Capitulo 17.
- Ayer yo estaba fuera de mí- me dice y le sonrió para tranquilizarlo.
- No te preocupes no tienes porque contarme- yo deseaba que me digiera que pasaba pero no podía simplemente presionarlo para hablar.
- Quiero hacerlo… ya te había contado que Fernanda había desaparecido del mapa, ella al parecer no quería saber nada de mí, eso lo entiendo te lo juro, ¿pero dejar a nuestro hijo? Me parecía muy curioso, la empecé a buscar pero no la encontraba en ningún sitio- se toma una pausa para tomar un poco de aire- hasta que dio una pista y fuimos a una vieja hacienda de su padre, la encontramos, ella… bueno tay… Fernanda se suicido.
Me quedo en silencio tratando de digerir lo que acaba de decirme Amir, no lo podía creer yo pensaba miles de cosas menos eso, no sentía a Fernanda como una persona depresiva o una persona que creyera que quitándose la vida todo iba a ser mejor, no claro que no Fernanda parecía ese tipo de chicas que lucha por lo que quiere.
Sin duda Fernanda no entraba en mi tipo de gente suicida, ella no era así, parecía totalmente irreal, no podía creerlo, era tan loco, y aun más loco no me sentía feliz por su muerte, no al contrario me sentía triste, me sentía mal porque el pequeño Amid ya no tenía a quien llamar madre.
- Dios lo siento tanto.
- Si bueno, eso me dejo muy mal… pero lo que me destrozo fue una carta que dejo, ella decía que se mato por mi culpa, que yo no la amaba y que su padre no iba a soportar que ella pasara por un divorcio se vería muy mal para la sociedad era mejor estar muerta que sentir de nuevo la furia de su papa- el suspira y veo que sus nudillos se ponen blanco en el volante- yo soy el culpable de que mi hijo no tenga madre.
- Dios Amir no digas eso, tú no eres el culpable, por supuesto que no, Fernanda tomo esa decisión por miedo a su padre no por ti, no puedes torturarte de esa manera.
Llegamos a la universidad en ese momento pero no quería irme y dejarlo solo, quería quedarme y prestarle mi hombro para que llorara, pero la realidad es que yo no podía perder esta oportunidad, yo tenía que superarme y mas que volver con Amir yo tenía que reencontrarme, tenía que saber y entender que es lo que de verdad necesitaba no volver a comenzar todo este círculo vicioso otra vez.
Al entrar al salón no veo ninguna cara conocida pero aun así sonrió y busco un puesto libre, me siento entre un chico alto musculoso de cabello castaño y un chica bajita de lentes, saco de mi bolso un cuaderno y en solo segundos empieza la clase, y creo que me siento bien aquí sentada, aunque mi corazón anhela estar junto al amor de mi vida.
- Estuvo buena la clase ¿no?- me pregunta el chico y le sonrió.
- Si me gusto mucho, el profesor parecía muy amable.
- No lo es- susurra la chica y la veo alzando una ceja.
- ¿Cómo dices?
- El profesor no es amable, es uno de los mas estrictos del campus, por eso elegí su clase- el chico la ve raro y se para.
- Soy Daniel- nos dice con una sonrisa.
- Y yo soy Taylor.
- Anna.
Mis compañeros de clases empezaron a salir del aula y yo los seguí mientras sentía a Daniel a mis espaldas, en la siguiente clase charlamos un poco y al final del día ya éramos algo parecido a amigos, se veía sumamente inteligente e ingenioso. Cuando caminábamos para tomar un taxi un carro rojo se paró a nuestro lado y bajo el vidrio del copiloto, era el gran Amir Garnet el cual no se veía nada feliz.
- Móntate Taylor- me dice rechinando los dientes y alzo una ceja.
- ¿Por qué has venido?
- No tengo porque contestar a eso móntate- ruedo los ojos y veo a Daniel.
- Anda móntate tu también así te damos el aventón.
Amir no parecía feliz con mi decisión pero guardo silencio y Daniel también por su lado, no entendía nada a Amir. Luego de dejar a Daniel en lo que parecía una cafetería condujo rumbo a mi casa.
- ¿Y ese quien se supone que es?
- Un amigo lo conocí hoy a primera hora es muy amable- Amir rueda los ojos sin quitar la vista de la carretera.
- Claro amable.
No le prestó atención pero sospecho que esta celoso y mucho, pero no debería de estarlo él y yo no tenemos nada y Daniel es solo un amigo, diablos ni siquiera se podría decir que amigo ya que lo conocí hoy.
Al llegar a casa me bajo sin decir nada y él me sigue, abro la puerta y Noah me ve alzando una ceja.
- ¿Qué pasa?
- No pasa nada Noah- le respondo mientras empiezo a subir las escaleras y no escucho que es lo que Amir le dice.
Entro en mi cuarto y me tiro en la cama y sin saber porque empiezo a llorar, necesito hacerlo, tengo tanto contenido, necesito dejar ir muchas cosas, yo necesito volver a ser Taylor Gordon, aquella que era la mejor alumna de arte, aquella que con solo ver a Amir se sentía desfallecer, aquella niña tonta que lo único que quería era ser feliz, yo quiero ser feliz, necesito ser feliz.