Capitulo 5.
Llegamos a mi casa, se veía exactamente igual que yo haya cambiado no significaba que las cosas también hubieran cambiado, me baje del auto y el chofer me paso un tarjeta con un mensaje de Amir, cuando él se fue lo vi y sonreí sin poder evitarlo, es bonito sentir y saber que esa persona aunque ya no esté contigo todavía sigue interesado en ti.
´´ Eres una princesa Taylor, nunca olvides eso, mereces esto y más, no dudes en llamar y pedir lo que te haga falta.
Siempre tuyo. Amir.´´
Guarde la tarjeta en mi pantalón y me acerque a la puerta con mi pequeña maleta arrastrada por el suelo de pavimento, me pare frente la puerta sin saber exactamente qué hacer y al final suspire, no podía actuar extraño, no podía hacer que mama se sintiera rara, o sintiera que yo estaba rara.
Revise mi ropa y estaba bien, no parecía rara, suspire de nuevo y toque el timbre, que raro es tocar el timbre de tu propia casa.
- Hola mama- dije cuando ella abrió la puerta, estaba sorprendida, muy sorprendida, pero aun así logro abrazarme.
- Taylor cariño, ¿qué haces aquí? ¿Te ah pasado algo?
- No solo quería pasar unos días en casa, tenia vacaciones.
- Pero si acaban de empezar las clases- me dice, y era cierto era una mentira horrible, no serbia como mentirosa.
- El campus se infesto de ratas, nos dieron una semana, ¿me dejas pasar?- ella asiente y se hace a un lado de manera rápida. Como si temiera que en dos segundos yo desapareciera sin ni siquiera haber entrado en casa.
Mi madre estaba cambiada físicamente parecía mas pálida y deprimida, tenia ojeras enormes, y eso que aun no sabía lo enferma que estaba, me le quede viendo embelesada, nos parecíamos muchos, la única diferencia era su color de cabello y el mío, ella no era rubia, si no que se había teñido el cabello hace mucho tiempo a castaña, la verdad siempre lucia impecable, hasta en su lecho de muerte se veía bellísima.
- ¿Porque me miras tanto Taylor?
- Eres bellísima mama.
- Hace tiempo que no me dices mama, ¿acaso está pasando algo? Puedes contarme cualquier cosas- suelto la maleta y suspiro, me siento en el mueble y la veo con una mueca.
- A veces pienso que eh tomado muchas malas decisiones, que esas decisiones tarde o temprano traerán consecuencias, para todos- ella me vio sin entender- creo que quizás América no es mi sitio.
- Pero tú deseabas ir, ¿qué ah pasado? ¿Algún chico?
- Bueno… me gusta América mama, siento que es un lugar increíble amo su aroma, y el sol, pero Londres, este es mi hogar, quizás yo solo este huyendo.
- Estas huyendo de Amir Garnet.
- Si quizás este huyendo de él, pero ya no me duele tanto, lo supere, creo que al principio se sentía horrible me sentí usada, pero ahora sé que si no estamos juntos es porque el destino así lo decidió, Amir no es para mí y yo no soy para él, quizás yo fui la que me metí en su relación con Fernanda.
- De eso quería hablar… Fernanda está embarazada- sentí que el piso se abrió debajo de mí y mi garganta se seco.
- ¿Ella está embarazada?- pregunte sin poder creérmelo, Amir no era fan de los niños, y siempre me dijo que quería que sus hijos tuvieran mi cabello, que fuéramos sus muñequitos que no quería hijos si no era conmigo, que irónico parece todo esto.
- Si me entere hace una semana, no tiene mucho tiempo, Amir no lo tomo bien, ah desaparecido, se fue en cuanto supo la noticia y aun no ah vuelto, su padre esta como loco lo está buscando en todos lados.
- Quizás el no quiere ese niño.
- No es cuestión de que lo quiera o no tay, es cosa de que es su hijo, un hijo es un hijo, lo hayas o no planeado… ¿quieres ir a la peluquería?
- Tal vez mañana, estoy algo cansada.
Subí a mi habitación y me tire en la cama, cerré los ojos y solté un suspiro, vine a Londres pero una sola cosa estar con mama, pero quizás podría hacer otra cosa en ese tiempo, debía aclarar mi mente.
Taylor: tengo tiempo de sobra, en donde nos vemos.