer lo vi besándose con otra chica, la defendió y todo cuando le hice preguntas. – Se levantó repentinamente.

- ¿Qué dices?, ¿Por qué me estaría engañando?, Yo sé que él me ama y yo a él… Él no me haría esto. – Sentencio sentándose de nuevo en el sofá.

-Pues… Tú decides si creerme o no… - Me levante del sillón. – Solo te venía a decir eso, Espero que tengas buen día… con tu esposo que te ama. – Me burlé un poco, luego salí de ahí y fui a caminar un poco alrededor.

Mis piernas temblaban al igual que mis manos, sudaba frío, mis pasos eran lentos y no eran firmes como siempre, apenas respiraba y mi corazón latía muy rápido, siento que en cualquier momento me desmayaría, estoy más pálida que los días anteriores, no se nota por el maquillaje que llevo puesto, me senté en una banca que vi a unos pocos pasos de mí, respire profundo y trate de tranquilizarme, hace unos días que sufro de esto, no quise ir al doctor por miedo de lo que tenga, por lo tanto no sé lo que tengo o lo que me sucede, respire profundo una y otra vez para tranquilizarme, de a poco mis manos y pies dejaron de temblar pero seguía sudando, mi corazón de a poco iba tomando su ritmo normal. Me levante despacio para poder caminar de nuevo, me tambaleo un poco y casi caigo si no me hubiera sostenido por la banca, camine despacio a la casa de Evelin, salí temprano de su casa para ir a hablar con mi madre y para no dejar al pequeño solo cuando despierte, nadie se dio cuenta cuando salí así que no hubo problemas para salir; me sostenía de las cosas que estaban en mi camino para no caer hasta llegar a la casa de Evelin, con cuidado abrí la reja y entre en silencio; abrí la puerta con sumo cuidado para no despertar a nadie, aún era muy temprano, entre cerrando la puerta detrás de mí y camine asía las escaleras y subí al cuarto del pequeño, cuando entre veo que todavía sique dormido, entonces me acerco a él, me siento a la orilla de la cama, me saco mis zapatos y me meto a la cama tapándome con la frazada y abrazando al pequeño, beso su frente con cuidado y me vuelvo a dormir a los pocos minutos.

(…)

Despierto de despacio abriendo mis ojos lentamente, al abrirlos completamente veo al pequeño que me mira atentamente.

-Buenos días, pequeño… - Hablo bostezando un poco.

-Hola. – Dice sonriendo, le devuelvo el saludo sonriendo; me levanto al igual que el pequeño.

-Iré un momento a cepillarme los dientes, vuelvo rápido. – Asintió con la cabeza y salí de la habitación entrando a la de Evelin, miré su cama y no estaba ahí, seguro estaba abajo, entre en el baño y me cepille los dientes y me peine mi cabello, salí del baño y entre de nuevo en la habitación de mi pequeño, al entrar tampoco no estaba, me preocupe un poco entonces fui al baño y ahí lo vi, se estaba cepillando los dientes tranquilamente, me quede recostada en el marco de la puerta observándolo atentamente, segundos después mi pequeño se dio cuenta de que estaba ahí entonces voltea a verme sonriente, le sonrió de vuelta y él enjuaga su boca luego se seca las manos y la cara con una toalla y viene corriendo junto a mí, se lanza sobre mí y me abraza, lo cargo en mis brazos y salimos del baño, bajamos las escaleras y fuimos a la sala, no estaba nadie entonces fuimos a la cocina y ahí estaba Evelin preparando para su desayuno, nos acercamos en silencio.

-Buenos días Evelin… - Salude haciendo sentar a mi pequeño en la mesa y Evelin voltea a vernos.

-Oh!... Buenos días… siéntense ya estará todo listo el desayuno.

-Gracias. – Me senté al lado de mi pequeño.

-No es nada… tengan… - Coloco el desayuno en la mesa, me levanté y serví primero un poco al pequeño y a Evelin, luego a mí, nos sentamos y desayunamos.

- ¿Y tus padres? – Le pregunte a Evelin.

-Fueron a trabajar… ¿Por? – Me miro.

-Por nada, es solo que esta mañana no los vi y ahora no están desayunando con nosotros. –

-Ellos siempre trabajan desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde, así que por la mañana casi nunca los veo, o no los veras. – Asentí con la cabeza y volví a desayunar. – Pero… ¿Tú no estabas durmiendo hace rato? – Pregunto.

-Eh!... es que me desperté como a las cinco y fui junto a mi madre, por eso… le dije que vi a mi padre con la chica y que lo amenace y esas cosas, no me creyó, pero es su problema si me cree o no. – Hable restándole importancia.

- ¿No le tienes miedo a tu padre? – Hablo mientras comía.

-Yo sé cómo es él y como actuara, eso fue lo que heredamos yo y mi hermano de él, su carácter y manera de pensar y actuar, así que no te preocupes, no dejare que les toqué un solo pelo a ustedes y a sus padres. – Solo asintió.