¿Qué había pasado con Jimin...?
[Jimin pov]
Mis clases empezaban exactamente hoy, en la mañana, puesto que las horas de la mañana eran las mejores y más apreciadaspara hacer un poco se ejercicio y por consiguiente, practicar danza. El cuerpo estaba fresco al igual que la mente.
Mi amigo Taehyung me había llamado sumamente emocionado justamente cuando me estaba dando los últimos toques con el lápiz negro. "Ponte hermoso Jimin. Bueno, si es que eso fuera posible".
La verdad esa no fue la razón por la que me arregle tan bien, debo decir.
- Hyung, Yoongi Hyung...
Buscaba por toda la casa a mi mayor, hasta que decidí bajar las escaleras, ya que era inconcebible imaginarse a ese hombre levantándose temprano. Sería como un eclipse o algo asi.
- T-te ves muy hermoso.
-G-gracias Hyung, t-tú también te ves muy guapo. Como siempre- Sonreí dulcemente, a lo que Yoongi apenas pudo controlar su color rojo, el cual le coloreaba las mejillas preciosamente - ohh, te pusiste rojito-
Yoongi trató de endurecer su semblante.
- Ya, mejor siéntate. Preparé el desayuno.
- Dios, ¿Tú cocinaste o es esto un sueño? - yoongi me miró como quien dice "¿encerio?", a lo que reí con gusto, sentandome a su lado.
- Quería darte una sorpresa.
- ¿Y eso a que se debe...? - P-pues, es que, bueno, es que tú siempre cocinas y quería devolverte el favor. Espero no envenenarte...- Yoongi no lo había dicho en broma pero me hizo carcajear de buena gana. - Lo que vale es la intención Hyung- dije encantado.
Claro que conocía al señorito peli negro aquí a mi lado, y era obvio que este desayuno era un regalo. Con esto ya hasta puedo ir soñando un desayuno en la cama, ¿quien sabe?
Le fui dando probadas muy elegantes a mi plato, sin apoyar los codos en la mesa y siempre con la espalda desdegada de la silla. Quizá me veía muy vanidoso, pero eso no evitó que mi "poder mental" o quien sabe si era otra cosa, atrayera a Min, pues nos la pasamos viendo en repetidas ocaciones como los niños de la escuela primaria. Tal cual. Parecía de esos amores inocentes y llenos de pureza, sin malas intenciones.
- Adiós Hyung. Nos vemos en la tarde.
- Claro. ¿Quieres que te vaya a recoger? - Oh, no. No quiero molestarte.
- Pero quiero ir por tí.
- Bueno, te espero a las... 3:40.p.m
-Está bien. Que te vaya bien Jiminie.
Me despedí, y tomé un taxi cerca de casa. En el trayecto me puse mis audífonos, oyendo la música e imaginando que Yoongi era el protagonista. Entonces mi cabeza, de forma maravillosa me pintaba a Yoongi como yo quisiera...
Los minutos pasaron, y sin darme cuenta de las cosas, ya había llegado a la universidad. Para no variar, con el primero que me topé fue con Taehyung, quien vestía completamente de negro. Un negro para nada opaco, pues el cuero y el jean sobre su piel fina y cuidada, le daba un aspecto moderno y sobresaliente. Podía verse a metros y no dejaba de ser encantador.
- Buenos días Tae-tae.
- Buenos días Jiminie - el mayor me dió un beso en la mejilla para mostrarme ese batallón de dientes blanquisimos que se cargaba.
- ¿Vamos? - le di la mano pero él la tomó para entrelazar nuestros brazos, al estilo en e que tu padre te lleva a la iglesia.
Nuestro profesor nos hizo cambiar, para estirar un momento, efectuar una rutina y proceder a entrar en materia.
Les mentiría si les dijera que Tae no estuvo pendiente de mí en todo el rato. Pues podía sentir sus ojos color azabache sobre mí, en cada momento. Eso si, no me pregunten cúal era la intención que me denotaban sus ojos, simplemente me veían, haciendome sentir importante.
Ya estaba acostumbrado a que me vieran asi, pero no tan exactamente como lo hacía Tae.
- ¿Asi que te vas a quedar en Daegu Jiminie?
- Sip. Me gusta este lugar, además no quiero volver a Busan con mi problemática mamá.
- Ahhh, sólo te quieres quedar porque te agrada el lugar, más no porque te agrade alguien, ¿correcto?- no sé por qué pero me sentí ligeramente tenso.
Tae me miraba a los ojos en tanto me dirigía la palabra, y eso daba mucho que desear de una persona.
- Pues... a decir verdad...
- Puedes decírmelo- respondió con tranquilidad, dándole vueltas a su batido de brawnies.
- Pues, es que es mi rommie Yoongi. Es que, es que estoy en un gusto por él y quiero ver que pasa.
Fui prudente. No le iba a decir que estaba locamente enamorado, aunque él asentía sin el mayor interés, sabía que no me creía. Lo podía sentir.
- ¿ Y a él le gustas?
Si. No. Bueno, si. ¿Poquito? Si, poquito. ¿Mas o menos? 7 de 10.
- No sé todavía. Creo que apenas le simpatizo...
- Mmm... que mal... - Tae miró su reloj unos segundos- Ya son las 4:05 p.m
- Mierda. Al menos hubiera llamado.
- Aún mantengo mi propuesta de llevarte a casa.
- Está bien. Creo que se ocupó en otra cosa...
Recogimos nuestras cosas, pagamos, (Bueno, Tae pagó), y nos dirigimos al estacionamiento. Yo me senté en el puesto del copiloto y Tae empezó a conducir.
- Tomaré un camino más largo, ¿está bien? Es que debo ir por gasolina.
- Oh, claro. Como digas.
El auto se puso en marcha y salimos del lugar para tomar unos rumbos que obviamente no conocía, pues sólo había memorizado el camino de casa a la universidad. Creo que estaban muy apartados de la cuidad dado a que las carreteras estaban considerablemente dañadas. Pero no dije nada, pues confiaba en Tae, y no tenía afán de llegar a casa.
Sin embargo Yoongi me preocupaba. Él no era impuntual, claro que no. Al menos hubiera llamado. ¿O que tal que esté de camino y yo por acá...?
- Jimin, lo siento...
Tae me sacó de mis pensamientos, para detener el auto y sacar un extraño artefacto. Se puso un tapabocas y yo lo miré extrañado. Él me empezó a rociar ese asqueroso spray en la cara, y no me dió tiempo de nada, pues la sensación de sueño fue tenaz.
- Todo lo hago porque te amo.
Fue lo último que escuche, cuando la batalla entre mi y mis ojos para que no se cerraran, acabó. Y todo se volvió estrellado, con un fondo oscuro. Caí en sus brazos.
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Editado: 27.05.2020