Siempre Contigo

Capítulo III El Guapo y la Bestia

CAPITULO III

El Guapo y la Bestia

 

 

No era exactamente la chica más popular de la escuela, y para ser honesta, eso era un eufemismo. Había sido catalogada durante tres largos años como “la bestia de la secundaria”, en serio, no miento, literalmente existe una lista de las chicas y los chicos más guapos y populares de la secundaria, y por supuesto, los primeros puestos estaban destinados a la chica más hermosa y el chico más guapo, pero yo me había encontrado en el último escalón por los últimos tres largos años de mi vida; nadie quería nada que ver con la demasiado alta, demasiado delgada y demasiado buena estudiante Isabella Dorante. Las chicas más populares me rehuían cuando caminaba por los pasillos y soltaban risitas cada vez que me veían, se burlaban de lo poco femenina que era, pues siempre estaba en la cancha jugando fútbol con los chicos, nunca utilizaba las minúsculas minifaldas del uniforme por encima de las rodillas, ni utilizaba maquillaje como el resto de las chicas de mi edad, ni siquiera, Laura, mi ex mejor amiga desde que tenía nueve años, se dignaba a saludarme en los pasillos cuando pasaba a mi lado, era como si no existiera, además de que las gafas de lectura no ayudaban ni un poquito a mi apariencia.

-Hola, ángel – Susurró una voz ronca en mi oído – Hoy estás hermosa.

Resoplé y me di la vuelta para encarar a Lucas, con su siempre perfecta sonrisa torcida de catálogo y su inmaculado cabello castaño que siempre parecía seximente despeinado, aunque yo sabía que pasaba treinta largos minutos en el baño todas las mañanas haciendo que luciera de esa manera.

-¿Hermosa? – Repetí con un fuerte ¡JA! – Dile eso a los que hacen la lista de los más populares, tal vez se rían en tu cara.

Lucas frunció el ceño mientras arrebataba de mi mano la reluciente lista de año nuevo.

-Esto es una estupidez, no puedes creer todo lo que dicen aquí, ángel – Replicó haciéndola una bola y lanzándola en la basura.

-Eso lo dices porque has estado de número uno durante los últimos tres años.

-No es mi culpa que las chicas me consideren tan jodidamente atractivo – Replicó con su arrogante sonrisa torcida mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros.

Bufé por lo bajo pero no retiré su brazo, sino que me fundí en su hombro e inhalé fuertemente su perfume, adoraba su olor, era como estar en casa, podía reconocerlo a más de un kilómetro de distancia. Lucas había crecido bastante en los últimos tres años, y yo no me había quedado atrás, él solo estaba unos cinco centímetros por encima de mi 1.70 de estatura, lo cual nos hacía bastante altos para nuestras edades.

-Eres hermosa, ángel, no dejes que nadie, ni siquiera una estúpida lista, te haga pensar lo contrario, eres mi chica favorita.

Le di un suave codazo en la costilla mientras entrabamos al salón de clases y Lucas tomaba su acostumbrado asiento detrás del mío.

-Supongo que viste la lista esta mañana – Ronroneó una voz detrás de mí, no tenía que voltearme para saber exactamente de quien se trataba, Laura no había dejado de lanzarse sobre Lucas en los últimos tres años, ambos eran los número uno en la lista de los más populares – Creo que viene siendo hora de que hagamos algo oficial, ¿No crees?

-¿Oficial? – Oí que la voz de Lucas preguntaba - ¿Algo oficial como qué?

Laura se inclinó aún más en la silla de Lucas, mostrando un poco más de sus perfectas largas piernas bronceadas y su trasero a la vista de todos los que estaban a su espalda.

-Ya sabes a lo que me refiero, Lucas, tenemos que estar juntos, bebé, es lo que muestran las estadísticas, el chico más popular, con la chica más popular, es solo matemáticas.

Lucas se tomó su tiempo para responder, mientras mi hombro rozaba el asqueroso trasero de mi archienemiga, ¡Dios, en serio, deberían buscarse un cuarto!

-Si no me equivoco, Laura, creo que matemática es una de las materias que estás dejando.

-¿Eso qué quiere decir? – Inquirió confundida y yo me atraganté mientras reprimía una sonrisa, podía, literalmente, imaginarme la cara de idiota que debía estar teniendo en ese momento, tratando de comprender el significado de aquellas palabras – No comprendo.

-Quiero decir, que no estoy interesado, pero gracias por preguntar.

Laura se enderezó enseguida y alzó el rostro con petulancia mientras me dirigía una mirada envenenada ¿Y ahora yo qué había hecho? ¡Esto era ridículo!

-Tal vez no deberías estar perdiendo tu tiempo con la “bestia” del instituto, puede que caigas varios niveles en la próxima lista si te ven con gentuza como esta.

Me incliné en mi asiento mientras el resto de la clase estallaba en carcajadas ante las palabras de Laura, no es que fuese una cobarde miedosa, pero detestaba enojarme, porque cuando lo hacía, mis ojos se llenaban de lágrimas, y prefería parecer una miedosa que una llorona frente a todo el mundo.

-Me puede importar muy poco tu estúpida lista, Laura, y no, no saldremos, ni haremos oficial nada, ni aunque me ruegues de rodillas, así que… que tengas buen día.

¡Vaya que este chico era petulante y arrogante! Pero no puedo decir que esa perra no se lo mereciera. Lucas tocó suavemente mi hombro y me giré en su dirección mientras éste me guiñaba rápidamente un ojo haciéndome sentir mejor.




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