Siempre Fue Complicado

Solo es un soborno

 

 

Muchas veces me pregunto porque mi vida es tan común, no hay ningún romance de escuela, ninguna aventura.

Las dos semanas que no fui a ver al señor elegante pensé que se pasarían lento pero para mí mala suerte se pasaron demasiado rápido.

No hubo demasiadas novedades en mi vida, lo único interesante es que logre obtener una buena calificación en el ensayo que realice con Gustavo.

Lily ha practicado todas las tardes para el recital que daba su escuela una vez al año en Diciembre, lo que me hace pensar que pronto tendré mis preciadas vacaciones para navidad.

El día lunes en la escuela Daniela me recordó sobre el proyecto de biología una maqueta del sistema respiratorio que se entregaría el miércoles.

Mala memoria que tengo

Ni siquiera sé cómo es que lograre memorizar tantas leyes.

Cuando llegue a casa comencé a buscar todos los materiales necesarios para hacer la maqueta.

Si comienzo a hacerla hoy perderé tiempo y no podré hacer la tarea de química y economía, los maestros exageraron con la tarea.

¿Debería decirle a mi mama que mañana no podré ir a ver al señor elegante porque me olvide de hacer una maqueta?

Pero tan rápido como llego ese pensamiento a mí me deshice de el al escuchar que mis padres discutían en su habitación.

Cuando bajo a la cocina veo a mi hermana que está horneando galletas.

- Huele bien – digo sentándome en la mesa

- Se las llevare mañana a mis compañeros de clase – dice con una sonrisa

- ¿Por qué?

- Es para una actividad todos llevaran algo para comer mañana

 Tomo un par de galletas y subo a mi habitación pensando en cómo es que hare ese maqueta

Creo que tendré que ingeniármelas para hacer esa maqueta mañana.

°°°°°°°°°

- Hola – digo colocando una bolsa de galletas de chocolate sobre el escritorio del señor elegante

Hoy en la mañana le pedí a Lily que me regalara unas cuantas.

- ¿Qué es esto chica cereza? – dice al tomarlo

- Galletas  – el solo se dedica a mirarme tratando de descifrar lo que pasa

- ¿tanto me has extrañado?

¿Tan egocéntrico eres?

- Déjame hacer un proyecto escolar – digo sentándome en la silla frente su escritorio

- Ya me tuteas – sonríe

- Perdón – agacho la cabeza – es solo que me olvide de hacerla la semana pasada y se entrega mañana

¿En qué momento me sentí en confianza como para hablarle informalmente?

- ¿Qué trabajo es?

- Una maqueta – contesto rápidamente alzando mi mirada

- Las maquetas son demasiado demandantes – dice dirigiendo su vista a unos papeles - ¿Qué te hace pensar que la acabaras hoy?

- Me esforzare

- ¿Por qué no lo haces en tu casa? - ¿te cuesta mucho dirigir tu mirada hacia mí?

- Mi mama está muy emocionada con que venga aquí no quise decirle que faltaría por un trabajo que he olvidado

Finalmente dirige me mira, sus ojos grises detrás de sus lentes me analizan durante unos segundos.

- No hagas ruido – vuelve a dirigir su vista a los papeles y yo sonrió ampliamente

El tiempo transcurre demasiado rápido, ojala así se pasara el tiempo cuando no tengo nada que hacer en esta aburrida oficina.

Son las 4:32 de la tarde y no llevo ni la mitad.

¿Qué te hace pensar que la acabaras hoy?

Esa pregunta invade mi mente…

No sé qué me hizo pensar que acabaría hoy

Tengo que esforzarme con este trabajo pronto serán las vacaciones de Navidad y si no lo entrego seguro me dejan actividades extras para las vacaciones.

- Tengo que decir te lo dije – dice el señor elegante sentándose frente de mi

Solo le miro por un segundo sin contestarle. El inmediatamente comprende que no quiero seguir con la conversación y se limita a sentarse ahí sin volver a decir nada.

Después de unos minutos toma un pedazo de plastilina y comienza a moldearla.

- Te ayudare – dice con una sonrisa – a cambio de esas galletas de chocolate que trajiste hoy

- Eso es soborno – digo tratando de hacer una nariz con un pedazo de plastilina

- Tú también hiciste un soborno cuando llegaste aquí hoy

Aun entretenida en hacer la nariz pienso en porque debería aceptar ese trato pero hay una pregunta que me interesa saber la respuesta.

¿Por qué quiere ayudarme?

Dudo mucho que sea para conseguir más de las galletas que hizo mi hermana. Si acepto el trato será complicado que mi hermana vuelva a hacer esas galletas.

Pienso tan rápido como puedo pero es complicado hacerlo si el mantiene su mirada en mí.

- Trato – digo finalmente – el viernes tendrás tus galletas

- Perfecto – se quita su saco y se remanga las mangas de su camisa.

Extiende su mano hacia mí con inseguridad sujeto su mano sellando el trato.

Tengo que confesar que aceptar su ayuda fue bastante útil es bueno haciendo figuras de plastilina.

Desde que empezamos a hacer la maqueta él es el que ha hecho literalmente todo.

Verlo así de concentrado haciendo la maqueta me hace olvidar lo desgraciado de persona que puede ser a veces.

- Para ser mi primera vez en mucho tiempo creo que no me quedó mal – sonríe al ver su trabajo terminado

- En realidad quedo bastante bien – digo - ¿Cómo es que eres tan buen en esto?

- Me vuelves a tutear – agacho la cabeza avergonzada

Tal vez ya me esté sintiendo en confianza con el pero no puede ser así.

El señor elegante se levanta de su asiento y me toca la cabeza sacudiendo mi cabello.

- Puedes hablarme de la forma que quieras – eso me toma desprevenida y hace que me sonroje por suerte él no puede verlo porque está viendo su celular

Mi celular suena haciendo énfasis a que me llego un mensaje de mi padre

Estoy abajo




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