CAPITULO IX
No rompas mi corazón
Lucas y yo habíamos vuelto a ser los de siempre, nos llamábamos y escribíamos todos los días, nos decíamos todo, no había una sola noche en la que no llamara para desearme buenas noches. Había recuperado a mi mejor amigo y no podía estar más feliz por eso.
Ana también se escribía a menudo con Paúl, se podría incluso decir que estaban “saliendo” dentro de sus propios términos claro, había sido un flechazo desde que se conocieron hacía ya casi tres años, se veían cada dos fines de semanas cuando los chicos venían a la ciudad a visitarnos, jugábamos fútbol, bebíamos cervezas o íbamos a algún club por las noches; eran los mejores fines de semana que teníamos; a veces también los visitábamos a ellos, llegábamos de sorpresa y les invadíamos el apartamento, de hecho nos habíamos hecho muy buenas amigas de Sonia, y salíamos con ella y sus amigos cuando los chicos no podían venir.
-¿Qué planes tienes para tu cumpleaños? – Preguntó Ana dejándose caer sobre mi cama desordenando todos los libros y guías que tenía abiertas para estudiar – No me dirás que pasarás todo el fin de semana estudiando.
-Tengo los exámenes finales la próxima semana, necesito estudiar.
-¡Pero es tu cumpleaños! – Exclamó con un puchero – Se supone que tienes que celebrarlo.
-No soy una gran fan de los cumpleaños.
-Eso es una tontería, tenemos que hacer algo, después estudiarás.
Rodé los ojos, llevarle la contraria a Ana era una pérdida de tiempo, terminaría convenciéndome de hacer una fiesta o salir a un club así yo no lo quisiera.
-Sólo seríamos tú y yo – Dije suspirando mientras cerraba mi libro – Lucas y los chicos también tienen exámenes finales la próxima semana, así que no podrán venir.
No quería confesarle lo triste que me hacía sentir eso, era el primer cumpleaños que no pasaría con Lucas y me estaba volviendo loca; unos meses atrás había convencido a Ana de ir conmigo hasta el apartamento de los chicos y sorprender a Lucas en su cumpleaños, la habíamos pasado genial, y él no podía haber estado más feliz; y ya sé que es egoísta de mi parte exigir que él dejara sus estudios para venir y pasar el día conmigo, pero realmente lo necesitaba, incluso ahora que ya no tenía el estigma de ser la “Bestia” del instituto y que de hecho tenía amigos a quienes invitar a mis cumpleaños, seguía odiándolos por alguna manera, y lo único que me hacía sentir segura en esa fecha era Lucas.
-Es su pérdida – Aseguró poniéndose de pie – Tú y yo iremos a algún club de moda, te pondrás un vestido súper sexy y moveremos nuestros lindos traseros en la pista toda la noche.
Arrugué la nariz, no era exactamente mi idea perfecta de pasar mi cumpleaños, pero Ana lo estaba intentando y sabía que no me dejaría escaparme de esta.
-Suena genial – Dije fingiendo mi mejor sonrisa.
Ana sonrió triunfalmente y salió de la habitación dejándome sola con mis libros. La adoraba, pero a veces era demasiado exigente, y su ritmo de vida no era apto para cualquier persona, aun así, no la cambiaría por nada en el mundo.
La tarde del sábado Ana y yo decidimos pasar mi cumpleaños en el salón de belleza, tomamos unos bien merecidos masajes, nos arreglamos las uñas y el cabello y disfrutamos de un par de cocteles en el café cerca del apartamento.
-Quiero que te pongas muy sexy y hermosa esta noche – Replicó mientras sorbía su trago granizado – Y no quiero quejas, iremos a un club y nos divertiremos ¿Entendido?
-Sí, señora.
-Muy bien – Dijo sonriendo.
Pagamos y nos dirigimos al apartamento. Me decidí por un pequeño y ajustado vestido blanco de cuello alto y espalda descubierta, unas sandalias de tacón doradas y unos pequeños y delicados aretes de oro; saqué el collar de nácar ovalado con la forma del ángel en oro en el centro y lo dejé caer sobre mi escote. Tal vez Lucas no podía venir, pero parte de él estaba conmigo siempre en forma de ese colgante. Terminé de retocar un poco los bucles en mi cabello, dar el último toque a mi maquillaje y estaba lista.
Ana había elegido un sexy vestido negro de tirantes fino y unas sandalias rojas de tacón alto; envidiaba a veces la forma en la que todo lo que se ponía lucía tan perfecto en ella, tenía un cuerpo de infarto.
-Luces perfecta – Exclamó apenas me vio entrar en la sala – Atraparás miradas toda la noche.
-Eso si me dejas algunas – Repliqué riendo – Los chicos estarán haciendo fila para brindarte tragos.
-Esta noche es sobre ti – Dijo restándole importancia con la mano – Saldremos y nos divertiremos, sé que la pasarás genial.
Suspiré, no estaba segura sobre la última parte, algo me decía que no debería salir esa noche, pero era mi cumpleaños, Ana tenía razón, no podía quedarme encerrada toda la noche, además, era normal que sintiera nervios, era la primera vez que Lucas no estaría conmigo en esa fecha.
Durante todo el camino en auto Ana estuvo contestando mensajes de texto a cada minuto, lo cual me tuvo estresada la gran parte del viaje, ya que era ella quien iba conduciendo; de hecho le pedí que me dejara conducir a mí, pero lo rechazó diciendo que no sabía a donde iríamos. Me senté en silencio en mi asiento mientras rezaba mentalmente por no estrellarnos, lo último que necesitaba esa noche era algo como eso.