Si tan solo pudiera estar contigo

Decisiones

10. Decisiones

Fueron despertando poco a poco en una completa penumbra, atados de manos y piernas a una silla de madera, silla de la que intentaron salir forzando la cuerda que los ataba, pero era inútil porque sus cuerpos actuaban con torpeza y la cuerda era fuerte, además los habían despojado de sus armas.

De repente se encendió una luz en medio de la habitación, una anciana estaba parada debajo de esta sosteniendo el cable que encendía el foco en una mano y un objeto naranja en la otra.

—Ya pueden comenzar a hablar —anunció.

Sin embargo, los chicos todavía bajo los efectos de la droga no mencionaron nada.

En medio de su vista confusa intentaban estudiar sus movimientos e intenciones, al final sus miradas siempre se quedaban observando el objeto distorsionado de color naranja que estaba en su mano.

“¿Un martillo?” se preguntó Elainey cuando la anciana se movió un poco, la droga podía estar engañando su vista.

—Iba a ser por las buenas… es una pena que ninguno sea se ofrezca —informó al tiempo que un golpe seco contra la pared hizo eco en la habitación.

Aparentemente el golpe ayudó a despertarlos un poco y pensar ¿Qué podían hacer para salir de ahí?

—De tin marin… de do pingue—empezó a cantar mientras caminaba —, si hubieran hablado él estaría bien…

¿Él? Se preguntaron todos al tiempo que escucharon el quejido que Aleix provocó al ser golpeado en su estómago con el martillo.

Estaba vivo y a diferencia de los demás que estaban sentados uno junto al otro Aleix colgaba boca abajo con sus piernas atadas al techo.

Nadie decía nada.

No podían.

No debían.

—Pero que testarudos —dice la anciana.

Habían sido entrenados para estas situaciones, manipulación, tortura o cualquier otra cosa para sacar información.

Regla numero 5

Prohibido revelar información.

—Elainey —susurra con esfuerzo un herido Aleix.

Su voz nombrando a Elainey provoca la mirada desaprobatoria de todos en su dirección.

—¿Qué dices? —preguntó la anciana.

—Es… —duda, pero está demasiado adolorido para pensar bien —, La líder —termina y la mira el suficiente tiempo para que la anciana sepa quién es.

—¿Ilaen? No es un nombre muy bonito.

“Evade el tema, se fría” recordó Elainey.

—Tampoco pedí tu opinión.

La anciana, sorprendida con su respuesta, se sentó en una silla que había en la esquina, se acomodó en esta y mientras observaba el techo soltó:

—¿Sabes que les hacen a las insolentes malcriadas?

Elainey no respondió, su mirada se mantuvo en el martillo y su mente en búsqueda de una salida, sin embargo, lo siguiente que pasó, fue demasiado irreal para que cualquiera pudiera percibirlo.

Elainey jura que no habían pasado ni siquiera dos segundos de que la luz se había apagado, sintió el dolor seguido de un grito ahogado saliendo de sus labios, de la nada la luz se volvió a encender, la anciana seguía sentada en el mismo lugar, pero ahora el martillo yacía en el piso junto a Elainey y su mano estaba rota.

—Se les educa —se respondió la anciana con la mirada fija en Elainey.

Rabia y dolor pasaba en el rostro de Elainey, los mismos sentimientos que tenia cuando estaba con su entrenadora, esos que la hacían pensar mejor (y actuar peor), lo suficiente para darse cuenta de que solo había nueve personas amarradas en esa sala y ellos eran diez.

Sabiendo que la anciana estaba distraída dio la orden que los salvaría, pero que también la cambiaria.

—De oreja a oreja! —anunció Elainey con una mirada fría en sus ojos.

Nadie tuvo tiempo para pensar, Jimena salió del rincón oscuro rápidamente y sin dudar atravesó una navaja de oreja a oreja por el cuello de la anciana acabando con su vida y esparciendo sangre al alrededor.

Sangre que al secarse en la tierra se tornaría negra como el cuervo que ahora estaba junto al cuerpo.

“…porque ellos son salvajes y nosotros éramos las víctimas, sin embargo, ellos nunca han dejado de buscarnos para terminar con nosotros de una vez por todas …salvajes, sangrientos, sin una pizca de miedo a morir y con ganas de cortar cabezas, por eso se le llama tierra negra y Artemia nunca será como ellos”




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