Siempre Fuiste Mía ... te lo aseguro

Capitulo 25

 Pov de Fernanda:

Tengo... tengo que ir por ellos.

Llevo una mano a la boca, cuando me ponía nerviosa siempre mordía mis uñas. Hace tanto tiempo que dejé de hacer esto.

<Quien es esa mujer>

-llama al señor De Luna... ¡ahora! - Jayden también está preocupado. Agradezco mucho que esté conmigo en este momento tan angustioso.

-está marcando- la persona encargada de mi cuidado, en este momento no tengo idea de su nombre, me entrega mi celular.

- ¿Fernanda? – la voz no me salía -cariño, todo bien- escuchar a papá me hacía querer llorar. Y en este momento no podía.

-dobla a la derecha- Jayden indica a su chofer el camino mientras que no deja de abrazarme -tú puedes mi vida, respira...vamos- me toma de la mano haciendo presión en ella, me está dando su apoyo.

Asiento con la cabeza dando un largo respiro <todo estará bien>

Sí… así será.

-papá…- trago saliva, no quiero que se rompa mi voz y entre en llantos. No ahora, por favor – ¿está Morgan contigo? - pronuncio apenas.

-s…sí por qué lo dices, hijita, ¿pasa algo? ¿estás bien? – está preocupado. Quien no lo estaría si llaman por la noche de repente con un nudo en garganta sin saber el contexto de lo ocurrido –estamos yendo a un restaurante por las afueras de la ciudad… ¡¡¡estamos festejando el día de padre e hija!!! – una Morgan muy emocionada, como una niña que le están a punto de dar su dulce favorito después de tanto insistir, grita.

-es increíble- sonrío por lo bien que empiezan a llevarse. Después de tanto tiempo, ambos querían hacerlo, pero no tenían idea de cómo hacerlo sin que salgan discutiendo. Después de todo no fue malo viajar a Italia… y así lo seguirá siendo –papá tienen que ir a la mansión donde…- no me deja terminar.

- ¿dónde vive ese muchacho? No pidas mucho, cariño. Acepté charlar con él cuando regresaran, pero a ir a su residencia, no.

-papá es…- no así no –pásame con Morgan.

-no puede contestar, está conduciendo, además no la vas a convencer… ¡¡YA ME CONVENCISTE, HERMANITA!!... ¡Morgan, mirada al frente! - su relación de padre e hija es única… ella lo provoca y él no deja de regañarla –si quieres que hablemos sabes dónde podemos hacerlo, Fernanda- está molesto, agh papá no es el momento.

-papá, es por su seguridad, tienen que…- comienzo a exaltarme.

-espera…devuélveme eso estás manejando… yo le hablo… no tú manejas… y tú calmado que chocamos… Morgan… papá- escucho voces mientras intento pedir que me hicieran caso, pero ninguno de los dos lo hace, parece que se están quitando el celular.

 - ¡es suficiente! – grito cansada de soportarlos, son lindos y hasta graciosos, pero si quieren molestarte lo logran.

-Fer, hermanita, es de noche y estamos por ir a comer sushi, ¿recuerdas que papá jamás lo ha hecho? Bueno, pude convencerlo, he pasado toda mi vida intentándolo y al fin lo logre, así que nada ni nadie evitará que… Morgan frena, son calles cruzadas. ¡¡Morgan!! - escucho unos quejidos.

-que es lo que pasa- pregunto preocupada.

- ¡los frenos!... los frenos no funcionan… - quejándose de manera desesperada, menciona Morgan -para para para ahora … - grita de igual modo, papá - ¡¡¡MORGAAAN!!! ; ¡¡¡PAPÁAA!!!  … … … … - lo último que escuché fue el impacto de un choque. La llamada empieza a emitir un sonido punzante e irritante. No dejo de gritar por el celular, aunque sé que nadie va a contestar. Jayden me baja del auto cargándome junto con alguien más intentando tranquilizarme y entre las demás personas forcejeando por escapar. Tengo que verlos, tengo que llegar a ellos… no los puedo perder, son lo único que tengo, ellos son mi familia, mi… mi única familia. Son mi vida.

La luz blanca es lo último que veo mientras cierro los ojos, tal y como si no hubiera dormido en mil años, siento mis ojos pesados por lo que caigo en brazos de Morfeo.

….

-estará bien, solo necesita sus medicamentos.

-cómo sé que no me engaña.

-señor, es ética no podría hacerlo.

-lo consultaré con su doctor de cabeza.

-solo evite…

-de qué hablan- exhaustiva me levanto intentando comprender que hago en esta habitación tan luminosa.

-Fernanda- Jayden asombrado, supongo por despertar, se acerca a mí para darme un abrazo seguido de un beso en la cabeza –que bueno que hayas despertado.

-que-qué ha pasado- siento incomoda la cabeza, un pesar, como si me diera vueltas, pero no al punto de marearme.

-tranquila nena. Ya vamos a regresar a casa ¿ok? Tienes que estar tranquila- verlo con ese brillo en los ojos a causa de los llantos, me hace sentir culpable de su sufrimiento.

Mis lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas, no se merece esto, mi papá y mi hermana no se merecen esto, yo… esto es mi culpa –lo siento… lo siento tanto- el peso de la culpa es mucho para cargarlo en este momento. Hace unos segundos de esa llamada estaba tan ilusionada con mi vida al lado de las personas que amo y ahora… ahora estoy con miedo de pensar que, por mi culpa, esas personas tan importantes están en peligro, entre la vida y la muerte. ¿Qué hice mal?

-sh sh sh, no digas eso, nena. No es tu culpa- me devuelve el abrazo con más intensidad –nuestro vuelo va a salir en cuanto lleguemos al aeropuerto.

-como están ellos, que sabes Jayden- es imposible que no sepa nada, lo conozco.

-lo sabrás cuando lo veas, linda. Ahora solo tienes que calmarte o no te dejarán salir ¿sí? 

- ¿están bien? – no hago caso a su consejo, acaso hay manera de pensar en otra cosa que no sea mi familia en un estado crítico. Está equivocado, necesito saber de ellos. Quiero hablarles, necesito verlos, donde están… donde…. ¡donde!

-Fernanda- su mirada me advierte que si no me tranquilizo el doctor no nos dejará ir –cálmate- su aura que ya había olvidado; intensa mirar, penetrante acento y fría expresión; me hizo tragar saliva.




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