Alejandra
Después de tres semanas todavía está pensando en lo que mi hermana había hablado conmigo sobre Esteban
Ahora me siento culpable, no quería lastimarlo al decirle que no estaba preparada para una relación
Y lo más importante, si sentía lo mismo que el sentía por mi
Es cierto antes yo estaba enamorado de él locamente, pero no sabía si para ese entonces me sentía de la misma manera
Después paso lo de Sebastián, creía que nuestro amor duraría para siempre (y si se que suena dramático, pero cuando se está enamorado, siempre piensas en eso, que terminaras con esa persona tu lado por el resto de tu vida amándose, pero la realidad siempre es otra)
Estábamos en la cafetería Débora y yo, nos sentamos con nuestros almuerzos en una mesa y nos dispusimos a comer
-Tengo noticias- dijo Débora muy sonriente
-A ver cuenta- dije
-¡Aprobé calculo!- se paró del asiento e hizo un baile todo loco, me tomo de la mano y me hizo bailar con ella en media cafetería
-¡Chicas!- grito Franco, volteamos la mirada hacia él, Esteban y Franco estaban con una sonrisa
-¿Por qué bailaban?- pregunto Esteban
-Eh… Bueno- titubee, me sentía las mejillas calientes
-Pase cálculo- dijo una Débora más alegre que nunca
-¡Ey! Sabía que en esa cabezota si había inteligencia- Débora lo fulmino con la mirada
-Cállate- dijo Débora a mala gana
-¿Te saco muchas canas Ale?- pregunto Franco mirándome
-Demasiadas diría yo- reímos y la única que me miraba mal era Débora- Mentira, fue una gran alumna- rio complacida
Hace días le había explicado a Débora calculo, y nos fue muy bien, unas que otras ganas de salir corriendo, pero puso mucho de su empeño y lo logro, me alegre mucho por mi amiga
-Sí, ya lo creo- dijo no muy convencido Franco
-Pues créelo, fue la mejor- mire a mi amiga y me sonrió
Pasaron semanas en las cuales me sentía tranquila con la situación con Esteban, si él siempre taro de decirme algo, pero siempre me decía “Olvídalo, es algo tonto”, yo como muy cobarde lo dejaba así, ya que no quería tocar ese tema
-Ale- me detuvo Esteban en media del pasillo
-Si…Di…Dime- titubee y rio, últimamente estando con él me ponía muy nerviosa
-Quiero invitarte a mi casa a cenar, mis padres quieren ver a la traviesa Alejandra- reímos- Y antes que digas no, no te puedes negar
¡Ay Dios! ¿Por qué cada vez que me quería alejar de él, el destino o la vida nos ponían situaciones para que estuviéramos juntos?
Iba a responder pero no me dejo
-Te espero afuera de tu salón, después de la última clase- sonrió y me sorprendió lo que paso después, en un movimiento rápido beso mi mejilla y quede literalmente como un tomate
Se fue alejando de mi hasta que lo perdí de vista, me toque la mejilla en donde me había besado, y sonreí embobada
Estaba en mi última clase, y la verdad no quería que sonara la campana. A veces pensaba que estaba siendo muy infantil al querer alejarlo de mí, pero es que no le quería causar tristeza, me iba a doler el que él se sintiera de esa manera por el simple hecho no querer volver a salir lastimada
Él me dijo que no me cerrara al amor, y no lo pensaba hacer por mi tonto miedo
Sonó la campana y yo estaba nerviosa, salí del salón y vi a Esteban recostado a la pared esperándome como me había dicho que lo haría, lo mire de arriba abajo y sonreí. A mi mente vino las cosas que siempre hacíamos cuando estábamos de niños las travesuras, las risas, los llantos y hasta las despedidas, y después me dije “Ese niño ahora es un hombre, pero que siempre tendrá una parte de aquel niño”
-Hola pequeña- me abrazo
-Hola saltamontes- rio
-¿Vamos?- pregunto y asentí
Habíamos llegado a su casa y me encontré con su madre, padre y hermano en el mueble dándonos la espalda
-Mamá, papá- dije esteban, ellos voltearon
Su mamá fue la primera en saludarme
-Hola mi niña- me abrazo y correspondí su abrazo
-Hola señora- se separó de mí, su padres se acercó para estrecharme la mano
Después vino su hermano, la copia idéntica de Esteban
-My lady- dijo Nicolás besando el dorso de mi mano
-Mi caballero- hice una reverencia, todos reímos
-Nicolás como siempre un caballero- dijo Esteban
-Tranquilo hermano, no te voy a quitar a tu princesa- me sonroje pero no más como Esteban quien estaba como un tomate
-Pasemos a cenar, la cena esta lista- todos seguimos a la mamá de Esteban, y gracias a Dios dijo eso, porque entre nosotros se había formado un silencio incomodo
-¿Ale que estas estudiando querida?- dijo el papá de Esteban
-¡Wow!- sonrió la mamá de Esteban- ¿Cómo te va?- preguntó
-Me va muy señora- respondí con una sonrisa