Pasaron semanas en la cuales salía con Sebastián y me divertía demasiado con él, íbamos a comer, al cine, al parque, todo con él era perfecto, ese día me desperté con pereza de pararme; pero ni modo, me duché y me vestí, salí a esperar el bus, como siempre y pasé por la cafetería a comprarme un café. Llegué a la uní y salude a mis amigos.
-Hola Alejandra- dijo Franco- Te olvidaste de tus amigos ahora que tienes novio, ya ni te acuerdas de nosotros -dijo en tono burlón.
-No digas eso, yo jamás me olvidaría de ustedes, ustedes son como mis hermanos y jamás de los jamases me olvidaría de ustedes nunca lo olviden ¿Entendido?
-Entendido mi sargento- corearon los dos al mismo tiempo.
-Franco, no me digas que estás celoso- dijo Débora burlándose.
-Puede ser, es que ustedes son como mis hermanas y no quiero que un imbécil les llegue a causar algún dolor- Débora y yo nos miramos y abrazamos a Franco.
-Tranquilo que si alguien llega a causarnos algún dolor tu vas a ser el primero en enterarte para que le destroces la cara- dijo burlándose Débora, los tres soltamos una carcajada.
-Te quiero hermano, gracias por defendernos- miré a Franco con una sonrisa tierna- ¿Qué les parece si la otra semana vamos al cine los tres? ¿Se anotan?
-Yo si -dijo Débora y también asintió Franco.
Estamos platicando a carcajadas cuando unas manos masculinas me taparon los ojos.
-¿Quién soy?
-Ricardo- sonreí.
-No, inténtalo otra vez.
-Ahh! ya sé quién eres, tú eres el chico que me trae locamente enamorada ¿cierto? ¿Cómo es qué te llamas?- Coloqué mis manos en mi barbilla para aparentar que estaba pensando- Sebastián ¿no?- me volteé y tenía una sonrisa hermosa frente a mí.
-Sí, soy yo Princesa- dijo y me dio un beso casto- Ahora dime ¿Quién es Ricardo? -Sonreí a carcajadas a ver su cara seria.
-¿Por qué quieres saber? ¿Acaso estás celoso?- Pregunté.
-Sí, porque tú eres mía- me dio un beso en la nariz- ¿Me vas a decir o no?
-Amor no es nadie, te engañe.
-Ahora estás muy graciosa ¿Verdad? Afronta ahora las consecuencias- dijo y me empezó a hacer cosquillas y a besar toda mi cara.
-Chicos basta por favor- dijo Franco con cara de desagrado- Tanto amor me está empalagando.
-No seas así Franco- dije- Es sólo amor, capas cuando tengas tu novia la trates igual.
-Si claro- respondió Franco con ironía- Y a ti Sebastián más te vale que la trates bien porque en la primera que me entere que le causaste algún dolor te las verás conmigo ¿Entiendes?
Sebastián lo miró con miedo.
Sonó el timbre y cada uno entramos a nuestras respectivas clases, no antes de despedirme de Sebastián quien me dio un beso con ternura. Entre a mi clase con Débora y nos sentamos en nuestros puestos habituales en la primera fila, nos sentamos y notamos que un chico había entrado al aula, me parecía conocido; pero no le tome importancia. El chico era nuevo en la uní por lo que había dicho él profesor. Era muy atractivo alto, con ojos marrones, cabello amarillo y piel blanca. Ese chico me miró con cara de confusión, no le dí importancia y seguí prestando atención a la clase. Al final de la clase salimos y fuimos a la cafetería.
-Ese chico te estaba mirando mucho Alejandra- dijo Débora – Es muy lindo.
-Sí, es verdad lo note, pero me es familiar, se parece a Esteban- Esteban era un amigo de la infancia él y yo éramos mejores amigos en la escuela hasta que él se fue del país y perdimos contacto, nunca más supe sobre él, me afecto mucho el saber que él se iría, yo estaba enamorado de él y mucho, nosotros éramos muy unidos, pero después de mucho tiempo lo había olvidado, me costó y mucho pero lo había logrado. Pero ahora con la llegada de este chico se me hacía muy familiar con Esteban.