Siempre Cerca Nunca Juntos

Amigos.

-¿Por qué no me dejas ayudarte un poco? - Me preguntó Martina, mientras me regalaba una pequeña sonrisa.

-No gracias. -Conteste mientras me giraba y seguía frotando la mancha de la pared bruscamente.

Sabía que estaba siendo grosera, pero no podía evitarlo, después de Iker hubiera dejado la cabaña, una oscura y densa nube oscura cayó sobre mí, estaba tan molesta, debería haberme quedado callada por una vez en la vida, pero por supuesto no podía, siempre encontraba una manera de arruinar toda. Los ojos de Iker se había cruzado un par de veces con los míos, y me había sorprendido al ver que no había molestia en ellos, de hecho me miraba "Normal".

Ya eran las cinco de la tarde, nos quedaba como mínimo dos horas para que el tiempo se terminara, pero por suerte habíamos logrado dejar presentable la parte de afuera, solo nos faltaba re organizar adentro y todo estaría listo.

Gaia estaba limpiando la cocina junto a Glenn, mientras Iker, Martina y yo, no dedicábamos a limpiar las paredes, lo cual era prácticamente imposible.

-Tengo hambre- Dijo Gaia con un suspiro, mientras soltaba el limpión y este caía al piso.

Ella se veía cansada, al igual que todos, eran demasiadas horas trabajando, mis manos ya ardían de estar frotándolas tanto, mis ojos ardían y la ropa mojada que llevaba encima no estaba ayudando para nada.

-Ya casi terminamos -Canturrio Martina alegremente, y la mire irritada ¿Siempre estaba feliz?

Estar encerrados en una cabaña limpiando la porquería de su alrededor, cansados, hambrientos y apestosos, no era precisamente algo que me alegrara.

-Martina tiene razón -Dijo Iker, mientras limpiaba el filo de la ventana -Ya casi terminamos.

Suspire y mordí mi lengua estaba a punto de soltar algo como.

"Hagamos lo que Martina dice, porque es Martina"

Pero era obvio que solo haría que todos me miraran y de seguro mis mejillas se sonrojarían y terminaría pasando vergüenza, además debía admitir que Martina no me había hecho nada, pero tenía que descargar mi malgenio en alguien, y ella era la indicada.

La siguiente hora no la pasamos en un sordo silencio, todos estábamos dedicados a nuestros trabajos, queríamos terminar lo más rápido posible, todo estaba marchando bien hasta que el rubio que tengo como "amigo" tratara de lavar el baño, lo cual fue asqueroso, pero todos nos negábamos a tocar esa parte de la cabaña.

-Kay deberías lavarlo tú -Dijo Glenn mientras me sonría angelicalmente.

-¿Si? ¿Qué más quieres? -Pregunte sarcásticamente, era obvio que por nada del mundo iba a lavar ese baño.

-Juguemos piedra, papel o tijera -Propuso él -El que pierda lo lava.

Lo fulmine con la mirada, pero no podía evitarlo, Glenn y yo éramos los únicos que estábamos desocupados y queríamos terminar rápido.

-Bien -Dije regañadientes -Pero no hagas trampa -Le advertí y él inflo sus mejillas, siempre sabia como verse adorable.

Me acerque a él, mientras recogía de nuevo mi cabello, sabía que iba a ganar, Glenn siempre sacaba lo mismo, las tres veces seguido.

-Piedra... papel y tijer... -Antes de que terminara de decir, Glenn ya había sacado piedra, mientras yo sacaba el papel.

Solté una carcajada, mientras el rubio hacia mala cara.

-Falta dos -Argumentó.

Seguimos jugando, las dos veces que faltaban y de hecho le di revancha, pero como había previsto perdió y eso no le hizo gracia.

-Kay -Rogó -¿Por favor?

-No- Los otros tres, miraban nuestra escena divertidos -Ándale que quiero irme ya -Lo alenté.

-¿Recuerdas cuando estábamos en tercer grado? -Preguntó él mientras me sonreía -Te regale mi trabajo de español, para que no te regañaran -Ya sabía para donde iba esto y no me alegraba -Y después me mandaron a detención por dos horas, ¿pero sabes algo? No me importo, lo hice porque eres mi amiga y te amo y no quiero que nunca...

-Dios cállate -Gruñi -Está bien te ayudare -Gaia, soltó una carcajada.

-Ya sabía que iba a hacer eso -Comento la pelinegra. -Siempre dice lo mismo, deberías dejar de caer en su trampa Kay-

-Gaia!! -Protesto su novio mirándola, mientras ésta le manda un beso.

Solo quería irme a casa, quería dormir hasta que mis ojos desaparecieran.

-¿Que hago con esto? -Preguntó Glenn mientras miraba con cara de asco el retrete.

En otra situación me hubiera reído, pero esto no era nada gracioso.

-Pues limpiar -Dije -Date prisa.

Limpiamos todo el baño, trate de no vomitar, en serio era un asco, pero cuando terminamos, Glenn yo gritamos emocionados.

-Siiiiiiiiiiiiiiiiiii -El rubio comenzó a bailar de un lado a otro -Por finnnnnnnnnnnnnnnn-

Mis carcajadas se escuchaba por todas parte, era tanta la emoción que Glenn se acercó a mí y me cargo mientras comenzó a girar.

-No para -No podía para de reír -Glenn -Grite.

El piso estaba mojado, cosa que hizo resbalar sus pies del piso y caímos al piso con un sordo sonido, el balde de agua que estaba sobre la encimera se volcó sobre ambos bañándonos con agua helada.



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Editado: 10.06.2018

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