Si te hubiera dicho que sí

Capítulo 18

La semana pasó sin contratiempos, durante la noche, o por la mañana, después de la salida con Yoongi, recibía algún mensaje que me hacía sonreír. Estaba comenzando a conocerlo, a saber poco a poco detalles de su vida. Un “Buenos días” o “¿Cómo va tu semana?”, esos pequeños mensajes me motivaban.

Poco a poco empecé a conocer detalles de su vida. Me contó sobre su sueño de estudiar medicina, de cómo había decidido que ser cirujano era su verdadera vocación. Fue algo que me sorprendió y a la vez admiré profundamente. No solo porque era un camino difícil, sino porque Yoongi hablaba de ello con una convicción y un brillo en los ojos que denotaban pasión. Mientras yo no sabía qué elegir, no sabía, aún que quería de mi vida cuando él lo sabía desde hace años…

—¿No te da miedo? — le pregunté mientras caminábamos juntos hacia la cafetería.

—Claro que sí — respondió con una sonrisa—. Pero creo que cuando tienes algo claro, el miedo es solo una parte más del camino. Lo importante es superarlo, ¿no crees?

Sus palabras resonaron en mí, y por un instante, me pregunté si quizás ese era el tipo de valentía que necesitaba para tener miedo a las decisiones. Asentí suavemente, aunque una parte de mí seguía en duda. Me preguntaba si algún día podría enfrentar mis propios miedos de esa forma, con la misma seguridad y claridad con la que él hablaba de su futuro.

—A veces pienso que eres más valiente de lo que admites —murmuré, sin mirarlo directamente. Sentí que sus ojos me observaban con una curiosidad suave, como si pudiera ver algo en mí que yo misma aún no descubría.

Caminamos en silencio por un momento, dejando que el ruido de los demás conversando y pasando a nuestro lado llenara el vacío de las palabras no dichas. Pero antes de que pudiera pensar en algo más, Yoongi rompió el silencio, hablando con una sinceridad que no esperaba.

—¿Sabes…? —dijo, mirando al horizonte—, a veces no basta con tener un plan. Porque, aunque tengo claro lo que quiero hacer, también hay cosas que me preocupan. Como el hecho de que voy a tener que mudarme a otro estado cuando empiece la universidad.

Sentí que algo se tensaba en mi pecho, pero intenté no mostrarlo. Ese detalle, esa realidad que Yoongi estaba empezando a considerar, era algo que hasta ahora no había pensado.

—¿Mudarte? —pregunté, intentando sonar más tranquila de lo que realmente estaba.

Él asintió, con una sonrisa.

—Sí. Hay una universidad a la que quiero ingresar, tengo varias opciones, pero ninguna es aquí…

—Te entiendo, no hay muchas opciones quedándose aquí —respondí ligeramente, pensando en mis propias palabras —. He de admitir, que yo aún no he encontrado mi vocación, eso que me hace feliz realmente.

Yoongi me miró con atención, sus ojos parecían buscar algo en mi expresión, alguna pista de lo que realmente sentía.

—Es normal, Lizzy. No todos lo tenemos claro desde el principio. A mí me tomó tiempo saberlo, y no significa que todo esté decidido. Tal vez aún queda algo que pueda cambiar las cosas… —dijo en un tono suave.

Asentí, sin estar del todo segura de cómo dejar de preocuparme. Seguimos caminando hasta llegar a la cafetería, donde nos despedimos. Yo fui hacia donde esperaban mis amigas y él hacia su grupo de amigos.

Entré a la cafetería, me despedí de Yoongi con un “nos vemos más tarde” y caminé hacia la mesa donde se encontraban mis amigas. Yumi y Yeji hablaban animadamente sobre el último examen que habíamos tenido a primera hora de la mañana, mientras Sujin se reía, contagiando al grupo con su risa sincera. Apenas me senté a su lado, Yeji me miró con esa mirada traviesa de siempre.

—¡Por fin! Ya pensamos que te habías perdido en el camino —bromeó Yeji, dándole un pequeño codazo.

—Lo siento, se me pasó el tiempo —respondí, soltando una risa ligera que borraba las preocupaciones de hacía unos minutos.

Yumi hizo un ademán exagerado con las manos, llevándose una mano a la frente como si dramatizara algo importante.

—Bueno, señorita ocupada, cuéntanos… ¿Cómo sobreviviste al examen de hoy? Porque de verdad creo que estuve a punto de tirar la toalla en el tercer ejercicio —dijo, haciendo reír a todas.
—No sé cómo lo hice, pero lo hice —dije, contagiándome de la risa de mis amigas, que se intensificó con cada broma y comentario.

—Bueno, eso es lo importante —respondió Sujin, echándose hacia atrás y suspirando dramáticamente—. Ahora podemos respirar un poco… al menos ya solo queda el último parcial.

—Ni me lo recuerdes —dijo Yeji, dándole un sorbo a su café—. Siento que no me queda ni una neurona disponible para terminar el semestre.

—Al menos ya vamos en la recta final —comentó Yumi, como si intentara convencernos a todas. Nos miramos unos segundos y empezamos a reír otra vez, reconociendo que, aunque fuera cierto, ninguna de nosotras estaba lista, aunque el fin de semana sí que nos serviría de descanso.

Me relajé en mi asiento, dejando que la calidez de la conversación disipara las tensiones. Me di cuenta de lo bien que se sentía estar allí, sin pensar demasiado en nada más, simplemente disfrutando de la compañía de mis amigas. Cada risa, cada gesto, cada broma, parecía llenar la cafetería de una energía ligera que nos hacía olvidar el estrés y las preocupaciones.



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En el texto hay: amor, yoongi, bts y tn

Editado: 14.11.2024

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