Si te hubiera dicho que sí

Capítulo 36

Antes que nada, quiero informarles lo siguiente:

He decidido ponerle el nombre que tenía pensado para Tn desde un principio, porque en el próximo capítulo que tenía pensado desde hace tiempo no supe como cambiar esta parte en particular, para que se entendiese de una mejor manera. Y pues no quise omitirlo aún...

Espero que les guste Sienna Rose.

*

Esa tarde, tendríamos la primera revisión general para el festival, antes del pre-evento, cada equipo se encargaba de llevar el avance adecuado. Los profesores de artes se habían puesto algo estrictos, ya que se habían dado cuenta de que algunos compañeros no estaban participando adecuadamente. Por suerte, el lago y el área del festival lucían muy bien, con la ayuda de todos, esa tarde, todo se veía cada vez más completo.

—Muy bien chicos, acérquense a sus coordinadores para ver los detalles en los que deben avanzar el resto de la semana —habló el director desde el escenario —Estoy muy contento con el avance, pero no bajen el ritmo, aún hay muchas cosas por hacer.

—Los profesores no hacen mucho, casi no vienen por aquí, ni cuando estábamos organizando todo en el auditorio, solo estuvo la profesora Lee —replico Yumi en voz baja para que solo nosotras la escucháramos.

—Tienes razón, Yumi. —respondió Sujin mientras nos dirigimos a ver a la profesora Lee y a Minjae—. La profesora Lee ha estado aquí para ayudarnos. Su apoyo ha sido fundamental para que esto no se convierta en un desastre.

—Sí, aunque eso no quita que algunos compañeros sigan sin hacer nada y solo den vueltas para parecer ocupados —dijo Yeji, rodando los ojos.

—Al menos nosotras estamos haciendo nuestra parte, eso es lo importante —dije con determinación—. Si seguimos así, este festival será un éxito.

La tarde avanzaba con el bullicio de los estudiantes moviéndose de un lado a otro. Algunos terminaban de colocar luces en los árboles cercanos al lago, mientras otros ajustaban los detalles de las mesas para los puestos que se instalarían. La energía en el ambiente era de emoción y nervios, como si todos sintieran la presión de los días finales antes del evento.

La profesora Lee nos había dado las últimas indicaciones de hoy y el avance esperado antes del pre-evento. Esa tarde volvimos a las largas listas de pendientes por cubrir. Cada uno de nosotros tenía una lista, y de solo ver la mía ya me dolía la cabeza.

Yo observaba a mi alrededor, tratando de concentrarme en mi tarea, pero mi atención se desviaba hacia Yoongi, quien estaba en el área de logística organizando a su equipo. Su voz era clara y firme, dando indicaciones y asegurándose de que todo se hiciera según lo planeado.

No podía evitar sonreír al verlo en su elemento, tan seguro y enfocado. Sin embargo, una pequeña punzada de inseguridad me recorrió. Recordé las palabras, los comentarios sobre cómo no encajaba con él. Sacudí la cabeza, intentando apartar esos pensamientos.

—¡Sienna! —llamó Sujin, sacándome de mis pensamientos—. ¿Puedes traer otra caja de velas del almacén? Parece que estas no serán suficientes.

—Claro —respondí, dejando lo que estaba haciendo para dirigirme hacia el pequeño almacén improvisado que habíamos instalado cerca del lago.

Mientras caminaba, el sonido de las risas y conversaciones de mis compañeros llenaba el aire. El sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de un cálido tono anaranjado que se reflejaba en la superficie del lago. Era un paisaje hermoso, y por un momento, me sentí agradecida de estar allí, a pesar del ajetreo y las inseguridades.

Al llegar al almacén, encontré a Yoongi revisando unas listas en su tablet. Levantó la vista al verme entrar y sonrió.

—¿Buscas algo? —preguntó con su tono tranquilo de siempre.

—Velas. Sujin dice que necesitamos más para las mesas decorativas —respondí, señalando las cajas apiladas en una esquina.

Él asintió, dejando la tablet a un lado para ayudarme. Abrió una de las cajas y sacó un paquete de velas, entregándomelo.

—Aquí tienes. ¿Necesitas ayuda con algo más? —preguntó, mirándome directamente a los ojos.

—No, creo que con esto será suficiente, gracias —dije, intentando mantenerme casual, aunque el contacto visual no ayudaba mucho.

—Bien. Entonces, vamos. No quiero que te regañen por tardarte mucho —bromeó, tomando otra caja y caminando conmigo de regreso hacia el área del festival.

La tarde pasó tranquila, el aire junto al lago era fresco, cargado del aroma de la naturaleza y el leve murmullo del agua chocando contra la orilla. Todos trabajábamos por cumplir las expectativas para el jueves antes del inicio del festival. Yoongi se encontraba cerca de los camiones de logística, organizando el traslado de algunos materiales. Aunque estaba ocupado, y aunque no volvimos a cruzarnos, era inevitable no vernos de vez en cuando, pero sin cruzar palabras, solo pequeñas sonrisas cómplices.

Cada vez que mi mirada se cruzaba con la suya, sentía una mezcla de emociones. Algunas eran mejores que otras. Cuando tenía tiempo para pensar, divagaba hacia los que había escuchado antes y me cuestionaba si esto realmente iba a funcionar.

“¿Realmente pueden funcionar? Él tiene grandes planes…”




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