Si te hubiera dicho que sí

Capítulo 45

Bajé la mirada, mordiéndome el labio. Claro que tenía miedo. Nosotros habíamos pasado por una situación similar antes, pero Yoongi era diferente. Con él, sentía que había más en juego, que se estaba exponiendo de una manera que nunca antes había hecho, le había dado libertad para derrumbar muchas cosas, le había dado paso a esta cerca de mí como nadie antes… No era una relación de amigos lo que había ahí. Era mucho más.

—Siento que si dejo que esto avance, terminaré igual que la última vez —dije en voz baja, las palabras saliendo con dificultad—. Confundida, con el corazón roto… No sé si puedo arriesgarme de nuevo.

Jimin me miró en silencio por un momento, y luego, con esa sabiduría serena que siempre había tenido, respondió:

—Rosie, lo que pasó entre nosotros fue distinto. Tú confundiste tus sentimientos porque tenías miedo de perder a alguien que te importaba. Y lo entiendo, yo también lo sentí en su momento. Pero con él… parece que es diferente. No lo estás confundiendo con otra cosa, ¿verdad?

Negué lentamente, sabiendo que Jimin tenía razón. Lo que sentía por Yoongi no era la misma mezcla de dudas y miedo que había sentido con él. Era más profundo, más real. Pero eso solo lo hacía más aterrador.

—Tienes que decidir qué es lo que realmente quieres, Rosie. Y sé que es difícil, porque conozco ese miedo a perderlo todo. Pero a veces, no arriesgarse duele más que cualquier posible fracaso —dijo Jimin, su tono suave, pero firme, como si quisiera asegurarse de que sus palabras llegaran al fondo de su corazón.

Respiré hondo, sabiendo que sus palabras tenían peso. Era cierto que había algo más con Yoongi, algo que no me atrevía a nombrar por miedo a arruinarlo. Pero también sabía que si no daba ese paso, si no se permitía sentir, jamás sabría cómo podría haber sido.

—Sé que quiero, pero es como si… no pudiera quitarme de encima el miedo de que, al final, no funcione. Y no sé si es porque realmente hay algo mal, o si soy yo la que no sabe cómo manejarlo. Hay algo que no me deja avanzar, y temo estar estropeándolo todo.

Él se quedó en silencio por un momento antes de hablar.

—Rosie, no soy el mejor para dar consejos en este tipo de cosas, pero… si alguien te importa de verdad, vale la pena intentarlo, aunque dé miedo. Porque si no lo haces, el "¿y sí?", te perseguirá siempre.

Sus palabras resonaron profundamente en mí. Miré hacia la ventana, viendo cómo las luces de la calle comenzaban a encenderse mientras el día daba paso a la noche.

—Tal vez tengas razón —dije, con un hilo de voz.

—Solo piénsalo —añadió Jimin, con una sonrisa que esta vez no llevaba ni sombra de los sentimientos que alguna vez compartimos.

Por primera vez en mucho tiempo, sentí que tal vez podía confiar en alguien para ayudarme a encontrar un poco de claridad en medio del caos. Él se levantó y se acercó a mí para darme un corto abrazo.

—Gracias, Jimin —susurré finalmente, apartándome de él con una pequeña sonrisa, agradecida por tenerlo a su lado, incluso en los momentos más oscuros.

—Siempre estaré aquí para ti, lo sabes —respondió él con una sonrisa—. Pero ahora es momento de que decidas por ti misma. Yo no puedo hacerlo por ti.

Y ahí estaba la verdad, sabía que tenía que enfrentarme a miss sentimientos por Yoongi, dejar de huir y, tal vez, dejarme caer sin miedo.

Mientras salíamos de la cafetería le sonreí después de haber aclarado todo, sentí que una parte de mi pasado finalmente encontraba su lugar. Y aunque sabía que mi presente todavía era un torbellino de emociones, al menos había dado un paso hacia adelante. Un paso que, aunque pequeño, se sentía inmenso.

Al salir de la cafetería, voltee al frente, pero me detuve, al encontrarme ahí con Yoongi parado a unos metros, con las manos en los bolsillos, el ceño fruncido y una expresión que nunca antes le había visto.

—Yoongi, hola— hablé algo sorprendida, caminando hacia él—. ¿Qué haces aquí?

Él me miró, con una mezcla de confusión y algo más profundo que no logré descifrar. Respiró hondo antes de hablar.

—Debería preguntarte lo mismo —su voz era baja, contenida, como si estuviera intentando no perder el control de sus emociones—. ¿Te estás viendo con él?

Parpadee, sin entender al principio. Luego, todo hizo clic en mi cabeza.

—¿Jimin? No… Yoongi, no es lo que piensas. Nos vimos para hablar de cosas del pasado, de cuando éramos más cercanos, pero no hay nada más. Solo necesitábamos cerrar algunos temas.

Yoongi soltó una risa seca, incrédulo. Sacudió la cabeza, mirando hacia el suelo por un momento antes de volver a mirarla, esta vez con una expresión más herida que enojada.

—¿Hablar de cosas del pasado? —repitió.

Sentí mi corazón acelerarse. Sabía que él estaba malinterpretando todo.

—Él me pidió hablar. Quería hablar conmigo porque necesitaba y yo acepte porque quería cerrar ese capítulo antes de avanzar contigo. No hay nada entre nosotros, Yoongi.

Él apartó la mirada, frustrado, como si no supiera si creerme o no. La duda en sus ojos era clara, y eso dolió más de lo que esperaba.

—¿Y cómo se supone que debo sentirme cuando veo que te abrazas con él? —preguntó, su voz ahora cargada de emoción—. No es que no confíe en ti, Sienna, pero… él siempre estuvo ahí, y yo… yo no quiero ser el tipo que ignora las señales solo para que luego todo se derrumbe.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.