Me desperté por un rayo de luz que entraba en mi cuarto, me cepillé los dientes y bajé a la cocina donde estaban mi mamá y hermana, le di un beso en la frente a cada una y me senté en la isla de la cocina. Ayudé a mi mamá a servir la comida en los platos y nos dispusimos a comer.
-Cuéntame hija ¿Cómo te fue anoche?- dijo mi mamá intrigada.
-Sí, verdad cuéntanos- dijo Fabiola- ¿Ya eres novia de Sebastián?
-¡Si!- dije con una emoción muy grande al recodar lo que había pasado anoche.
-Hija te felicito, se nota que lo quieres mucho ,cada vez que hablas de él se te iluminan los ojos de una forma muy especial- dijo mi mamá con una sonrisa muy bella- No estaría de más decir que quiero conocerlo mejor y ver que intenciones tiene contigo ¿Verdad?- allí estaba mi mamá preocupada pero la entendía.
-Si, tranquila mamá.
-Bueno, hoy quiero conocerlo, invítalo a cenar- me sorprendió lo que había dicho mi mamá, miré a mi hermana y ésta lo único que hizo fue sonreír de una forma malvada, traidora.
-Sí, invítalo que yo también lo quiero conocer- dijo Fabiola.
-Ok- dije en forma de derrota.
Después de lavar los platos y arreglar la cocina, me dispuse a llamar a Sebastián para contarle sobre la cena, la verdad es que me sorprendió porque lo tomó muy bien y al parecer estaba de acuerdo en conocer a mi mamá, algo que me tranquilizó ya que el que conociera a mi mamá era muy importante para mí.
Mi mamá estaba preparando todo para la cena, hizo un "Pasticho" (sé que algunos se quedaran con las dudas y se pregunten ¿Qué es un Pasticho? Es lasaña, pero aquí en mi país le decimos así de esa forma) ese platillo me encanta porque ese olor de la carne me mataba, y también un pastel de chocolate. Llegó la hora, las tres nos arreglamos, yo me puse un vestido rosado claro, con un maquillaje sencillo; pero elegante y me deje mi cabello suelto. En ese momento habían tocado el timbre ya no tenía escape. Abrí la puerta y me encuentro a un Sebastián muy guapo tenía un pantalón negro y una camisa blanca arremangada al codo y, con su cabello negro que lo traía medio despeinado; pero que le daba ese toque que a mí me encantaba.
-Hola novia- puse los ojos en blanco cuando él me dijo así, todavía no me acostumbrada a ese apodo.
-Hola- le dije nerviosa- Qué guapo estás- dije con una sonrisa- ¿Nervioso?
-Contigo nunca me sentiría nervioso- esas palabras me derritieron -Pero la verdad es que si estoy un poco nervioso.
-Lo sabía, tus hermosos ojos te delatan -los dos soltamos carcajadas.
Entramos a la sala y mi mamá y hermana ya estaban alli, las dos estaban hermosísimas.
-Mamá, te presento a Sebastián, mi novio –dije.
-Hola señora, mucho en conocerla- dijo él extendiendo la mano.
-El gusto es mi mío Sebastián - dijo mi mamá, estrechando su mano contra la de él.
-Y ella es Fabiola mi hermana- dije.
-Hola Fabiola- Fabiola lo miró y le dedicó una sonrisa.
-Vengan, vamos a cenar- dijo mi mamá. Dirigiéndonos a la mesa apreté fuerte la mano de Sebastián y después le sonreí al igual que este me dio un beso en la frente.
Nos sentamos en la mesa, mi mamá en la cabecera de la mesa, mi hermana al lado de ella y yo al otro lado de la mesa con Sebastian, después de unos segundos mi mamá empezó a hacerle preguntas a Sebastián.
-¿Dime Sebastián qué estudias?
-Estoy estudiando actualmente Derecho señora -mi mamá quedó un poco impresionada con la respuesta que éste había dado.