(Iker)
Mi teléfono volvió a sonar. Esta era la quinta vez. Gordon me regaló una mirada aburrida que indicaba que hiciera algo con mi móvil o el mismo lo haría.
Estábamos sentados en la terraza de su casa. No hacíamos nada en realidad, ó lo decía más bien por mí mismo. María y Claudia no paraban de hablar sobre la fogata, Mauricio solo se dedicaba a enviarle miradas candentes a Claudia y Gordon... Bueno él jugaba con su teléfono.
Me paré de la gran hamaca color caqui para poder responder mi teléfono.
-Mamá - Mi madre a veces se comportaba como una cría. Ella no cuidaba de mi, yo era quién la cuidaba a ella.
-Oye, Iker ¿Puedes pasar por mí en media hora? -Preguntó mi madre y suspiré -Tengo algo que hacer -Argumentó.
Claro, tenía que ir con su novio a beber, para después llegar a casa y quejarse toda la noche sobre lo mal que se sentía.
-Estaré en Qeen lesdil en cuarenta minutos -Le anuncié y después colgué. A veces era agotador tener que tratar con ella.
Me senté de nuevo en la hamaca mientras miraba hacia donde estaban las chicas hablando. Yo no entendía cómo hacían María y Claudia para ser mejores amigas, siempre había una extraña rivalidad entre ambas. Además, tenía que agregar que hubo un tiempo donde las dos querían salir conmigo y a ninguna le importó que la otra también quisiera. Ahora todo había cambiado un poco, María estaba más interesada en Gordon, pero mi mejor amigo se salía por los lado. Al parecer no era de su gusto.
-¿En qué carro iremos mañana? -Preguntó Claudia, quién me miró sonriendo. Le devolví la sonrisa y aparté la mirada.
-En el de Iker. Yo no tengo -Se quejó Gordon.
-Podemos ir en el de Mauricio -Tercié.
-Pensé que yo iría por Kay -Cuando de la boca de él salió el nombre de mi chica me tensé notablemente -De hecho ella olvidó darme su número -Alcé la mirada y me encontré con que Gordon lo miraba frunciendo el ceño.
-Me imagino que Iker debe tener su número -No pasé por alto la forma con que Claudia lo dijo. Era irritante la superioridad que ella siempre estaba fingiendo.
-Dámelo -Lo pidió Mauricio rápidamente. Y esa fue la gota que derramo el vaso de agua.
-Si ella quiere ir mañana, yo mismo la llevaré -Mi voz sonó tranquila pero mi sangre estaba hirviendo.
Las cosas siempre cambiaban cuando Kay estaba de por medio. Hoy había estado tan molesto con ella. Primero, porque había negado frente a Dylan lo que había entre nosotros y segundo, porque se le había ocurrido la grandiosa idea que tratar de cruzar una carretera tan transitada como la de la plaza viendo su teléfono. ¡Estaba loca!.. Pero todo se había esfumado rápidamente cuando ella me había mirado con esos grandiosos ojos grises y me había pedido que la disculpara.
Entendía cuando me había dicho que tenía miedo de sufrir pero debía arriesgarse. Yo lo estaba haciendo, le estaba dando mi corazón en bandeja de plata sin importar las consecuencias. Porque claro, siempre hay consecuencias.
-¿Estás saliendo con ella? -Preguntó Claudia con los brazos cruzados, y su reclamo me dio risa.
-Ella está saliendo conmigo -Sonreí y me encogí de hombros.
María me miró realmente sorprendida y no entendía el porqué. Kay era una chica hermosa, tenía que admitirlo. También era inteligente, graciosa... Era simplemente ella y con eso a mí me bastaba.
-¿¡Con ella!? -Preguntó Claudia, quién tenía sus mejillas sonrojadas.
Los demás se quedaron en total silencio y yo miré a Gordon. No entendí porqué le molestaba tanto. Yo jamás había tenido algo con ella, ni siquiera le había dado falsas esperanzas.
-Sí, con ella -Rezongué a tiempo que retiraba mi cabello de los ojos -¿Algún problema? -Miré mi móvil disimuladamente. Tenía que ir por mi madre ya.
-No lo entiendo. ¿Por qué ella...? -Esto ya no era tan gracioso -Ni siquiera es bonita y siempre está toda depresiva por haber hecho que su hermano muriera.
Me puse de pie lentamente, asegurándome bien de lo que iba a decir. Nunca hablaba simplemente por hablar, no era mi estilo.
-Escucha, Claudia. No hay nada que entender ¿De acuerdo? -Ella me miró con la boca abierta -Estoy con Kay porque quiero estarlo. Me gusta y mucho... Y si a ti no te gusta eso no es problema para mi -Sonreí cortésmente -Y déjame que te aclare algo. Ella no tiene la culpa de lo que pasó con su hermano. Deberías informarte bien antes de hablar ó quedarás como una chismosa. Y eso no es nada atractivo -Le guiñé un ojo y pasé por el lado de ella sin ni siquiera volverla a mirar.
Iba a bajar las escaleras para subir a mi auto e ir por mi madre pero me detuve a tiempo y me giré hacia Mauricio quién me miraba.
-Mantente lejos de ella ¿De acuerdo? -Más que nadie conocía como era Mauricio. Le gustaban las chicas que no podía tener -No quiero dejar de ser agradable con nadie. -Advertí -Gordon, te hablo al rato -Mi amigo me sonrió y yo bajé las escaleras de dos en dos.