Si te hubiera dicho que sí

Capítulo 61

El fin de semana llegó más rápido de lo que esperaba. Yoongi había mantenido el misterio sobre sus planes, lo que solo aumentaba mi curiosidad. A pesar de mis intentos de sacarle información, él simplemente sonreía con esa calma suya y decía: "Solo confía en mí, Lizzy."

Así que aquí estaba, frente al espejo de mi habitación, arreglándome para nuestra cita sin tener la menor idea de a dónde íbamos. Revisé mi teléfono una vez más, viendo el último mensaje de él.

Yoongi: "Paso por ti a las 5. No preguntes nada más 😉."

Suspiré, pero una sonrisa se formó en mis labios. No importaba el destino, mientras fuera con él.

A las cinco en punto, el sonido del timbre me hizo girar sobre mis talones. Me aseguré de llevar mi abrigo antes de bajar corriendo las escaleras.

—Voy yo —dije rápidamente cuando vi que mi madre estaba a punto de abrir la puerta.

Tomé un respiro antes de abrir, y ahí estaba él. Con su chaqueta negra, bufanda y esa sonrisa tranquila que hacía que mi corazón latiera un poco más rápido.

—Hola, Lizzy —saludó con suavidad, sus ojos recorriéndome con una mirada cálida—. ¿Lista?

—No sé para qué, pero sí —respondí, riendo mientras cerraba la puerta detrás de mí.

Él extendió su mano y la tomé sin dudarlo. El aire fresco de la tarde nos envolvía mientras caminábamos hasta su auto.

—¿Vas a decirme a dónde vamos ahora? —intenté nuevamente, mirándolo de reojo cuando encendió el motor.

—Aún no —respondió con diversión, mirando hacia el camino—. Pero prometo que te gustará.

No tuve más remedio que confiar en él, aunque mi curiosidad seguía creciendo con cada minuto que pasaba. Mientras avanzábamos por la carretera, noté que nos alejábamos un poco de la ciudad. Las luces y el ruido urbano quedaron atrás, dando paso a paisajes más abiertos y un cielo que poco a poco comenzaba a teñirse de tonos cálidos con el atardecer.

—No me digas que me vas a abandonar en medio de la nada —bromeé, cruzando los brazos con fingida sospecha.

Él soltó una risa baja y negó con la cabeza. —Si lo hiciera, estoy seguro de que encontrarías el camino de regreso solo para regañarme.

—Correcto —respondí con una sonrisa—. Y lo haría con mucho drama.

—No esperaba menos de ti, Lizzy —dijo divertido.

Después de unos minutos más de carretera, Yoongi tomó un desvío y estacionó el auto en un pequeño sendero. Me giré hacia él con curiosidad.

—¿Estamos aquí? —pregunté mientras él apagaba el motor.

—Sí —asintió—. Ven, quiero mostrarte algo.

Salimos del auto y sentí el aire fresco envolviéndome. Yoongi tomó mi mano y comenzó a guiarme por un pequeño camino entre los árboles. Caminamos en silencio, solo con el sonido de nuestras pisadas sobre la tierra y las hojas secas. No tardamos mucho en llegar a un claro.

Y ahí estaba.

Un pequeño lago se extendía frente a nosotros, reflejando los colores del atardecer de manera casi mágica. En la orilla, había un par de linternas encendidas y una manta extendida en el suelo.

Me giré hacia él, sorprendida. —¿Planeaste esto?

Yoongi se encogió de hombros con una sonrisa. —Quería llevarte a un lugar especial. Algo solo para nosotros.

Mi corazón se encogió con ternura al escuchar eso. Me acerqué a la manta y me senté, dejando que la vista me envolviera. Yoongi se acomodó a mi lado, con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el lago.

—Es hermoso —susurré, sintiendo que las palabras no eran suficientes para describir el momento.

—Lo es —coincidió—. Pero… en realidad quería traerte aquí porque este lugar me recuerda a ti.

Me giré para mirarlo, sin saber qué decir.

—Cuando estoy aquí —continuó él—, todo se siente en calma. Como cuando estoy contigo. —Se inclinó ligeramente hacia mí, su mirada atrapando la mía—. Sé que a veces tienes miedo, Lizzy. Que te cuesta confiar en lo bueno. Pero quiero que sepas que estoy aquí. Que quiero estar aquí… contigo.

Mis ojos se llenaron de emoción ante sus palabras. No sabía qué había hecho para merecer a alguien como Yoongi, alguien que veía más allá de mis inseguridades, que me aceptaba con todo lo que era.

—Yoongi… —susurré, sintiendo mi garganta cerrarse por la emoción.

—No tienes que decir nada —dijo con suavidad, llevando una mano a mi mejilla y acariciándola con el pulgar—. Solo quiero que lo sepas.

Me incliné hacia él sin pensarlo dos veces, uniendo nuestros labios en un beso lento y lleno de todo lo que no podía expresar con palabras. Sus brazos me envolvieron con ternura, acercándome más a él, como si quisiera asegurarse de que entendiera cada palabra no dicha.

—Te quiero —respondí en voz baja —más de lo que he podido llegar a demostrar.

Yoongi apoyó su frente contra la mía, sus labios aún rozando los míos en un gesto lleno de ternura. Pude sentir su respiración entrecortada, como si mis palabras hubieran significado más de lo que él esperaba.



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En el texto hay: yoongi y tu, yoongi suga, agustd

Editado: 24.02.2025

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