Años más tarde, Hachi y Parker han desarrollado una hermosa amistad inquebrantable; sin embargo, el dueño continúa perplejo por la negativa del perro a hacer cosas habituales para otros perros, como ir a traer una pelota. Tras comentarlo con Ken, éste le dice que Hachi sólo iría a por esa pelota por un motivo en especial. Una mañana, Parker se marcha al trabajo y Hachi lo sigue hasta la estación negándose a volver hasta que a Parker no le queda otro remedio que volver a casa y hacer tarde el trabajo. Esa misma tarde, Hachi intuye la llegada de su dueño y vuelve a la estación desde donde lo espera con paciencia. Finalmente, Parker decide que el can lo acompañe a la estación todos los días, hasta que un día Hachi se niega, por lo que Parker decide irse sin él. Aun así el perro acaba dándole caza en la estación de trenes mientras porta su pelota para sorpresa de Parker que acaba jugando con él por primera vez durante un rato; sin embargo, el hombre empieza a preocuparse por llegar tarde al trabajo y da por finalizado el juego y se marcha a pesar de los ladridos del animal. Ese mismo día, en el trabajo, Parker sufre un paro cardiorrespiratorio que le causa la muerte en plena clase.
Mientras el can sigue esperando la llegada del tren, Parker no muestra señales de vida. A pesar de todo, Hachi permanece en la estación durante varias horas hasta que el yerno de Parker se lo lleva a vivir en su casa en un lugar cercano, pero se escapa de casa para volver al día siguiente a la estación y quedarse allí, durante el día y la noche, esperando la llegada de Parker. A medida que pasa el tiempo, Cate vende la casa y Hachi se va a vivir con su hija Andy, la cual ha formado una familia junto con Michael con quien acaban de tener un bebé, Ronnie.
Editado: 27.08.2020