Si Te Hubiera Visto Antes Que Ella...

Capítulo 1.1

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"Jimin. Un joven con apariencia dulce e infantil"
 

 

Domingo 1 de Marzo.


 

- Joven.

- ¿S-si?

- ¿Necesita algo más?

- No, muchas gracias-

 

 

 

Tomé mi café frío extremadamente dulce y con ese color pálido caramelo que lo hacia ver más apetecible, de lo que ya era.

Salí del establecimiento y llamé un taxi que demoró poco más de 8 minutos en llegar.

- ¿A donde quiere ir?-

Le extendi la dirección anotada en un papel, el hombre puso a funcionar el auto y avanzamos.


Podría decir que la cuidad sureña no era muy diferente de mi tierra natal, era meramente silvestre como la mía, llena de letreros de los restaurantes resaltando el color rojo junto a varias personas, yendo de arriba a abajo. Aunque había leído que en este lugar no se habían influenciado mucho con la modernidad, y en cambio conservaban muchas costumbres y vainas antiguas.

 

 

 

En este momento podía asemejar el cielo como un enorme lienzo pintado con trazos azules y morados que avisaban vivamente la llegada de la luna quien no se quedaba atrás, dejándose ver de a poco como si fuera de cristal. O por lo menos asi la veía yo.

Saqué una barra de Schogetten (chocolate alemán) y me la fui comiendo en tanto pasabamos por una carretera junto a un mar, del cual desconocía su procedencia. El auto se detuvo y me dejó frente a las construcciones de casas enormes, y todas diseñadas de la misma forma, con los mismos colores.

- Señor, una preg…- una vez tomó el dinero arrancó sin decir más- que amable.

Subí entonces por entre las escaleras que rodeaban las casas de techos rojos tirando a naranja. Mientras más subia me daba cuenta del enorme manto de extensa vegetación que seguía después de la última casa, todo el ambiente era tropical pero tranquilo y el aire estaba tan "en su punto" que juraba no haber respirado tan bien en mi corta vida.

"Seguramente mi Rommie es un hombre cuarentón que lo dejó la esposa, amargado y con un mal sueldo", pensé.

La última casa que quedaba más arriba era ciertamente hermosa, con un pequeño jardín que abría un camino a la puerta de entrada y ésta, a su vez tenía una especie de techo y columnas a los lados por donde se escurrian unas enredaderas verdes. A diferencia de las otras tenía ventanas cuadradas con bordes dorados y en la puerta, había una pequeña cabeza de toro hecha de ¿hierro diría yo? La cual servía para llamar a la puerta.

Ding Dong.

**Nada**

Ding Dong.

**Nada**

Ding Dong.

**Esta vez acompañado de algunos golpes a la puerta**

 

- Mire, no estoy de humor para oírlo hablar de Jesús…-

En ese momento Jimin dejó su chocolate para cruzar miradas con el tipo alto y sumamente atractivo que lo detallaba de igual forma con una mirada de extrañez.

Al pelinegro no le agradaban las personas con esos extravagantes colores en el cabello, tampoco los que usaban lentes de contacto y menos los que frecuentaban ropa como de felpa, con esos abrigos esponjosos. Era estresante, y asi era como lucía Jimin justo ahora. El pelo fucsia junto a unos lentes morados y ropa celeste con blanco.

Por su parte Jimin nunca en su vida había visto unos ojos azul oscuro tan llamativos pero obscuros a su vez, junto a una piel tan pálida y unos labios provocativos brillantes color de las rosas. Y su cuerpo… tallado por los mismos ángeles como si al crearlo, hubieran echado sobre él un embrujo para hipnotizar a hombres y mujeres por igual. No importaba que su apariencia se asemejara a la de una niña, con sus expresiones podía verse como un temible y sexy "bad boy".

Ay Dios.

Parecía el más hermoso de los dioses griegos que hubiera cruzado el olimpo….

- ¿Estás escuchando lo que te digo?-

OMG! OMG!

Park Jimin oficialmente había ido a por bronce pero se había topado con oro. Asi es.

Esa jodida voz le había quedado sonando una y otra vez. ¿POR QUE NUNCA SE HABÍA CONTACTADO CON ÉL POR LLAMADA O ALGUNA JODIDA COSA?

- Oye, niño…- voz roncaaaaa, ashhh, tan sexy.

- E-eh!?

- ¿Que quieres?

- Este…- levanto mi mochila para que lea las letras en la misma-
- Park Jimin, joder, ¿eres Park Jimin?-

- Sipi Hyung, soy Jimin tu nuevo rommie-

- Pasa- me abre la puerta y yo arrastro mi valija con una sonrisa que no puedo simplemente borrar ¡es que dioses, es HERMOSO!- este… pensé que llegabas más tarde asi que no arreglé la casa…

- No importa Hyung, yo entien…- mi boca se ha paralizado y hasta siento la cara tieza. Paso mis ojos por el lugar.

Habían libros sobre la mesita de centro, en el piso, el sofá. Ropa hecha bolita, sábanas, cogines y zapatos regados por el pasillo.

Mi cara de preocupación y asco va en aumento cuando me topo con la cocina llena de ollas y una montaña de platos que sabrá Dios como se sostiene. Parece que las moscas revoloteavan sobre los desperdicios.

Telarañas, polvo, suciedad, mugre, basura.
¡TODO ERA UN ASCO!

- ¡ÑIIIIIIII!- Pegué el chillido para voltear a ver a mi Hyung quien estaba simplemente despreocupado. Es más, como que ni le importaba-

- Oh, por favor. No me digas que eres de esos irritantes fans del aseo por que- lo corté hablando desesperado-

- PERO HYUNG, ESTO ESTA HORRIBLEEEE!!! ¿cómo haces para vivir asi, Dios santo?-

- Ash, exagerado. Tu vas a estar encerrado en tu habitación, ¿en que te afecta mi dedorden?

- ja, ¿¡claro que me afecta, no ves que voy a vivir contigo!?

- Ash, mocoso. Si te gusta el aseo entonces hazlo tú, yo estoy muy ocupado-

- P-pues, p-pues- ESE HYUNG ME ESTÁ SACANDO DE QUICIO Y APENAS NOS CONOCEMOS!!!- yo no voy a ser tu sirvienta- me cruzé de brazos para verme imponente-

- Entonces deja de ladrar y no molestes-

Era el colmo, encerio. 
Ni se ofreció a ayudarme con mis maletas (lo cual no necesitaba) pero no había sido gentil para nada, joder.




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