Sicaria

Capítulo 3 | Intriga

―¿Y bien... me atenderás o no?— Escuché la voz del chico frente a mí, sacándome de mis pensamientos.

—Ah, sí, sí.— Sacudí mi cabeza ligeramente. —Lo siento, ¿Qué deseas ordenar?— Intenté darle una sonrisa, pero fracase, en verdad estaba muy apenada con él. Se dio cuenta de cómo lo miraba.

—Dame sólo una cerveza.

Fruncí el ceño.

—Soy mayor de edad.— Sacó su identificación y la puso frente a mí, no sin antes rodar los ojos. Asentí.

Si sólo venía por eso, ¿por qué no fue a un supermercado?

Tecleé el precio en la computadora, para seguidamente cobrarle. Al darme el billete, nuestras manos rozaron y en serio que sentí una descarga de electricidad recorrer todo mi cuerpo. En verdad había algo que me intrigaba mucho de ese chico.

Yo misma le entregué la cerveza, pues el refrigerador se encontraba junto a mí, así que no hubo necesidad de preguntar su nombre para llamarlo a la hora de que su pedido estuviese listo, claro.

El chico se sentó en una mesa casi al fondo del lugar; estaba segura que sólo estaría ahí para esperar a alguien y luego pediría algo de comer o simplemente se irían. Al parecer estaba equivocada, los minutos pasaban y ninguna persona de la que entraba al local iba en busca de él, ni siquiera lo miraban.

Pasó un poco más de una hora y se levantó, no se inmutó en llevar la lata al contenedor de basura.

Yo no limpió las mesas, ese es Alex.

Salió del lugar tranquilamente como cuando entró. Mi mirada no lo dejo hasta perderlo de vista en el parque.

—¿Sam, ya terminaste de acosar al chico al emo?— Escuché la voz de Alex detrás de mí.

—¿Qué? ¿Qué chico emo?— Me sobresalte, no sé si por qué me vio espiando al chico o por qué sólo llegó sin avisar.

—¡Oh, vamos! ¿Me vas a negar que no le quitaste la mirada desde que llegó al chico emo?— Señaló la mesa donde estaba el chico que, efectivamente si espíe desde que llegó.

—Yo no... yo sólo lo veía en ocasiones.— Fue una excusa muy tonta lo sé. Así que argumenté: —¿Y cómo sabes qué es emo, punk o algo de eso?

—Así le dice Chris.— Se justificó. Y olvidó el tema principal: Yo acosando al chico emo.

—¿Chris?— Él asintió. —Pero... No puede deducir lo que es una persona sólo por cómo viste.

Y cómo si hubiese llamado a Chris, éste salió de la cocina sonriendo.

—¿Me llamaban?— preguntó al llegar justo en medio de nosotros y pasar sus brazos por los hombros de cada uno.

—No— dije al mismo tiempo que Alex asentía.

Chris lo miró a él, Alex se apresuró a hablar. —Sí, Sam se enamoró del emo, y necesitabas saberlo.

—¡Alex, no seas mentiroso!... Yo sólo observé al chico por un rato, me pareció un poco raro, ya que no venía con nadie y estuvo solo todo el tiempo— expliqué, y era verdad, por eso lo miraba.

—Así es de raro, suele venir muy seguido, sólo come y se va— dice Chris encogiéndose de hombros.

—Bien...— suspiré, no sabía que responder a eso. —Y creo que sólo por eso no tienes derecho de decirle emo, no sabes nada de él.— Dí media vuelta hacia Chris, que iba hacia la cocina. Alex sólo se rió, lo miré mal y se fue a limpiar las mesas.

Chris estaba congelado en su lugar y de repente habló. —Tú tampoco sabes nada de él. Todas las personas ocultan algo.— Abrí la boca para responderle algo, pero ni yo misma sabía que decirle. Por lo tanto agradecí que se fuera.

Volví a mi lugar, frente al mostrador. En unas dos horas saldría de aquí.

Calum me debía una.

—¿Cómo te fue en tu primer día?

—¿Calum? ¿Cómo entraste a mi casa?— Fruncí el ceño. El idiot... me interrumpí a mi misma en mis pensamientos, mi amigo me había 'sorprendido'.

—Vine a buscarte hace unos minutos, encontré que la puerta estaba sin llave y pues entré.— Se acostó en el sillón, donde antes de que yo llegara estaba sentado.

—Ay, que tonta soy.— Restregué mis manos en la cara. —Si no hubieses venido tú, ya me habrían robado todo.— Calum se sentó y me dejó espacio para sentarme, en seguida pasó su brazo por mis hombros.

—No te preocupes, nadie suele entrar al edificio— sonrió para tranquilizarme, yo lo imité. —Mejor ya dime qué pasó con el 'chico misterioso'.— Fingió un mal tono de chica.

—No pasó nada, sólo me pidió una cerveza y se fue a una mesa solo. Nada más.

—¿Sólo por eso? Que estúpido.— Lo miré de reojo... algo ¿Enojada? Creo que lo he estado defendiendo mucho y no lo conozco. Calum dejó de reír y agregó. —Quise decir, si sólo quería una cerveza, debió ir a una tienda o algo así. O quizá la chica lo dejó plantado.— Hice una mueca. —O chico— estalló en carcajadas. Lo peor es que me contagió.

Invité a Calum a cenar, no quería hacerlo sola, desde que llegué aquí él ha estado conmigo, o sea desde ayer.

—Creí que ya me ibas a cambiar por tu nuevo noviecito— comentó Calum mientras veíamos una serie en la televisión.

—¿Qué? Claro que no, no era, ni SERÁ mi nuevo noviecito.

—Eso espero, apenas te conozco y ya vas con otro chico.— Se cruzó de brazos, dándome la espalda.

—Cal, no empieces con tus escenas de celos. Por esos que has hecho, me hace pensar que quieres algo más.— Me crucé de brazos y me puse igual que él. Sí, nos veíamos muy infantiles, pero si él jugaba así, yo también puedo.

—Sam...— Me llamó y lo ignoré, frunciendo más el ceño. —Ya, lo siento, nos vemos ridículos haciendo esto.

—Ahora si lo piensas.— Me giré para mirarlo.

—Ya en serio. Olvidé decirte que antes de entrar a clases tenemos que ir a ver nuestros horarios y todo eso.

—Oh, está bien, gracias— suavicé mi tono.

—Bueno, creo que me voy, ya es tarde. Si sigo aquí, creo que dejaré mi departamento y me mudaré aquí.— Se levantó y antes de llegar a la puerta me miró sobre los hombros y me guiñó el ojo derecho. Sólo reí.



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En el texto hay: mafia y amor, 5 seconds of summer, sicaria

Editado: 06.06.2020

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