Los policías pasaban horas interrogandome y recolectando cualquier clase de información. Los Sick Boys estuvieron investigando, no sé cuál fue la razón, pero era obvio que era por alguna razón.
—Eres la única en casa — dice Lisandro.
—Sí, por suerte no estaban mis padre — digo.
—Eres la chica que rescatamos — dice Serina.
Asiento con la cabeza y también un poco traumada por lo que pasó.
Lepta investiga en mi teléfono y computadora. Se cree que quienes allanaron mi casa son personas que roban datos en los dispositivos y también para hacer ingeniería social.
—Encontraste algo — dice Lisandro a Lepta.
—Si hay una instrusión, al parecer fue con un dispositivo que aún desconozco— responde Lepta.
Algo querían esos tipos cuando entraron a mi casa, la cuestión cómo fue que entraron a mi casa. No cuento con cerraduras digitales, mis padres consideraban que erán un peligro y las ventanas no tienen dispositivos digitales como el resto de la casa.
—Tenemos un dispositivo recolectando información — dice Bosu.
Las luces de la casa comienzan a titilar, hay bajones, el televisor y cafetera comienzan a funcionar por sí solas.
—No es un espíritu o si — dice Lisandro.
La casa entra a lo que parece ser un modo reposo. La televisión se enciende y aparece un vídeo con un sujeto con máscara de diablo:
—Miembros de Sick Boys, veo que han logrado caer justo en donde quiero que estén. Como sabrán, no han encontrado nada acerca de nuestro paradero, esto es solo una demostración del porque nuestro poder es infinitamente superior. Este fallo general en las casas solo demuestra que la tecnología es nuestra gobernante y que generamos una dependencia, pero nosotros lo único que queremos es enseñarle a la gente que solo son marionetas controladas por dispositivos electrónicos. Encuentren la bomba y veremos cómo sobreviven — dice con una voz sombría y ronca.
El televisor aparece un temporizador de dos minutos.
—Tenemos que evacuar — dice Lisandro.
Se escuchan las alarmas en el sector y mucha gente sale de sus casas creyendo que es un temblor o un incendio. Los policías nos evacuan y sacan, lo único que sé es que debo ir a mi cuarto.
—Ahora regreso — digo mientras corro por las escaleras.
—Regresa — dice un guardia.
Subo a mi cuarto y quito de mi pared un cuadro que hice cuando era pequeña y mis padres enmarcaron. Ingreso la combinación que usó para la caja fuerte, al abrirla saco la mochila y la reviso: mi computadora, disco duros, algunas usb con programas favoritos para el hackeo y mi router gemelo.
—Tenemos que irnos — dice Lisandro.
Bajamos lo más pronto posible y justo cuando salimos escuchamos el ruido de explosión así que nos arrojamos al suelo y volteamos a ver. No había nada destruido, la casa estaba intacta, solo escuchaba el ruido de las sirenas de bomberos, policías y de helicópteros patrullando.
—¿Qué mierda pasa? — dice Bosu.
En eso los parlantes transmiten un audio.
—Qué esto quede de lección, la próxima no será una falsa alarma — dice la misma voz que escuchamos hace unos minutos.
Muchas emociones han ocurrido en un día, lo mejor que puedo hacer es quedarme en un hotel. Tengo mi propia página de servicios que uso en mis tiempos libres, gracias a ello he podido costear mis propias cosas. Ahora que tengo a los Sick Boys de mi lado y con la oportunidad es momento de usar mi papel de víctima.
—No tengo a donde ir — digo en voz alta.
—No tienes más familiares o alguien donde te quedes — dice Lisandro.
—Seré directa contigo, me quiero unir a su grupo — digo.
Pasaron unos minutos y Lisandro simplemente se me quedó viendo, pensando en si es una buena idea, mientras que a mi me invade la ansiedad y el rechazo. Fui demasiado directa, pero así son las oportunidades en la vida y debemos aprovecharlas ahora que podemos.
—Para ingresar con nosotros, debes pasar por un protocolo y entrenamiento de al menos un año y aún así, nuestro líder debe conocerte y también debes aprender un sin fin de métodos y tecnología que manejamos en la base — dice Lisandro.
Supongo que es uno de los retos que debo aprender a tomar, pero no sabría decir qué puedo hacer. No importa, esta es mi oportunidad y además quiero hacer algo grande.
—Lo siento, pero no puedo aceptarte en el grupo — dice Lisandro.
—Puedo encontrar al grupo que hizo esto — digo.
Lisandro se detiene para subirse al carro.
—Puedes hacerlo — dice.
—Sí
—Necesitarás más que atrapar a los demonios para que te unas al grupo— dice.
Es una apuesta segura para mí y demostrar mis habilidades naturales.
—Lo haré con la condición de que me una a tu grupo — digo.
—Está bien — dice Lisandro.