Si Vis Pacem, Parabellum

PACTO DE SANGRE

La película comienza con la persecución de un coche a una motocicleta por la ciudad, ésta acaba cuando la moto se estrella contra el coche. De él, sale un hombre quien registra al conductor de la motocicleta, le quita un medallón dorado que sirve de llave y se va.

Un taxi llega al taller de Abran Tarasov, hermano de Viggo y tío de Iosef (asesinados por John en la película anterior) y se ven los chanchullos ilegales que maneja.

-¿Está todo cargado?

-Casi todo.

-Casi todo...

-Señor, con el debido respeto, ¿por qué no podemos corregir el problema?

-Porque mi puto sobrino mato a un perro y robó un coche. Un coche que se encuentra actualmente en nuestro inventario.

-Y lo vamos a perder todo, por un coche.

-No es un coche cualquiera, es el coche de John Wick.

-Ah, pues porque no se lo devolvemos.

-Mató a mi sobrino, a mi hermano y a una docena de mis hombres por su coche y un perrito. Y tú, ¿tú crees que parará ahora?

-Señor, es solo un hombre. ¿Por qué no podemos eliminarlo?

-John Wick es un hombre centrado, dedicado, pura fuerza de voluntad. Una vez mato a tres hombres en un bar...

-Con un lápiz, lo sé. He oído la historia.

-¡Con un puto lápiz! ¿Quién coño hace eso? Puedoasegurarte que las historias que oigas sobre ese hombre si algo tienen es quese quedan cortas.

John llega asesinando para recuperar su coche, lo encuentra tapado con una lona en una larga hilera de coches e intenta salir. Los asesinos de Abram no se lo ponen fácil, y acaban produciéndole múltiples destrozos. Al ver que no va a poder salir de ahí sano y salvo, John va hasta el despacho de Abram y le ofrece la paz.

-¿Paz?

-¿Puede un hombre como tú conocer la paz?

-¿Por qué no?

-Ya, paz. Disfruta tu retiro.

John regresa a casa con su coche despedazado, saca de la guantera una postal de Helen con una fotografía juntos. Entra en casa y lo recibe el perro que salvó en la primera película, le da de cenar y vuelve a ponerse el video de su mujer de su teléfono antes de dormir.
A la mañana siguiente, mientras John juega con su perro en el jardín llega Aurelio quien le da un repaso al coche. John entierra el cofre que desenterró, donde está su oro y sus armas.

Llaman a la puerta y es Santino.

Ciao, John.

-Santino.

-¿Posso entrare?

-Certo.

-¿Café?

-Gracias.

-Me alegro de verte.

-Lo mismo digo. Lamento mucho lo de tu esposa, John.

-Gracias.

-Hola, bello. Y el perro, ¿tiene nombre?

-No.

-Verás John, con sinceridad no quiero estar aquí.

-Por favor, no. Te pido que no lo hagas.

-Lo siento, nadie deja este oficio y vuelve sin repercusiones. Hago esto con el corazón en un puño John. Pero recuerda, de no ser por lo que yo hice la noche de tu encargo imposible, no estarías aquí en este momento. Esto es gracias a mí, es en parte mío.

-Pues para ti.

-¿Como que para mí?

-Eso he dicho.

-Un pagaré no es algo insignificante. Si un hombre libra un pagare a otro obliga a su alma a un pacto de sangre.

-Búscate a otro.

-Escúchame, ¿qué es esto? ¿Te acuerdas? Es tu sangre. Tú acudiste a mí, yo te ayude y si no lo haces, conoces las consecuencias.

-Yo ya no soy ese hombre.

-Siempre lo serás, John.

-No puedo ayudarte. Lo siento.

-Si, es cierto. Ahora no puedes, pero antes si. Ya nos veremos John. Tienes una casa preciosa, buenas noches.

Santino, contrariado, dispara contra la casa un artefacto explosivo que destroza la casa. John sale despedido de la casa por la explosión, y el perro que estaba en el jardín se acerca a él. Llegan unos bomberos y policías a su casa a extinguir el incendio.

John regresa al Continental, esta vez con su perro. 

-Impecable, póngalas en circulación.

-¿Donde está?

-Gracias amigo mío, un magnífico trabajo, magnífico. ¿Qué haces aquí, Jonathan?

-Ha incendiado mi casa, Winston.

-Rechazaste su pagaré, tienes suerte de que no fuera más lejos. ¿En qué pensabas librándole un pagaré a un tipo como Santino D'Antonio?

-Era mi única salida.

-¿A esto lo llamas salir? ¿Qué creías que iba a pasar? ¿Qué esperabas? En serio creías que este día no iba a llegar nunca. ¿Qué quiere que hagas?

-No se lo pregunté, solo dije que no.

-Hay dos reglas que no deben quebrarse Jonathan, nada de sangre en el Continental y todo pagare debe liquidarse. Mientras que mi juicio se efectuara con la forma de una excomunión, la alta mesa exige consecuencias más severas si se rechazan sus tradiciones.

-No tengo elección.

-Si no liquidas el pagare, morirás. Si matas al tenedor del pagare, morirás. Si huyes, morirás. A eso te comprometiste, Jonathan. Haz lo que el hombre te pide, se libre y luego si quieres ir a por él, quémale tu casa si te apetece. Pero hasta entonces...

-Reglas.

-Exacto, reglas. Sin ellas viviríamos como animales.

Caronte se ofrece a cuidar al perro mientras John resuelve sus asuntos, y éste se dirige hasta Santino.

-Esta era la colección de mi padre, yo veo poco más que pintura sobre una tela. Pero suelo recogerme aquí, por favor. No quería hacerte esto John, de seguir jubilado lo habría respetado. Mírate, sí que lo estas pensando, ¿verdad? Cuentas las salidas, los vigilantes, ¿podrías hacerlo a tiempo? ¿Como podrías hacerlo?, me pregunto. ¿Con el boli de esa mujer?, ¿el bastón de él? , ¿tal vez sus gafas?




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