Había llegado al salón y me senté en mi puesto habitual, empecé a charlar con Débora hasta que llegara el profesor.
-Él es Esteban- preguntó Débora.
-Sí, es él- dije emocionada y con sentimientos a flor de piel al recordar todo lo vivido con él.
-Y ¿Cómo te sientes al volver a verlo?- preguntó Débora.
-Bueno... Confundida, y triste a la vez, pero a la vez emocionada de volver a ver a mí mejor amigo.
-¡Ahhh! ¿Quiere decir que nos reemplazaste a Franco y a mí?- dice Débora con tono de burla y como si le hubiera dolido.
-¡Veo a alguien celosa y no quiero señalar!- dije señalando a mi amiga, la Celosa.
-Obvio, que estoy celosa ¡Tonta!, si me están suplantando de mi puesto- dice Débora.
Al ver la actitud de mi mejor amiga, no puede resistirme a reír a carcajadas.
-Jamás te quitarían ese puesto, eres Irremplazable ¡Tonta! Lo que trato de decir es, que fueron muchos años sin ver a Esteban, y jamás imagine volver a verlo aquí en la en la uní, mucho menos, me parece algo tan irreal y tan cliché.
En ese momento había llegado el profesor al aula y nos dispusimos a escuchar y estar atentas a la clase, algo que a mí se me hacía sumamente imposible ya que no dejaba de pensar en Esteban y su regreso tan inesperado. Salimos de la última clase y camino con Débora a la salida de la uní, cuando me percato que del lado derecho se encontraba mi Sebastián y del lado izquierdo Esteban ambos esperándome. En ese momento quería que la tierra me tragara y sentía que mi vida era todo un cliché.
De repente,siento un pellizco, el cual me hace regresar al momento tan incomodo y con ardor en mi brazo del pellizco que Débora me dio. ¡Ayyyy!
-Estás en tierra o estás rondando en el universo- preguntó Débora.
-Ayúdame- le ruego a Débora.
Débora con su gran y maravillosa manera de resolver mi “Cliche”, me jaló por un brazo y nos dirigimos hacia donde estaba tanto Esteban con Sebastián y dice:
-Lo siento chicos pero estas preciosuras ya tienen planes y en ninguno están ustedes y si nos disculpan les decimos bye…
-¡Lo siento chicos!- dije en voz alta mientras Débora me jalaba por el brazo. Sólo pude ver las caras de confusión tanto de Sebastián como de Esteban. Mientras caminábamos a la parada de bus Débora y yo decidimos ir a comer un helado.
Esteban
Estaba en la universidad esperando a Alejandra para a acompañarla hasta su casa y así seguir hablando de todo lo que habíamos vivido en los últimos años, cuando me percato que también la esperaba Sebastián, yo sólo me limito a mirar. Después de unos minutos sale Alejandra con Débora y no podía evitar mis manos sudaran, los recuerdos se apoderaban de mi mente y mi corazón tanto o más que ese día que la conocí (se veía hermosa). Veía la cara de Alejandra expresaba nerviosismo e incomodidad, cuando escucho a Débora decir sus planes.
Solo dije entre mi “Decisión acertada” para el momento. Sentí tristeza y a la vez alivio de saber que Alejandra no se iría con Sebastián.
Me dirijo al estacionamiento donde se encontraba mi carro, me dispuse a manejar, prendo la radio y en ese instante sonaba la canción que Alejandra y yo siempre cantábamos. Era un poco vieja para el tiempo que había pasado, pero para mí era como era el primer día que la habíamos escuchado en la radio. De repente mi alegría se esfuma cuando recuerdo a Alejandra y a Sebastián juntos, por una parte eran celos y por otra frustración al saber que Sebastián no era digno del amor de mi pequeña.
Cuando volví al país después de unos años de estar separado de mi pequeña, me asustaba la idea de no saber que me encontraría pero a la vez tenia las ganas de encontrarme con aquella y maravillosa niña (ahora convertida en mujer) de la que me había enamorado. El primer día de mi regreso ayude a mis padres a instalarnos en la nueva casa, cuando mi mamá me mando a comprar junto con mi hermano preadolescente hamburguesas.
Cuando había llegado a la hamburguesería, me dispuse a hacer mi pedido a una guapa chica, la chica se quedaba mirando y me preguntó:
-Disculpa ¿Cómo te llamas?, Es que me pareces muy familiar.
-Yo me llamo Esteban, ¿Y tú?- dije un poco confundido.
La chica hizo una expresión de alegría, yo ya en ese momento ya me había perdido de todo lo que había pasado.
-¡No te acuerdas de mí?- yo negué con incomodidad- Soy Laura, estudiábamos juntos en la prepa.
-¡Guao! Es increíble encontrarte otra vez.- me levanté de mi silla y la abrase- Después de tanto tiempo.