Era Sebastián. Fije mi mirada en él y decidí retomar mi camino con Débora, él siempre mantuvo su mirada en mi hasta que me perdí entre la multitud
Sentía nervio de tan solo verlo
Entre a mi primera clase, me concentre en realizar una prueba que tenia de cálculo y la verdad es que estaba muy fácil
Salí a almorzar, entre a la cafetería y antes de ir a la mesa donde estaban mis amigos me tomaron del brazo, era Sebastián
-Ale- mire mi brazo que estaba agarrado de su mano
-¿Qué sucede?- me solté de su agarre
-Quiero… hablar contigo- titubeó- Quiero que arreglemos las cosas
Pensé mucho en si ir con él pero accedí
-Ok- sonrió
-Salgamos. Vamos a las mesas que están en el patio- asentí
Voltee a la mesa de mis amigos y Esteban me veía, en sus ojos habían tristeza le dedique una media sonrisa
Habíamos llegado a la mesa y me senté frente a él
-Primero que todo perdón mi princesa- me miro fijo- Sé que cometí un error, lo siento
-Sebastián solo quiero que entiendas es que; entre Esteban y yo solo hay amistad y ya, él y yo hemos sido mejores amigos desde que éramos niños- expliue- Y yo solo tengo ojos para ti- sonrió
-Sí, tienes toda la razón- agarro mis manos en las suyas acariciándolas lo mire- Fui un estúpido al creer eso
-Perdóname mi princesa-dijo
Me arriesgue y le decidí dar otra oportunidad, al fin y al cabo era un discusión muy estúpida
Acaricie sus manos y las apreté
-Ok- dije- Pero tienes que confiar en mí
No espero ni un segundo cuando ya estaba dándome y abrazo y besando mis labios, me separe de él y estaba todavía con esa sonrisa boba en mi rostro
-Más nunca desconfiare de ti mi princesa- me volvió a abrazar
Volvimos a la cafetería agarrados de la mano y riendo, como a mí me gustaba estar con él, en la entrada de la cafetería se detuvo y voltee a verlo
-¿Pasa algo?- pregunte
-Nada, es solo que tengo que ir a hacer unas cosas para mi hermana- respondió
-Yo te puedo acompañar, vamos- lo tome de la mano para dirigirnos hacia la salida pero me detuvo
-No tranquila- me acerco a él- Tu quédate y ve tus ultimas clases yo voy y después te llamo ¿Si?- asentí con una sonrisa
-Te llamo al rato- me abrazo y le rodee la cintura con mis bazos
-Ok- bese sus labios
Me separe de él para ir a la mesa donde estaban mis amigos, me senté al lado de Débora y me miraban todos muy extraños
-¿Lo perdonaste?- pregunto Esteban irritado
-Sip- sonreí
-Un momento- interrumpo Franco- ¿Aquí todo el mundo sabía de la pelea con Sebastián y Alejandra menos yo?- pregunto incrédulo
-Si- respondimos todos a la vez
-¡Wow!- dijo sorprendido- ¿En dónde estaba yo que ni siquiera me entere?- se hizo el ofendido
-En Narnia- respondió Débora y no pude evitar reírme
-Como sea- contesto Franco para darle un mordisco a su hamburguesa- Yo mejor me quedo con mi hamburguesa, la única que nunca me engaña- Débora volteo los ojos y cambio de tema
-Chicos me quieren acompañar a el centro comercial voy a buscar unas cosas para mi mamá- dijo con fastidio- Me lo encargo hace tres días y ahora me lo esta pidiendo
-Yo te acompaño- me anote
-Yo igual- dijo Franco con la boca llena de comida
-Yo también- por último Esteban
Salimos de la última clase y nos fuimos el centro comercial los cuatro
Íbamos por el centro comercial hablando y riendo como unos locos andantes hasta que vi por la ventana de cristal de una cafetería a Sebastián y una chica besándose
Mi corazón se rompió en miles de pedazos