Capitulo 19.
Cuando me baje del avión respire el aire fresco que emanaba esta nueva aventura, papa dijo que pasaría mis dos semanas en algunos sitios quizás un poco diferente, algo que sin duda yo no había experimentado pero que el aseguraba que me ayudarían mucho.
La Guaira se veía como un pueblo costero, mi hotel me permitía una excelente vista al mar que hacía que me relajara, pero viendo la inmensidad del océano empecé a pensar, yo no estaba viviendo mi vida, creía que lo hacía pero la verdad es que cada día estaba más perdida, quizás yo no nací para estudiar, quizás el padre de Amir tenga razón yo estoy destinada a ser su mujer, quizás pueda pintar y tener una vida tranquila en casa, con Amir y el pequeño Amid, quizás yo pueda convertirme en su madre, el solo hecho de pensar en ello me hizo sonreír, nunca me había imaginado como madre, o siendo una madre ejemplar pero sin duda lo podía intentar.
Me acosté a dormir con ese pensamiento, pero sabía que Amir no me dejaría dejar todo por él, no me dejaría, así que tenía que ir de poco, tenía que hacerlo entender y hacerme entender que éramos el uno para el otro, que nosotros tenemos y debemos de estar juntos, porque no puedo seguir huyendo de lo que de verdad quiero, y yo quiero a Amir Garnet.
Al día siguiente fui a la piscina del hotel, este quizás sería mi último viaje sola, mi último viaje de soltera y lo iba a disfrutar mucho, yo no tenía ningún problema mental, solo que este viaje iba a ser como mi despedida de soltera antes de volver a Londres y poner todo en orden, yo tenía que ponerme en orden de una vez, no podía seguir desperdiciando el tiempo.
- Verga chamo mírala es burda de bella- escuche que decían un par de chicos que estaban algo alejados de mí, no entendía algunas palabras, sabia el español, pero no la jerga que se usaba aquí, quizás vero había mencionado algunas pero no me acordaba.
- Una tipa así no querrá estar con un pela bola como tu- el otro se rio y se alejaron caminado hacia donde yo no sabía que había.
Luego de un rato un hombre alto moreno se sentó en la tumbona de mi lado, tenía un tatuaje en el pecho y una manga completa, usaba un short y lentes de sol oscuras, cuando noto mi mirada me sonrió, cabe decir que era muy guapo, el se veía de esa clase de chicos que con solo una tocada podía hacer caer las bragas de cualquier chica.
- Hola- dijo y le sonreí.
- Hola- dije con mi muy marcado acento.
- No eres de por aquí, me llamo Andrés ¿y tú?
- Taylor, y no soy de Inglaterra- el me sonríe y luego se empieza a acostar en la tumbona para llevar sol al igual que yo y se quito los lentes revelando sus ojos verdes.
- Oh ¿y qué vienes hacer aquí? ¿Acaso serás la comandante de la intervención?
- Disculpa no se a que te refieres- el rueda los ojos y luego sonríe.
- Eres un diamante en bruto preciosa.
- ¿Eso significa?
- Nos divertiremos.
Andrés resulto ser enfermero, venezolano 25 años, soltero o eso dijo cuando nos besamos en la oscuridad de un discoteca que no conocía, luego de eso y unas copas mas de algo que desconocía me llevo de vuelta al hotel mientras nos reíamos, el maneja su camioneta mientras me contaba anécdotas de su trabajo.
- ¿Cómo es que estas todo tatuado y eres enfermero? Pensé que ustedes tenían un código de vestimenta o algo así.
- Bueno, me pongo suéter siempre en el trabajo y estoy resignado a no subir de puesto en mucho tiempo y que se complique encontrar trabajo en las clínicas, pero por ahora todo resuelto, vengo de una de las mejores universidades, tengo un promedio de que te mueres, no pueden simplemente decirme no por los tatuajes.
- Son muy lindos.
- ¿Te quieres hacer uno?
- ¿Porque no?
A la mañana siguiente me encontré con Andrés en la puerta del hotel el llevaba un pantalón claro ajustado una camisa blanca y sus lentes, tenía una linda sonrisa en la cara mientras a su lado había una chica bajita de cabello castaño ondulado y piel morena, ella parecía furiosa y frustrada mientras Andrés no le prestaba la menor atención.
- ¿Podrías escucharme solamente pedazo de idiota?- le dice en silencio y el dirige su mirada hacia ella justo cuando llego a su lado.
- Ya mari déjalo así, sigue con tu vida.
- No puedes simplemente pedirme que siga con mi vida Andrés, yo no puedo vivir sin ti, quizás si fui una idiota pero aquí estoy pidiéndote perdón- a la chica se le hacen los ojos nada pero Andrés desvía la mirada.
- Venga Taylor mejor vámonos.
- Andrés- dice ella pero el solo le pasa la llave que creo es de su habitación.
- Arréglate antes de irte.
Andrés toma mi mano y me jala afuera del hotel yo quería preguntar quién era aquella chica pero él no me dejo solo me jaloneo por las calles de la Guaira mientras parecía furioso.
- Oye yo no te eh hecho nada ¿me podrías soltar?- el me soltó y me miro con pena.