Si Vis Pacem, Parabellum

I

WINSTON

Lo vi entrar en la  plaza acompañado de su perro sin nombre. La plaza estaba llena, pero eso no importaba.

Yo le esperaba sentado en la fuente central, pensativo.

-Jonathan –le saludé-.

-Winston –me respondió-. ¿A qué me enfrento?

Como siempre, Jonathan tan directo.

-La Camorra ha doblado el contrato abierto por Santino, se ha vuelto internacional.

-La Alta Mesa.

-Mmmh –contesté afirmativamente.

-¿Y el Continental?

Él había sido mi amigo durante mucho tiempo, y yo le había correspondido. La espiral en la que John andaba metido últimamente, era poco menos que decadente. Yo, como gerente del Continental, estoy sujeto a unas normas concisas que he de cumplir, sin importar cuantos amigos tenga.

-Has matado a un hombre en sus instalaciones, Jonathan. No me dejas otra elección que declararte excomulgado. Las puertas a cualquier servicio o proveedor conectado con el Continental, están cerradas para ti. Lo siento mucho, tu vida ya no tiene valor.

Me levanté de la incómoda piedra.

Había pocas cosas que me hicieran sentir mal, y una de ellas era ver como la vida de un amigo quedaba vendida.

-¿Entonces, por qué no estoy muerto?

-Porque yo no lo he permitido. 
Nunca había dejado de ser amigo de

John, ni siquiera en estas circunstancias tan aciagas. Yo siempre tenía cierta consideración con él. Se lo merecía.

Miré a uno de mis hombres haciéndole una señal con la cabeza.

-Ahora –dijo éste a través de un teléfono. Y toda la gente que andaba en la plaza se quedo quieta, se giró y  nos miró.

John se quedo estupefacto. Hacerme con la toda la plaza para nosotros solos, era la única manera que había encontrado para mantener la discreción.

Volví a hacer una señal con la cabeza, y todo el mundo se marchó de la plaza, dándonos intimidad.

Miré el reloj, eran las cinco menos cinco.

-Dispones de una hora, no puedo retrasarlo más. Necesitarás esto en algún momento –le dije, a la vez que le entregaba un pagaré.

Si era listo, aprovecharía la situación y conseguiría ayuda, si no… Si no, lo vería en el infierno.

-Winston, díselo. Díselo a todos. Venga quien venga, sea quien sea, lo mataré. Los mataré a todos.

-Seguro que sí –dije, totalmente convencido de que así seria-. Jonathan.

-Winston.

Se fue mientras yo aun lo veía marchar, a él y a su perro. Cogí el teléfono y marqué.

-Cuentas a pagar. Uno, uno, uno, uno, uno. En una hora. John Wick. Excomulgado.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.